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SUFRAGIOS

Los temores de fraude en las elecciones de EE.UU.

El derecho al voto versus la limpieza del proceso electoral es un debate que consume a los estadounidenses en cada comicio. Muchos aseguran que el fraude no es un problema y que las leyes buscan anular a las minorías.

Alianza BBC
6 de noviembre de 2012

Un centro de votación anticipada de Miami, Florida, reactivó este fin de semana el debate sobre el derecho al voto y la necesidad de legislar para prevenir el fraude electoral que consume a los estadounidenses cada vez que se aproximan unos comicios nacionales.

Decenas de personas esperaban en Doral en fila la tarde del domingo cuando la votación fue suspendida. Algunas de las cerca de doscientas personas que estaban en el lugar exigieron indignadas que se les respetara su derecho a elegir.
 
"Esto no es Cuba, esto no es China, esto no es Venezuela", gritaba un hombre refiriéndose a países cuyos sistemas electorales no son considerados por algunos muy confiables o muy equilibrados.

Pero el derecho al voto no estaba en cuestión, según la explicación que dio el alcalde de Miami-Dade, Carlos Gimenes, quien dijo seguir la orden del gobernador de Florida, Rick Scott, de no extender una jornada más la votación anticipada en el estado, uno de los más importantes electoralmente hablando.

Sin embargo, el episodio reavivó una polémica, que, según la Unión de Libertades Civiles de EE.UU. (ACLU) está afectando el derecho de la población "en la medida que las legislaturas estatales aprueban leyes con el pretexto de prevenir el voto fraudulento y salvaguardar la integridad de las elecciones".

Derechos vs seguridad
 
En EE.UU. son los gobiernos estatales los encargados de organizar y administrar las elecciones a través de comisiones especiales.

Por eso, cuando se acercan las elecciones nacionales, las legislaturas estatales suelen considerar regulaciones para garantizar la limpieza de los procesos y prevenir el potencial de fraude.

Aunque todos parecen de acuerdo en que el sistema debe protegerse al máximo y que el derecho al voto es constitucionalmente sagrado, no todos creen que sea un problema que requiera legislación especial, mientras que otros temen que busquen limitar el ejercicio del voto entre los pobres y las minorías.

De acuerdo con un informe presentado por el Centro Brennan para la Justicia, titulado "Cambios en las leyes electorales", 14 de los 19 estados que habían adoptado regulaciones para este año revirtieron o modificaron las polémicas nuevas provisiones, que iban desde exigir identificación fotográfica al votante, pruebas de ciudadanía para la inscripción electoral o reducir las posibilidades de votar anticipadamente.

Como el día de la elección siempre es el primer martes después del primer lunes de noviembre -jornada laboral- muchas personas para quienes sería difícil salir de sus trabajos aprovechan para votar en centros especiales. Otros envían su voto por correo.

De acuerdo con el Censo de EE.UU. la votación personalizada anticipada en estados del sur del país se triplicó del 2004 al 2008 y la abrumadora mayoría fueron votantes negros.

Por eso el informe del Centro Brennan critica que en Florida, Georgia, Tennesse, o Virginia Occidental se redujera sustancialmente el número de días y las opciones para votar anticipadamente.

 
Lo nacional, lo estatal
 
"Si observas de cerca la elección nacional en EE.UU., te darás cuenta que se trata de cincuenta elecciones estatales al mismo tiempo, cada una de las cuales tiene sus propias reglas e implicaciones legales", dijo a BBC Mundo Paul Conway, director de Generación Oportunidad, una organización que promueve el voto entre menores de 29 años.

Por lo general, los demócratas o grupos vinculados al partido se quejan de que las regulaciones buscan desincentivar el voto entre sectores de la población que suelen favorecer al partido del presidente Barack Obama, como los negros, clases bajas y la minoría hispana.

Los republicanos, en cambio, favorecerían el reforzamiento de las leyes para evitar comportamientos fraudulentos. Sin embargo, Conway no cree que pueda hacerse una división partidista a la hora de equilibrar el derecho y la seguridad del voto.

"Eso depende de en qué parte del país estés. Puedo decir, al haber estado involucrado en muchas campañas, que hay muy buena gente en ambos partidos preocupadas por la integridad del sistema y para ellos integridad del sistema no significa que vayan en contra de los derechos de los votantes", afirma Conway.

El caso Kennedy

Sin embargo, las organizaciones que dicen defender el derecho al voto aseguran que no hay pruebas suficientes como para pensar que el fraude sea un problema y argumentan que entre 2002 y 2005 sólo fueron condenadas 26 personas por este tipo de delitos, de acuerdo con datos del Departamento de Justicia.

"Aparte de las anécdotas sin prueba o acusaciones sin base, los que apoyan estas leyes simplemente no pueden demostrar que sean necesarias. El proyecto de Derecho al Voto continuará su lucha contra esas leyes que desincentivan a millones de votantes sin una justificación legítima", se asegura en el sitio web del proyecto de ACLU.
 
En cambio, Amy Ridenour, directora del Centro Nacional para Investigaciones de Políticas Públicas, considera que "el fraude del voto es un gran problema"

En conversación con BBC Mundo, Ridenour recordó que en 1960 se denunció que la campaña del demócrata John Fitzgerald Kennedy habría hecho trampas que le permitieron derrotar a Richard Nixon.

"Lo que es menos conocido es que ese año los republicanos del estado de Illinois también, sólo que no lo suficiente para superar las trampas demócratas en Chicago. Estos engaños en las elecciones no es tan raro como a muchos de nosotros nos gustaría pensar".

Ridenour también rechaza la idea de que las iniciativas de control busquen afectar a grupos minoritarios, identificados con algún partido en particular y por el contrario, considera que redundan en el beneficio de esas comunidades.

"El fraude electoral parece afectar desproporcionadamente vecindarios con mayor presencia de minorías. Quienes se oponen a las medidas de protección, presentan eso como argumento, pero creo que lo contrario es lo cierto: las minorías son más susceptibles de ver sus elecciones locales manipuladas y sus votos robados", asegura Ridenour.

Aunque el debate se reactiva en tiempos electorales, es seguro que la polémica continúe más allá de las elecciones de noviembre, ya que muchas de las suspensiones de leyes deben resolverse en las cortes.

Posiblemente dos de ellas llegarán a la Corte Suprema en Washington, cuya decisión podría inclinar la balanza a favor o en contra de los que defienden el derecho al voto y los que defienden la integridad del sistema electoral.