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Organizaciones defensoras de la libertad de prensa han advertido que por culpa del miedo, los medios mexicanos no sólo están abandonando el periodismo de investigación, sino la cobertura básica del crimen y la corrupción. | Foto: AP

MÉXICO

Luchando contra la censura del 'narco'

"¿Qué quieren de nosotros?", fue la pregunta que el Diario de Ciudad Juárez les hizo a las bandas criminales tras la muerte de uno de sus periodistas. Pero la violencia no ha silenciado a los mexicanos. Sin embargo, no todos los que informan son reporteros profesionales.

Alianza BBC
Ignacio de los Reyes, BBC Mundo México
21 de septiembre de 2010

Dos días después de ver asesinado a uno de sus reporteros, El Diario de Ciudad Juárez lanzó desde sus páginas una clara pregunta a las organizaciones criminales: "¿Qué quieren de nosotros?".
 
El periódico respondió así al problema de las amenazas que muchos medios mexicanos dicen tener que soportar por informar sobre las luchas de los carteles y sus enfrentamientos con las autoridades.
 
"Por culpa del miedo, los medios no sólo están abandonando el periodismo de investigación, sino la cobertura básica del crimen y la corrupción", denunció además un informe del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) publicado este mes.
 
Y sin embargo, a pesar de ese temor, el torrente de información sobre estos hechos no ha dejado de fluir, especialmente por internet. Aunque quienes difundan esa información no sean siempre reporteros profesionales.
 
"Los medios mexicanos y los corresponsales extranjeros han sido silenciados por el miedo y las muertes de sus colegas. Así que los mexicanos tienen que depender de ellos mismos para obtener información sobre balaceras o narco-bloqueos", explicó el blogger estadounidense residente en México, David Sasaki.
 
En Twitter
 
Uno de los ejemplos más representativos es la respuesta popular que generó en las redes sociales el tiroteo entre sicarios y militares en el campus de la Universidad Tecnológica de Monterrey en marzo pasado.
 
A través de su cuenta Twitter, una estudiante informó de la balacera en la que murieron dos alumnos del centro, y luego compartió su experiencia en su blog, convirtiéndose así en fuente de información para numerosos medios locales.
 
"Se trató simplemente de una forma de desahogo para que la gente supiera realmente lo que estaba pasando, que no era exactamente lo que estaban contando los medios", le dijo a BBC Mundo la twittera Mizar7, quien prefiere no revelar su nombre.
 
Y, desde hace meses, los usuarios de Twitter de Monterrey y todo el país usan el hashtag (o palabra clave) #balacera como una manera de reportar información sobre tiroteos.
 
"En el momento en que pasa algo, ahora te enteras antes en Twitter que en la televisión, que tardará 40 minutos en confirmar algo que tú misma ya viste", dice Mizar7.

Informadores voluntarios
 
Pero las redes sociales no son el único escenario donde se puede encontrar esta marea de datos.
 
El blog "Menos días aquí" es un ejemplo de ello. Se trata de un proyecto colectivo de internautas voluntarios que cada día publican una lista con los nombres de los muertos por la violencia en el país y hace regularmente un balance del número de asesinados.
 
"Nosotros dejamos los nombres en nuestra lista para que, si el relato, las causas, las explicaciones aparecen algún día, devuelvan (si tal cosa es posible) un poco de justicia a los ajusticiados", reza su declaración de intenciones en la web.
 
Otros blogs de informantes anónimos parecen haberse especializado en subir a sus sitios videos o fotografías, a menudo mostrando escenas de extrema violencia, de operaciones de los carteles y su lucha contra el Ejército o la Policía, que el resto de medios no tienen o deciden no publicar.
 
"No son alternativa"
 
"Claramente, la ventaja de estos sitios es que el anonimato les garantiza protección frente a las amenazas del ‘narco’ o del Gobierno", explica Sasaki, especialista en "periodismo ciudadano".
 
"La desventaja es que, como lectores, no podemos juzgar o comprender cuáles son las motivaciones del autor", matiza.
 
De hecho, esta falta de información sobre sus objetivos no es lo único que preocupa a editores de medios tradicionales y organizaciones de prensa.
 
Y no todos tienen una opinión totalmente positiva de la labor que realizan.
 
"Los blogs o las redes sociales no están cubriendo ningún espacio", sostiene por ejemplo Carlos Marín, director editorial del diario Milenio.
 
Según le cuenta Marín a BBC Mundo, este tipo de reportes ciudadanos suponen más bien una montaña de información sin orden, sin contraste de fuentes, ni respeto por las cuestiones éticas en la cobertura de la violencia.
 
"Puede que a veces algo de lo que circula por internet sea cierto, pero no tengo ninguna seguridad de ello", dice Marín, quien dice no creer en el llamado "periodismo ciudadano".
 
La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), por su parte, celebra la aparición de nuevas fuentes, aunque con cautela.
 
"Todo lo que suponga que haya más información disponible es bueno", asegura a BBC Mundo el presidente de la organización, Alejandro Aguirre.
 
Lo "lamentable", añade, es que existan las circunstancias que puedan dar pie a la necesidad de vías alternativas de información. O lo que es lo mismo: "que no exista el clima en el que un periodista mexicano pueda ejercer su profesión sin temor".