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Joaquín el "Chapo" Guzmán al momento de ser conducido a la cárcel. | Foto: AP

NARCOTRÁFICO

México prepara la extradición de Joaquín el “Chapo” Guzmán

Los abogados del narcotraficante buscan argumentos jurídicos para evitar que pague condena en Estados Unidos.

9 de enero de 2016

México está dispuesto a extraditar al capo del narcotráfico Joaquín el “Chapo” Guzmán a Estados Unidos, dijo el sábado un funcionario policial, lo que representa un cambio radical en la posición del gobierno tras su anterior captura en 2014.

"México está dispuesto. Hay planes de cooperación con Estados Unidos, no sólo en ese tema", dijo el funcionario, que habló a condición de guardar el anonimato porque carece de autorización para hacer declaraciones a la prensa.

Sin embargo, advirtió que podría requerirse una larga espera antes de que los fiscales estadounidenses le puedan poner las manos encima a Guzmán, el narcotraficante más buscado que fue recapturado el viernes tras seis meses prófugo: "Se tiene que desahogar un proceso jurídico. Y la defensa tiene sus elementos jurídicos también".

Altos funcionarios del Partido Revolucionario Institucional (PRI), al que pertenece el presidente Enrique Peña Nieto, también dejaron entrever la idea de una extradición, que habían descartado tajantemente antes de que Guzmán se fugara de la cárcel de mayor seguridad en México el 11 de julio, acción que representó un profundo motivo de vergüenza para el gobierno.

Manlio Fabio Beltrones, presidente del PRI, dijo que "en México (Guzmán) tiene mucho por qué pagar sus cuentas pendientes, y si es necesario, las pague también en otros lugares".

Pero incluso si las autoridades mexicanas están de acuerdo con eso, el abogado de Guzmán, Juan Pablo Badillo, declaró al periódico Milenio que la defensa ya presentó seis peticiones para impugnar las solicitudes de extradición.

"Ellos (la defensa) pueden impugnar al juez, la causa probable, el procedimiento", dijo Juan Masini, exagregado del Departamento de Justicia estadounidense en la embajada de Estados Unidos en México.

"Por eso puede tardar bastante tiempo. No impugnarán todo de una sola vez... Lo harán poco a poco, aprovecharán los tiempos al máximo", agregó.

Guzmán, una figura legendaria en México que pasó de ser el hijo de un agricultor al capo del narcotráfico más buscado del mundo, fue capturado tras una balacera entre sus hombres armados y efectivos de la Marina mexicana en una vivienda de la ciudad de Los Mochis, una ciudad a orillas del Pacífico en el estado de Sinaloa en el que el “Chapo” nació.

Cinco sospechosos fueron muertos a tiros y seis más arrestados. Un marino resultó herido.

La operación fue resultado de seis meses de investigación por parte de las fuerzas mexicanas, que localizaron a Guzmán en una zona rural del estado de Durango en octubre pero decidieron no disparar porque estaba con dos mujeres y una niña, dijo la procuradora general de la República, Arely Gómez.

Después de su aprehensión, el jefe del poderoso cártel de Sinaloa fue traído al aeropuerto de la Ciudad de México, donde se le condujo hasta un helicóptero y ahí fue mostrado a la prensa. Acto seguido Guzmán fue trasladado por aire a la misma prisión de la que se había evadido.

Las peticiones para una rápida extradición son las mismas que en febrero de 2014 tras la anterior captura de
el “Chapo", que enfrenta cargos por tráfico de drogas en varios estados estadounidenses. En ese entonces, el gobierno de México insistió en que podía hacerse cargo de un hombre que ya se había escapado de una cárcel de máxima seguridad, alegando que primero debía pagar su deuda con la sociedad mexicana.

El entonces procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, dijo que la extradición podría hacerse efectiva sólo cuando el “Chapo” cumpliera su sentencia en México "unos 300-400 años después; falta mucho".

