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Mundial Sudáfrica 2010: controversia por las minifaldas holandesas

La controversia estalló el lunes durante el partido entre Holanda y Dinamarca, cuando 36 holandesas con estrechos vestidos anaranjados fueron detenidas por la policía por presuntamente efectuar una campaña de publicidad ilegal dentro del estadio.

Alianza BBC
BBC MUNDO
17 de junio de 2010

El gobierno de Holanda le pidió explicaciones al embajador sudafricano en La Haya luego de que dos ciudadanas holandesas fueron arrestadas y llevadas a un juicio "express" por presuntamente violar las leyes comerciales en el país sudafricano.

La llamada "controversia de las minifaldas" estalló el lunes durante el partido entre Holanda y Dinamarca, cuando 36 holandesas ataviadas con estrechos vestidos anaranjados fueron detenidas por la policía por presuntamente efectuar una campaña de publicidad ilegal dentro del estadio.

Casi todas fueron posteriormente liberadas, excepto Mirthe Nieuwpoort y Bárbara Castelein, quienes aparecieron este miércoles ante un tribunal, que las liberó bajo fianza y les ordenó comparecer nuevamente ante la justicia el 22 de junio.

Dicho procedimiento judicial es lo que generó la reacción del gobierno holandés, que considera que los cargos que se les imputan a ambas mujeres son "desproporcionados" e "incorrectos".

El grupo de holandesas fue señalado de estar vestidas con el naranja de la cervecera Bavaria, en un intento de lo que en mercadeo se define como "emboscada publicitaria". Ello a pesar de que ese color es el mismo de la selección de fútbol de Holanda.

No está claro por qué se acusó sólo a dos de las 36 mujeres involucradas.

Responsabilidad de proteger
La autoridad del fútbol mundial, la FIFA, le exigió al comité organizador del Mundial Sudáfrica 2010 una serie de requisitos para la competencia. Uno de ellos es la protección de la imagen de los anunciantes.

Por ello, por ejemplo, los vendedores ambulantes locales tienen prohibido entrar el perímetro establecido alrededor de los estadios, porque venden productos cuyas marcas son diferentes a la de los patrocinantes del torneo.

El grupo de holandesas ha dicho que no participaba en ningún tipo de campaña de mercadeo, aunque la prensa sudafricana informó que los costos de la defensa de Nieuwpoort y Castelein han sido pagados por Bavaria.

La cervecera holandesa ya estuvo en el centro de un controversia similar en la Eurocopa 2008, en Suiza y Austria, cuando entregó ropa naranja con el emblema de su marca a aficionados de ese país para ingresar a los estadios.

En aquel momento, la seguridad del torneo les impidió la entrada, por lo que los hinchas optaron por ver el partido en ropa íntima, hecho que fue reseñado ampliamente por los medios de comunicación.

Rodó una cabeza
La "controversia de las minifaldas" incluso ha tenido repercusiones en el Reino Unido.

Una investigación de las autoridades concluyó que las entradas que recibió el grupo de holandesas para la zona corporativa del estadio de Soccer City, en Johannesburgo, fueron entregadas en parte por un comentarista de la televisión británica.

El canal ITV, al enterarse del hecho, procedió a despedir a Robbie Earle.

Earle posteriormente afirmó que "no tenía conocimiento" del destino que tendrían las entradas y que "fue embaucado por un amigo".

"Espero que con el tiempo la gente piense diferente sobre mí", apuntó el comentarista de televisión.
 
¿Y los asientos vacíos?
•La polémica de las minifaldas pone bajo la lupa el uso de las entradas corporativas, ante la recurrencia de asientos vacíos en estas zonas de los estadios en varios de los partidos.
•BBC Mundo constató que durante el encuentro entre Argentina y Nigeria, uno de los de mayor atractivo de la primera ronda, decenas de asientos corporativos permanecieron sin espectadores.
•Asimismo, en el partido en Nelspruit entre Chile y Honduras el estadio Mbombela hubo unos 32.000 hinchas, pese a que tiene capacidad para unas 40.000 personas.
•La FIFA ya inició una investigación sobre los asientos vacíos.
El gobierno sudafricano ha dicho que tiene la responsabilidad de proteger la propiedad intelectual de los patrocinantes del torneo ante intentos de competidores por promoverse sin pagar derechos de comercialización.