Home

Mundo

Artículo

LOS PROFESIONALES

Todos culpables y ninguno inocente en el enmarañado mundo del espionaje entre Este y Oeste

21 de octubre de 1985

"Espionitis" es una palabra adecuada para designar el torrente de hechos que se vienen dando en los últimos meses, en los que la lucha entre los servicios secretos del "Mundo Libre" y de la "Cortina de Hierro" intercambian golpes, no ya como antaño, en apartados lugares y ante un círculo estrecho de relacionados, sino a la vista de todos, y para diversión de todos.
Primero entró en escena la familia Walker, en Estados Unidos. Después irrumpieron el gordo Tiedge y las dos secretarias, en puestos claves de la Alemania Occidental, quienes huyeron sin dificultad, cada uno con cuentas diferentes bajo el brazo, hacia Alemania Oriental. Más tarde saltó a la arena el ruso Gordievsky, jefe de la KGB en Londres, quien pidió asilo en el Reino Unido, causando la expulsión obvia de 25 diplomáticos y periodistas soviéticos por órdenes de la señora Thatcher y la respectiva réplica de Gorbachev, quien hizo lo propio con 25 ciudadanos británicos acusados de ser tan espías como los expulsados por Inglaterra.
No acababa de ser leída en los periódicos la noticia de los otros 6 británicos expulsados por el Kremlin en represalia por la expulsión extemporánea de otros 6 ciudadanos soviéticos, cuando una nueva secretaria alemana de 45 años, Herta Willner, ingresaba a la venerable galería de la mano de su marido, Herbert Adolf Willner.
No es todo. El mismo día, el gobierno griego informaba haber detenido a dos expertos electrónicos, Michael Megalokonomos y Nikos Pipitsoulis, bajo el cargo de espiar en favor de la URSS, así como la detención de un oficial naval, cuyo nombre no fue dado en principio. Según el ministro de Defensa griego, estas capturas pudieron ser realizadas, gracias a informaciones suministradas a los servicios norteamericanos por Serguei Bokhane, un doble agente soviético que huyó a Estados Unidos hace cuatro meses.
Las conexiones subterráneas que hay entre estos hechos aparentemente aislados, es otro elemento del novelón. Aunque las autoridades de Bonn y Londres lo negaron, se cree que existe una relación entre el paso al bloque sovietico de Tiedge y la "destapada" de Gordievsky. Es posible que Tiedge, elemento clave del contraespionaje de Alemania Federal y a la vez espía comunista, haya advertido a Moscú que su hombre en Londres era un traidor. Por eso el asilo de Gordievsky, verdadero golpe para los servicios secretos ingleses, quienes tenían en él un peón muy valioso, fue respondido con fiereza por la intrépida señora Thatcher.
El caso de los esposos Willner, también es una secuela del asunto Tiedge. El servicio de contrainteligencia de Alemania Federal había iniciado en mayo pasado una investigación de los Willner, sin mayor éxito. De hecho, Herta, quien era secretaria en la Cancillería Federal (la jefatura del gobierno de Bonn), y su esposo Herbert --funcionario de la Fundación Naumann, uno de los aparatos del Partido Liberal--pudieron continuar sus actividades hasta el 12 de agosto pasado cuando partieron para España, donde acostumbraban a pasar todos los años sus vacaciones de verano. ¿Por qué nunca fueron detenidos? El obeso y borrachín Tiedge, había sido encargado de esa investigación. Los Willner, al enterarse en España de la huída del topo rojo, cogieron las de Villadiego. Otra posibilidad es que la pareja haya sido alertada por la célebre Stasi (servicio de inteligencia de Alemania Democrática), al tener conocimiento de que ellos estaban siendo investigados.
Herbert Adolf Willner, 59 años, había sido miembro de los cuerpos de élite nazis, Waffen SS, durante la II Guerra Mundial. Capturado por los soviéticos, fue puesto en libertad en 1949. Estudió periodismo en la RDA e ingresó al Partido Socialista Unificado (comunista), del que fue expulsado por su pasado nazi y readmitido más tarde. En 1961 "emigró" a la RFA e ingresó al Partido Liberal. Las sospechas contra él en este país arrancan desde ese último año y se acrecientan en 1973. Pero las investigaciones que adelantan sobre él no llegan a nada.
En cuanto a Oleg Gordievsky, quien trabajó durante 19 años para los servicios occidentales, los observadores esperan que haya nuevas repercusiones de su paso. En París se rumora que Gordiesvky ha entregado una lista de más de 20 agentes soviéticos importantes que están operando en Francia. Pero París, que ha invitado a Mikhail Gorbachev a reunirse con Mitterrand algunas semanas antes de la cumbre con Ronald Reagan en Ginebra, no quería tomar medidas al respecto por ahora. --