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Desde que llegó al Palacio de Pizarro, la primera dama ha demostrado su protagonismo e incidencia en las decisiones más importantes del gobierno de Ollanta Humala. | Foto: A.F.P.

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El poder detrás del trono en el Perú

Nadine Heredia no solo es la mujer de Ollanta Humala, pues muchos sostienen que ella es quien lleva las riendas.

22 de marzo de 2014

No es raro que en un país como Perú el Congreso no respalde al presidente. Lo que sí es extraño es que la razón principal sea su mujer. Nadine Heredia se ha convertido en la primera dama más poderosa de su país y muchos la ven como la cabeza de gobierno. En las calles la llaman “presidenta Nadine” y en el Palacio de Pizarro sobran los rumores de que puertas adentro, ella es la que manda. Si antes Perú se sentía gobernado por una mujer, ahora no parecen caber dudas. Luego de renovar su gabinete por quinta vez en dos años y medio, esta semana Ollanta Humala se enfrentó a un Congreso incrédulo de su autoridad. Aunque finalmente logró el voto de confianza del Parlamento, las dudas frente a su esposa no se han disipado. Mientras tanto, Nadine sonríe ante las cámaras, le susurra al oído a Humala y evade los micrófonos.

Para muchos, o por lo menos para algunos sectores del Congreso, Nadine no solo es la esposa del presidente. Es también una amenaza frente a la ‘institucionalidad’ del país, pues el Ejecutivo no parece ponerle límites. En el último mes, Heredia ha cumplido públicamente funciones del presidente del Consejo de Ministros y algunos miembros del nuevo gabinete de Humala fueron reclutados por ella. Para completar las sospechas, el presidente ha empezado a llamarla la ‘compatriota’, lo que da la impresión de que su rol dentro del gobierno es todo menos secundario. El problema es hasta qué punto el protagonismo de Heredia le favorece a Humala, porque aunque es cierto que el liderazgo de una primera dama puede favorecer la imagen del presidente, nunca debe opacarla.

Pero es evidente que la voz de Nadine tiene mas eco que la de Humala. Cuenta con más de 652.000 seguidores en Twitter y un canal propio en YouTube que ya supera las 38.000 visitas. Además, después de dos extranjeras en el cargo, como lo eran la belga Eliane Karp de Toledo y la argentina Pilar Nores Martínez de García, el país se entusiasmó con el regreso de una peruana al Palacio de Pizarro. Tanto así, que más de una vez han llegado a pedirle que se pronuncie antes que el propio Humala, dando la impresión de que se trata de un gobierno de dos cabezas.“Es mejor gobernar como familia que solo”dijo el presidente hace poco en una entrevista.

A sus 37 años, Heredia es la mujer más poderosa de Perú. Fue cofundadora del Partido Nacionalista Peruano y desde finales de 2013 su presidenta. El hecho de que sea la cabeza del partido le otorga facultades nunca antes vistas para una primera dama. No solo porque tiene funciones ilimitadas, sino además porque puede nombrar a los miembros de su comité político. Y aunque no hay nada de malo en su elección pues no viola la Ley de Partidos, el país no parecía estar del todo contento con su nombramiento. Hay quienes creen que Heredia se aprovecha de su nuevo rol para hacer proselitismo político y abonar terreno para las elecciones presidenciales de 2016. Sin embargo, la ‘primera dama-presidenta’, como también la llaman, niega que se trate de un plan de ‘reelección conyugal’: “Yo conozco mi lugar y sé que es al lado de Ollanta apoyándolo, nunca adelante.”

Por ahora el verdadero propósito de Heredia es un enigma. Nadie sabe qué es lo que sigue para el ‘cerebro político’ detrás del presidente. Si entre sus planes está lanzarse. Como le dijo a SEMANA Santiago Pedraglio, académico de la Universidad Católica de Perú “El problema reside en el debate legal que su candidatura abriría porque aunque la Constitución no impide que una primera dama sea candidata a la Presidencia, la ley electoral sí lo hace.” Muchos creen que esperará hasta 2021, para así evitar acusaciones de nepotismo. Lo grave es que el oficialismo no tiene un reemplazo convincente y ahí entra Heredia a completar el rompecabezas.

Junto a Cristina Fernández de Kirchner en Argentina, Rosario Murillo en Nicaragua y Xiomara Castro en Honduras, Nadine se sumaría al creciente fenómeno de primeras damas poderosas en América Latina. Lo anterior confirma que el ‘efecto K’, como se le conoce al matrimonio presidencial del Kirchnerismo, ha salpicado a otros países de la región. Por eso cuando se llega a la obvia pregunta de si tiene planes de seguir los pasos de su esposo, Nadine solo sonríe. Pero a veces una sonrisa vale más que mil palabras.