Entonces Guzmán se fugó por segunda vez el 11 de julio ante las narices de los guardas y funcionarios de la cárcel más segura del país, valiéndose de un sofisticado túnel que mostró la profundidad de la corrupción en el país y puso en vergüenza al gobierno de Peña Nieto.

En 2001 se escapó de una prisión de máxima seguridad cuando cumplía una sentencia de 20 años de cárcel.
Según versiones, el “Chapo” se escondió en un carrito de lavandería, aunque algunos expertos dudan de esas aseveraciones. Guzmán había estado entonces 13 años prófugo.

Gómez dijo que uno de los principales constructores de túneles de Guzmán condujo a agentes al vecindario de Los Mochis en el que las autoridades habían estado vigilando durante un mes. El equipo advirtió mucha actividad en la casa el miércoles y la llegada de un vehículo el jueves en la mañana. Las autoridades pudieron determinar que el “Chapo” se encontraba en el interior de la vivienda, dijo la procuradora.

Los efectivos de la Marina fueron recibidos a balazos al acercarse.

Gómez dijo que Guzmán y su jefe de seguridad, Iván Gastelum El “Cholo”, lograron huir por el alcantarillado pluvial y salieron por una tapa del drenaje en una calle, donde se apoderaron de vehículos para escapar.

Los marinos persiguieron a ambos hombres por el alcantarillado y los cercaron con base en informes de vehículos robados. Ambos fueron arrestados en la carretera.

Lo que ocurra ahora es crucial para Guzmán, cuyo cártel envía de contrabando varias toneladas de cocaína y marihuana, al tiempo que fabrica y transporta metanfetaminas y heroína, sobre todo a Estados Unidos.

Según se afirma en un comunicado de la Procuraduría General de la Republica, Washington presentó una solicitud de extradición de Guzmán el 25 de junio pasado, cuando el jefe narcotraficante todavía estaba tras las rejas, y otra el 3 de septiembre, después de que escapara.

El gobierno mexicano determinó que las peticiones eran válidas dentro de un tratado de extradición entre ambos países y las turnaron a un panel de jueces federales, quienes ordenaron la captura de el “Chapo” el 29 de julio y el 8 de septiembre, después de que ya se había fugado.

Esas órdenes de arresto no eran para extraditar a Guzmán sino para iniciarle el proceso de extradición. Ahora que fue aprehendido otra vez, México tiene que comenzar a procesar nuevamente las solicitudes de extradición, según la ley del país.

Lo más rápido que podría Guzmán ser extraditado serían seis meses, dijo un funcionario federal que solicitó el anonimato, pero eso no es probable debido a las apelaciones presentadas por los abogados. El funcionario dijo que las apelaciones suelen ser desechadas, pero cada una implica que un juez fije una audiencia.

Eso podría tardar semanas o meses, lo cual demora la extradición, dijo la fuente. "Tenemos casos que llevan seis años", agregó.

La Procuraduría General de la República hizo notar que los abogados de Guzmán ya habían presentado varias apelaciones, algunas de las cuales fueron desechadas y otras continúan pendientes de resolución.

"No debe ser extraditado a Estados Unidos ni a ningún otro país extranjero", dijo el sábado Badillo, el abogado de Guzmán. "En México hay leyes sustentadas en una Constitución justa. En este caso a nuestro país se le debe respetar su soberanía nacional, la soberanía de sus instituciones de impartición de justicia".

Badillo dijo hace varios meses que las solicitudes de extradición presentadas por Estados Unidos fueron la
razón por la que Guzmán se fugó.

La segunda evasión de el “Chapo” el año pasado fue incluso más audaz. Huyó por un agujero en el suelo de donde se ubicaba su ducha —ante la mirada de los guardias— y recorrió un túnel de 1.600 metros (una milla) de largo) que conducía hasta una casa cercana a la prisión. El túnel tenía ventilación, iluminación y una motocicleta adaptada para desplazarse sobre rieles.

El ruido derivado de la perforación del túnel hasta su celda era obvio en el interior de la prisión, de acuerdo con el video tomado a Guzmán en su celda poco antes de que se fugara.