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LOS SOBREVIVIENTES

A pesar de la democratización de Latinoamérica y la caída del comunismo, la guerrilla marxista se niega a desaparecer y persiste en su lucha en cuatro países del subcontinente.

17 de marzo de 1997

Las guerrillas marxistas de America Latina se niegan a desaparecer. Para muchos son un anacronismo en un continente donde priman la democracia y la internacionalización de la economía y cuando el comunismo desaparece en el mundo. Para otros, su persistencia es la demostración de que por lo menos la principal de las'condiciones objetivas' para justificar un cambio de que habla su doctrina _esto es, la pobreza generalizada de la población_ sigue vigente y está creciendo precisamente por cuenta del nuevo orden económico. Cualquiera que sea la razón, lo cierto es que el fenómeno guerrillero sigue vivo, si bien sus exponentes actuales ya no parecen tener la posibilidad de conducir a las masas a la toma del poder _como parecían tenerla en los años 60 ó 70_ y sus líneas ideológicas son menos claras que entonces, cuando no se encuentran difuminadas detrás de su cercanía non sancta con la delincuencia común, como sucede en Colombia.
Prácticamente toda Latinoamérica tuvo en los años 60 intentos guerrilleros. Hoy en día, aparte de Colombia, la guerrilla marxista sigue tratando de levantar cabeza sobre todo en tres países: México, Perú y, en menor escala, Chile.
Mexico
En una entrevista publicada el 6 de febrero por The New York Times, tres dirigentes del Ejército Popular Revolucionario _EPR_ afirmaron estar listos para una confrontación de largo plazo. Dijeron no haber recibido ningún golpe estratégico _a pesar de lo que afirman las autoridades_ y sostuvieron que el EPR está ganando adeptos en las zonas rurales más empobrecidas de su país. El EPR emergió el 28 de junio de 1996 con ataques en los estados de Oaxaca, Guerrero, Chiapas y México, que dejaron 15 muertos. Las autoridades sostienen que el EPR proviene de un grupo de los años 80, el Partido Revolucionario Clandestino Unión del Pueblo _Procup_, liderado por Felipe Martínez Soriano, ex decano universitario preso desde 1990. Por los mismos días de la ofensiva del EPR, el diario El Financiero publicó un informe de la Agencia de Inteligencia Militar del Ministerio de Defensa de Estados Unidos, según el cual en México operan 37 grupos subversivos. Entre ellos hay tres en Guerrero, tres en Oaxaca y nueve en Hidalgo, al norte de la capital. En suma, según el análisis, en 15 de los 32 estados mexicanos existen organizaciones subversivas. Esos grupos son la última expresión de un fenómeno iniciado el primero de enero de 1994, cuando hizo su aparición el 'Ejército Zapatista de Liberación Nacional'. Entre 1.000 y 4.000 combatientes _la mayoría de la etnia Maya Tzeltal_ tomaron cuatro municipalidades del estado de Chiapas y se mantuvieron en combate durante 12 días. Fue un golpe duro para la imagen del país porque apareció cuando entraba en vigencia el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, puerta de entrada de México al mundo industrializado. Con su carismático líder, el 'subcomandante Marcos' (identificado hoy por las autoridades como Rafael Sebastián Guillén Vicente), el grupo procedió a presentar sus demandas en la 'Declaración de la Selva Lacandona'. A pesar de múltiples diálogos poco se ha sacado adelante, salvo un acuerdo sobre cultura indígena que parece convertirse en letra muerta.


