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El ministro de Relaciones Exteriores saudí, Saud al-Faisal, durante la cumbre. | Foto: AP

LIGA ÁRABE

Los países árabes aprueban la creación de un Ejército

Los líderes árabes buscan hacerle frente a las amenazas de la expansión yihadista en Oriente Medio como Estado Islámico.

30 de marzo de 2015

Los líderes de los países árabes aprobaron la formación de una fuerza militar conjunta como principal punto de su futura agenda, tras la clausura  de la cumbre que se ha celebrado estos dos días en Egipto.

Los dirigentes árabes se refirieron a las amenazas contra la seguridad nacional de sus países e hicieron hincapié en su determinación de tomar todas las medidas de protección necesarias, tanto a nivel político, social, como militar.

"Los líderes árabes hemos decidido la aprobación del concepto de formación de una fuerza militar árabe", dijo el presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, durante la conferencia de clausura de la cumbre, que se celebró en la ciudad egipcia de Sharm al Sheij, en el sur de la península del Sinaí.

La cumbre centró sus debates en la aprobación de la resolución para crear un ejército conjunto árabe, de adhesión facultativa, que haga frente a las amenazas que supone la expansión de los grupos yihadistas en Oriente Medio y la influencia iraní en algunos países árabes.

Un equipo de responsables de alto nivel se reunirá dentro de un mes para preparar los mecanismos necesarios para la creación de dicho Ejército y lo harán bajo la supervisión de los jefes de Estado Mayor de cada país.

Las conclusiones de ese grupo de trabajo serán transmitidas a una comisión tripartita árabe formada por Kuwait, Egipto y Marruecos (que albergan, respectivamente, la anterior, la actual y la futura cumbre), y propondrá el proyecto ante el Consejo Árabe de Defensa Conjunta, formado por los ministros de Exteriores y Defensa árabes.

El secretario general de la Liga Árabe, Nabil al Arabi, aseguró en una rueda de prensa que, una vez formado, ese Ejército actuará por petición del país interesado.

"Lo más importante que puede hacer este Ejército (con su actuación) es la disuasión", advirtió Al Arabi.

En el documento final, titulado la Declaración de Sharm al Sheij, los líderes árabes advirtieron de que sus países afrontan amenazas a la "estructura de sus estados nacionales, su integración territorial y la unidad de sus pueblos". Asimismo, añadieron que "la seguridad nacional árabe" requiere de reformas en otros niveles, como económicas y culturales.

"Nos comprometemos a cumplir la voluntad de los pueblos árabes de obtener una vida digna, consolidar los derechos de la ciudadanía y las libertades, y conseguir el desarrollo duradero y la justicia social", explicaron en el documento.

No obstante, los temas de la cumbre fueron varios. Se debatió la situación del conflicto palestino-israelí, el deterioro de la seguridad en Libia, y el avance del grupo Estado Islámico en Irak y Siria, pero especialmente centró la atención la situación del Yemen, donde una coalición árabe está combatiendo a los rebeldes hutíes.

La coalición, encabezada por Arabia Saudí, bombardea desde el pasado jueves las posiciones de los rebeldes chiíes, conocidos como Ansar Alá, quienes intentan hacerse con el control de la ciudad sureña de Adén tras expulsar a las autoridades de la capital Saná.

La Declaración recalcó el reconocimiento de los países árabes a la legitimidad del presidente yemení, Abdel Rabu Mansur Hadi, y alertó de que las operaciones militares en el Yemen continuarán hasta que las milicias chiíes retiren sus fuerzas de Saná, entreguen las armas y acepten iniciar un diálogo para solución la actual crisis.

En una entrevista concedida a Efe, el ministro yemení de Exteriores, Riad Yasin, aseguró que tienen pruebas de que la Guardia Revolucionaria iraní apoya con armas a los rebeldes hutíes en el Yemen y consideró "inevitable" una operación terrestre contra este grupo chií.

En cuanto a Libia, los líderes árabes, quienes reiteraron su apoyo al Gobierno de Tobruk, pidieron al Consejo de Seguridad la anulación del embargo de armas al Ejército libio y exigieron impedir la llegada de material a los terroristas presentes en ese país.

Asimismo, instaron a las instituciones religiosas de Oriente Medio a intensificar sus esfuerzos para rechazar las ideologías extremistas y a renovar el discurso religioso para fomentar la tolerancia y la lucha contra el terrorismo.