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NO HAY CUÑA QUE MAS APRIETE...

Un periodista de ultra derecha humilla al presidente George Bush en las elecciones primarias de New Hampshire.

23 de marzo de 1992

LAS ELECCIONES PRIMARIAS (PARA ESCOger candidato presidencial) del estado de New Hampshire han sido siempre un espejo de la voluntad electoral de Estados Unidos. El pequeño estado de un millón 100 mil habitantes refleja en escala a todo el país, y durante décadas nadie que no haya ganado en New Hampshire ha ganado la presidencia.
La semana pasada se realizaron esos comicios de cara a las elecciones de noviembre. Si ese aguero tradicional se cumple, los más opcionados serían el presidente George Bush y el precandidato demócrata Paul Tsongas. Pero en esta ocasión, los resultados podrían ser engañosos. Por el lado republicano, un rebelde con causa llamado Pat Buchanan se acercó peligrosamente a disputarle la candidatura a Bush. Por el bando demócrata Paul Tsongas, un candidato de bajo perfil, picó en punta pero pocos creen en sus posibilidades.
La carrera demócrata tenía adelante hasta hace poco a William Clinton. Pero sus opciones cayeron cuando se revelaron sus relaciones extramatrimoniales y su evasión del servicio en Vietnam. Eso y un cuidadoso manejo de su tema económico, pusieron a Paul Tsongas a la cabeza de las encuestas. Cuando las urnas le dieron un porcentaje del 46,5 por ciento (contra 26 de Clinton), el primer sorprendido fue el vencedor.
Pero en este caso resulta dudoso que el ex senador por Massachussetts consiga la nominación y aún más remoto que consiga la presidencia. Tsongas refleja en su semblante su lucha contra el cáncer de 1983, que lo obligó a dejar el Senado. Fue al salir de esa crisis cuando resolvió tomar un nuevo rumbo y de allí salió su cruzada por la presidencia. Hoy nada a diario y afirma que lo único que le quitó la enfermedad fue el oído derecho. Pero el tema de salud en Estados Unidos es una desventaja .
Otro problema de Tsongas es su paralelismo con Michael Dukakis, barrido por George Bush en 1988. Ambos son de origen griego y del estado de Massachussets y sus inicios políticos se inspiraron en John F. Kennedy. Pero por sobre todo, ambos carecen de carisma. La pregunta es si su milagro puede repetirse en otros estados. Massachussets es vecino a New Hampshire y su éxito podría ser regional.
El segundo demócrata fue Clinton, con un 36 por ciento que le permite llegar con vida a su fortín del sur. Pero su imagen está muy dañada por sus escándalos y sus opciones tienden a cero. El resultado, con los demás aspirantes muy atrás, dejó a los demócratas sin pesos pesados y dio lugar a rumores de que podrían aparecer nuevas figuras, entre ellos Lloyd Bentsen, Richard Gephardt, Al Gore y Mario Cuomo.
En ausencia de un demócrata contundente, la pelota quedó en el lado republicano. Y allí las cosas no son más claras. Bush tenía al terminar la guerra del golfo índices de popularidad de más del 80 por ciento, que al llegar a New Hampshire habían bajado a menos del 50, por cuenta de la economía. La campaña de Bush esperaba obtener una ventaja amplia, pero al final logró sólo el 57 por ciento contra un sorprendente Buchanan, que con los recuentos completos alcanzó el 38. Los antecedentes son muy dicientes: en 1968 Eugene McCarthy logró un 41 por ciento que sacó de la carrera al presidente Lyndon Johnson. Y desde 1912 un presidente republicano no tenía tan cerca a su contendor por la candidatura.
Pat Buchanan es un periodista de derecha que ha acusado a Bush de traicionar a los republicanos y que es conocido por los colombianos que ven el programa de la cadena CNN "Crossfire". Se trata de una especie de Juan Diego Jaramillo de Estados Unidos, un hombre que reivindica su conservadurismo y que llama a las cosas por su nombre. Buchanan cautiva a su audiencia con su verbo y no tiene inconveniente en sostener que el Congreso de Estados Unidos es "territorio ocupado por Israel ", que Oliver North es un héroe nacional y que el dirigente chino Deng Xiao Ping es un "enano rojo que fuma en cadena".
Para la mayoría de los analistas, un hombre con una lengua de ese tamaño no puede ser presidente. Pero el sólo hecho de que haya acorralado al presidente, le haya obligado a ponerse el overol y salir a viajar de aquí en adelante como cualquier otro candidato, lo convierte en la figura política del momento.
El problema es que Buchanan ha basado su retórica en las fallas de Bush, y se le señala que carece de programa propio. De acuerdo con una encuesta en las urnas, cerca de la mitad de sus votos se dirigieron a "enviarle una advertencia " a Bush. Un porcentaje parecido de sus votantes sostuvo que si fuera nominado, votarían por Bush en noviembre.
Pero Pat Buchanan ya fue menospreciado una vez, con los resultados conocidos. