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NO HAY CUÑA QUE APRIETE...

Violeta Chamorro, integrante de la primera junta sandinista, es hoy la candidata de oposición.

9 de octubre de 1989

Quienes la conocieron a finales de los sesenta como la elegante esposa de Pedro Joaquín Chamorro, atenta con los huéspedes extranjeros que llegaban a su hermosa casa en Managua y pendiente de la educación de sus cuatro hijos, no pueden creer que sea la misma mujer que ahora organiza su campaña presidencial para enfrentarse a los candidatos sandinistas en febrero próximo. Muchas cosas han cambiado en la vida de Violeta Barrios de Chamorro y ha tenido que enfrentar situaciones tensas y violentas para convertirse en el símbolo más adecuado de quienes, dentro de la propia Revolución Sandinista, se atreven a disentir del gobierno.
Este fin de semana representantes de los catorce partidos que conforman la Union Nacional de Oposición llegaron a un acuerdo formal para que esta mujer, que tiene el pelo gris a los 59 años de edad, encabece una campaña que será agria y llena de altibajos. A través de La Prensa, un periódico tradicional que ha tenido una accidentada existencia, ha retomado las campañas que en otra época su asesinado marido adelantaba contra el dictador Anastasio Somoza. Este, fastidiado con quien le acusaba de defender a los ricos, ordenó su asesinato en enero de 1978 y ese hecho, repúdiado por todo el país y el extranjero, fue una de las causas principales de la caída del regimen. Sólo pasaron 18 meses entre la muerte de Chamorro y el exilio del dictador.
Los sandinistas, especialmente Daniel Ortega y Sergio Ramírez, como un homenaje a la viuda de un martir, la escogieron como compañera en la Junta que dió los primeros pasos de la Revolución. Pero sería una relación efímera. A los nueve meses de ejercer el cargo, ella renunció. Oficialmente alegó cansancio por el exceso de tareas oficiales. Todos sabían que sus discrepancias con los otros cuatro miembros de la Junta eran profundas.
Comenzó entonces la campaña de La Prensa contra los sandinistas. Ella figuraba como cabeza de la empresa periodística, pero jamas escribió una cuartilla. La censura cayo sobre sus actividades. Cerrado y reabierto en varias ocasiones, el periódico recibió el apoyo moral de numerosos países y gobiernos del mundo. Hace tres años, en un discurso publico, Ortega la acusó de "traidora y merecedora de la máxima pena en Nicaragua, 30 años en la cárcel". Ella le respondió en una carta publica, ofreciendose a ir a la cárcel enseguida.
No fue fácil su escogencia como candidata, especialmente por la dispersión de fuerzas opositoras y su vinculación a una de las familias mas ricas del país. Sin embargo, otros activistas políticos ven en ella a la unica persona, no solo capaz de mantener esta cohesión de fuerzas, sino también de atraer a los nicaragüenses que no están con los sandinistas.
Al aceptar la postulación presidencial dijo que, si sale elegida, se dedicara a conceder una amnistía para todos los detenidos políticos y exiliados, ponerle fin a la hegemonía militar en el país y humanizar esa conflictiva nación. Como compañero de formula a la vicepresidencia fue escogido un abogado con experiencia política. Virgilio Godoy Reyes, con 55 años de edad y dirigente del Partido Liberal Independiente, de centro izquierda.
Godoy es muy popular porque siendo joven, intento asesinar al presidente Anastasio Somoza García padre del depuesto Somoza Debayle, en 1956. Después sería ministro del Trabajo durante la primera época sandinista. Violeta Barrios de Chamorro proviene de una de las más importantes familias del país y nada en ella podía anticipar que ejercería la política. Conoció al que sería su marido en el verano de 1949, a los 20 años de edad. Se casaron un año después.
Chamorro se convertiría, a través de su periódico, en una de las figuras principales de la oposición al gobierno. Detenido varias veces, era líder de la guerrilla y en una ocasion escapó a Costa Rica, a bordo de una pequeña embarcación. Mientras el marido estuvo vivo, Violeta simplemente lo acompañaba en sus actividades familiares y sociales, sin intervenir para nada en política. Al quedar viuda, asumió la dirección de La Prensa y desafió abiertamente a los Somoza y más tarde a los sandinistas.
Como un reflejo de la situación politica del pais, la familia de Violeta está dividida: dos de sus hijos son ardientes sandinistas, mientras los otros dos comparten las ideas de la madre en materia política. Cuando le preguntan si se siente capaz de ocupar la presidencia, dice que si, que ha estado preparándose durante todos estos años.