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NEGOCIOS SIN FRONTERAS

Por encima de los problemas políticos, los empresarios de Colombia y Venezuela trabajan para un mercado común.

20 de julio de 1992

HACE APENAS UN AÑO, cuando en Colombia o en Venezuela se quería realizar un foro empresarial para explicar las bondades del comercio bilateral, era casi imposible reunir a medio centenar de asistentes.
Hace menos de un mes, cuando la Asociación Nacional dé Exportadores de Colombia y la firma Araújo Ibarra organizaron en Bogotá un encuentro bajo el nombre "Colombia y Venezuela, socios comerciales de los 90", asistieron cerca de 400 empresarios, de los cuales 150 vinieron desde el vecino país.

Pero lo más significativo es que salvo los enviados de los grandes bancos venezolanos, que dadas sus recientes imersiones en Colombia se familiarizaron ya con el clima bogotano, y uno que otro representante de compañías cón larga tradición en el intercambio binacional.
la gran mayoría de los empresarios del vecino país que se dieron cita en el Centro de Convenciones Gonzalo Jimenez de Quesada vinieron en busca de oportunidades. Es más, 90 de ellos no habían cruzado nunca la frontera.
En esos términos, el encuentro fue todo un éxito. Y lo fue porque desde enero pasado los gobiernos de Colombia y Venezuela acordaron eliminar las barreras comerciales y hacer realidad el sueño acariciado por los empresarios de los dos países desde hace más de 20 años.

La consolidación de la unión aduanera colombovenezolana ha originado un volumen de comercio tan importante, en tan corto tiempo, que nadie quiere quedarse por fuera de la nueva realidad. De acuerdo con cifras preliminares manejadas por el agregado comercial de la embajada de Colombia en Caracas, Jorge Alberto Velásquez, en los tres meses que lleva de vigencia la unión aduanera "las exportaciones colombianas hacia Venezuela han triplicado el volumen alcanzado en el mismo período del año anterior".

Hasta el mes de mayo habian ingresado a Venezuela, por la aduana de San Antonio del Táchira, más de 100.000 toneladas de mercancías colombianas.

De acuerdo con varios expertos venezolanos consultados por esta revista, el comercio binacional puede superar este año la cifra de los 1.000 millones de dólares, lo que representaría un incrémento superior al 35 por ciento con respecto a 1991 (ver cuadro).
Hay algunos que consideran, incluso, que dicha cifra puede ser muy superior.
Según Velásquez, por ejemplo, "el volumen que se pueda lograr depende de lo que históricamente se haya hecho, en circunstancias muy diferentes y en dos mercados protegidos, sino que dependerá de la agresividad comercial de las Empresas de ambos países". Y por lo que se ha visto hasta el momento por los resultados de encuentros como el realizado en Bogotá el aumento del comercio puede llegar a ser muy superior.
Hasta hace poco tiempo la integración entre los dos países simplemente como la unión de dos mercados complementarios. Los colombianos podrían vender al otro lado de la frontera los productos de su industria textil y muchos bienes primarios, mientras los venezolanos se especializarían en la fabricacíón de auto partes,químicos,y derivados del petroleo, entre otros. La realidad, sin embargo, es que a pesar de las naturales especializaciones, los empresarios han entendido que no hay campo vedado. Para ellos, el país vecino dejó de ser un simple campo de exportación para convertirse en una extensión de su propio mercado. Y es por eso que hoy se ven automoviles colombianos rodando por las calles de Caracas y los grandes almacenes de Bogotá comienzan a vender textiles venezolanos. A tal punto ha llegado el concepto de un sólo mercado, que poco a poco se ha ido eliminando al dólar como medio de intercambio.

Pero además la integración entre los dos países ha superado con mucho el Sólo campo comercial. En materia de aviación, por ejemplo, tres empresas venezolanas (Avensa, Servivensa y Viasa) cubren con un vuelo diario la ruta Caracas Bogotá Caracas. Y, aparte de Avianca, varias empresas internacionales, en sus rutas a Europa, hacen escala técnica en la capital del vecino país. Más recientemente, Zuliana de Aviación ha iniciado vuelos hacia Colombia en la ruta Maracaibo Bogotá Medellín, y en pocos días Avensa volara de Caracas a Medellín, con escala en Aruba.

Iguamente "agresiva" ha sido la integración en materia financiera. El Banco de Construcción de Venezuela ha adquirido la totaLidad del Banco Tequendama de Colombia y cerca del 20 por ciento del Banco Ganadero; el Banco Mercantil es hoy el propietario del antiguo Banco de los Trabajadores; el Banco Latino abrirá oficinas en Colombia en él segundo semestre del presente año y el Banco de Venezuela inició ya el montaje de una sucursal en Bogotá. De manera recíproca el Banco Ganadero obtuvo autorización para operar en Venezuela, y la misma se hara extensiva a cualquier otro establecimiento financiero colombiano que decida radicarse en Venezuela. El Banco de Bogotá además, suscribió un acuerdo de corresponsalía priviligiada con el Banco Provincial.
Quedan todavía, por supuesto, muchas cosas por resolver para que la zona de libre comercio entre los dos sea una realidad total. En materia de transporte terrestre, por ejemplo, aún es necesario el transbordo de mercancías en la frontera, a pesar de que la decisión 257 del Pacto Andino instituaonalisó el tránsito aduanero entre los dos países. Venezuela, por otra parte, no ha puesto en vigencia todavía la legislación andina sobre marcas y patentes, campo en el cual persiste un agudo problema de piratería, Los registros sanitarios y fitosanitarios siguen siendo un obstaculo para el comercio de productos agropecuarios y alimentos procesados. Y quedan algunas restricciones en materia de inversión.

Pero la verdad es que nunca como ahora se habia logrado un nivel tan alto de integración. La mejor prueba es que lo que ayer fue recelo entre los empresarios de los dos países hoy ha pasado a ser curiosidad. Todo el mundo quiere saber en qué puede invertir para ganarse parte de un mercado que, unido, representa cerca de 20.000 millones de dólares en importadones. Ello explica que en el primer semestre de este año se hayan realizado siete eventos de carácter binacional (entre seminarios, cursos y foros) y que cada día sea mayor el número de empresas buscando abrir sucursal en el territorio vecino. En el momento hay 60 empresas colombianas registradas en Venezuela y 15 de ese país tienen ya sucursales en Colombia.
Y todos los expertos coinciden en que al finalizar el presente año dicha cifra será mucho mayor.

Todo lo anterior explica que los empresarios de los dos países estén preocupados con la crisis política que vive Venezuela. A los colombianos, en particular, que siempre han estado interesados por los problemas que ocurren allende la frontera, les interesa hoy más que nunca la estabilidad de sus instituciones. Y por eso han seguido paso a paso los acontecimientos de las últimas semanas. De alguna manera, la suerte de Venezuela es hoy su propia suerte.