Perú

El Mrta es hoy el grupo más mencionado en el Perú por la espectacular toma de la residencia del embajador del Japón, donde tiene aún a 30 rehenes para intercambiarlos por la liberación de 400 de sus integrantes, presos en la actualidad. El grupo apareció en 1984 con un ataque contra la embajada de Estados Unidos y alcanzó su máximo poder al final de ese decenio, con unos 3.000 efectivos. A comienzos de los 90 el grupo empezó a resentir los efectos de la guerra contra el Estado y contra otro grupo guerrillero, Sendero Luminoso. En 1992 cientos de miembros se acogieron a un plan de amnistía del gobierno de Alberto Fujimori y la policía recapturó al líder Víctor Polay Campos, quien se había fugado de la cárcel en 1990. Hoy, con gran parte de su gente encarcelada, el Mrta parece jugarse el todo por el todo en la toma de la residencia japonesa.
Sendero Luminoso, el más siniestro grupo subversivo que haya tomado las armas en Latinoamérica, apareció en 1980 bajo el comando de un ex profesor de filosofía, Abimael Guzmán ('presidente Gonzalo'), un líder casi deificado que se consideraba "la cuarta espada de la revolución mundial", después de Marx, Lenin y Mao. Desde entonces Sendero produjo la muerte de 27.000 personas y desestabilizó la autoridad del gobierno central en la tercera parte del país. Para 1992 el grupo se disponía a lanzar su ofensiva final contra Lima, con un 'paro armado' que amenazaba asesinar a quien se atreviera a presentarse a su trabajo. Pero el 12 de septiembre de ese año cayó preso Guzmán, y poco más tarde buena parte de la cúpula de la organización. Luego de un año de prisión solitaria Guzmán se rindió por fin y envió una carta a sus seguidores en la que pedía dejar las armas y buscar un diálogo. Aunque el gesto produjo la entrega de varios cientos de guerrilleros y atrajo el respaldo de los casi 3.000 senderistas presos, causó la división del movimiento. Oscar Ramírez, 'comandante Feliciano', se niega a dejar las armas con una importante facción de combatientes. "Maoísta preso es maoísta muerto", es la frase que se le atribuye. Y de hecho, frecuentes acciones de Sendero Luminoso se encargan de recordarles al pueblo y al gobierno peruano que el suyo no es un capítulo cerrado.

Chile

En Chile el tema de la guerrilla resurgió tras la fuga de una cárcel de alta seguridad de tres líderes del Frente Patriótico Manuel Rodríguez _Fpmr_ a bordo de un helicóptero. El hecho se produjo el pasado 30 de diciembre, en momentos en que el presidente Eduardo Frei dirigiría su mensaje a la nación para resaltar la paz alcanzada en los últimos años. La fundación del Fpmr en 1983, en el marco de la Rebelión Popular desarrollada por el Partido Comunista, buscó crear las condiciones para el derrocamiento del general Augusto Pinochet. El atentado del año 1986 contra el dictador fue su aparición en escena. A partir de 1988, luego del plebiscito que dio paso a la transición a la democracia, el Partido Comunista comenzó a discutir el desarticulamiento de su brazo armado. En ese entonces el Frente Manuel Rodríguez se dividió en dos grupos: uno que ingresó a la legalidad y otro que se autodenominó 'Frente Autónomo Manuel Rodríguez'.

El 'Frente Autónomo', liberado del partido, diseñó su propia estrategia y su primera operación se llamó 'No a la impunidad'. A partir de 1991, tras varios atentados y secuestros, el gobierno de Patricio Aylwin se lanzó a derrotarlo. Importantes miembros fueron detenidos en cárceles de máxima seguridad. La tarea parecía concluida y se repetía con felicidad que Chile era calificado como el país más seguro y sin conflictos de América Latina.
Por eso la fuga sobresaltó al gobierno. Andrés Benavente, politólogo de la Universidad de Chile, señaló a SEMANA que "en América Latina hay un proceso de reformulación de las estrategias de varios grupos insurgentes, entre los que se inscribe el Frente Manuel Rodríguez. Este movimiento ha dado una clara señal de estar vigente y activo. En esta etapa de reconversión de los insurgentes, el Frente Manuel Rodríguez intentará vincularse a los problemas y conflictos sociales, para promover desde tal escenario condiciones de ingobernabilidad del sistema. Con ello está ciertamente abriendo una nueva etapa estratégica en que es muy visible la influencia de la variante zapatista". Algo que, palabras más, palabras menos, es aplicable a los grupos insurgentes que sobreviven en América Latina.