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MISTERIOSA AUSENCIA

¿Qué conexión puede haber entre la desaparición de Andropov y la crisis centroamericana?

19 de diciembre de 1983


La inexplicable desaparición -que completa ahora algo más de tres meses del premier soviético Yuri Andropov de la escena pública, ha originado las más variadas conjeturas en un momento en que los Estados Unidos han pasado abiertamente a la ofensiva en el juego por el poder mundial. La reciente invasión a Granada y la llegada a Inglaterra de los primeros misiles Cruise, a comienzos de la semana pasada, son una clara demostración de que el Presidente Reagan ha decidido confirmar la imagen de agresivo cowboy con que se le ridiculizara cuando era tan solo un candidato a la primera magistratura.
Hasta ahora, el efecto en el Kremlin de las acciones norteamericanas ha sido ponerlo a la defensiva. Por primera vez en casi dos décadas, los rusos se han visto limitados a protestar a través de furibundos comunicados de la agencia Tass en los que denuncian a la Casa Blanca por su política "imperialista" y se esgrimen amenazas de todo calibre contra Occidente. La aparente impotencia soviética da la impresión de tener raíces en la falta de un líder definido, a pesar de que Andropov ha concertado en él títulos y posiciones.
Se dice que ha estado internado en un hospital en las afueras de Moscú, donde ha sido tratado por una serie de dolencias en el higado que, eventualmente, pueden haber llegado hasta un trasplante del órgano. La gran convalecencia que tal tipo de anomalía requiere explicaria la ausencia del número uno del Politburó ante una serie de crisis que ha debido enfrentar el gobierno y que empezaron con el derribamiento del avión coreano.
Mientras tanto, se comenta que el vacio de poder ha sido llenado por Konstsantin Chernenko, otrora la mano derecha de Brezhnev, y por Dimitri Ustinov, el ministro de Defensa, quienes se han dividido los asuntos a tratar, pero haciéndolo en forma "desordenada", según fuentes occidentales.
Las mismas fuentes han llegado a sugerir que Andropov habría sido herido de un balazo en un brazo por Yuri Brezhnev, hijo del antecesor del actual Presidente de la URSS, tras un enfrentamiento con éste. Yuri Brezhnev es ministro interino de intercambio exterior. Ninguna agencia noticiosa internacional pudo confirmar ese rumor, lanzado en Londres por el sensacionalista "Daily Express".
De todas formas, la inesperada coyuntura le ha caído como anillo al dedo a Ronald Reagan quien envalentonado por el desarrollo de los acontecimientos, ha intensificado el tono de su retórica a niveles desconocidos. Los discursos pronunciados por el presidente norteamericano en su gira por Japón y Corea del Sur, demuestran la voluntad de la administración de oponerse con firmeza a cualquier acto del bloque comunista, y han convencido a muchos en Washington de la necesidad de seguir cosechando "triunfos". A este respecto, las especulaciones sobre un nuevo despliegue de fuerzas norteamericanas se dirigen a Nicaragua, (ver respectivo artículo), convertida de tiempo atrás en una de las espinas que Ronald Reagan no ha podido tragar.
Aparentemente la Casa Blanca estaría preocupada por la manera en que Moscú reaccionaría ante una confrontación directa de USA con los sandinistas. Mientras que una parte de los asesores afirma que el Kremlin se limitará a un comportamiento pasivo, otros insisten que ésta podría ser la gota que derrame la copa, con lo cual el mundo se vería a las puertas de una guerra entre las superpotencias. La falta aparente de una cabeza en el Kremlin, agregan, no impide que en casos de crisis extremas se imponga el punto de vista militar sobre el diplomático. Finalmente, un tercer partido toma una posición intermedia y alega que la URSS se abstendría de auxiliar a Nicaragua. Pero trataría de devolver el golpe generando, por ejemplo, una confrontación en el Medio Oriente a través de los sirios.
En contraste con los postulados anteriores, la mayoría en los Estados Unidos cree que la tirantez debe disminuir aunque las encuestas posteriores al desembraco de "marines" en Granada mostraron amplio apoyo al gobierno. Sin embargo, Centroamérica, entra, para la gente, en otra categoría y el miedo a un conflicto en grande es patente. Al tiempo que el "Philadelphia Enriquer" subrayaba que "existen cientos o miles de razones por las cuales no debemos enviar tropas a Centroamérica", el diario "Los Angeles Times" concluía que "Reagan y sus asesores deben estar al tanto de la importancia extrema de dejar algunos puentes intactos en las relaciones con Rusia. Si por algún motivo la vuelta de la rueda genera oportunidades para más cooperación y menos confrontación Washington debería estar listo para hacer su parte".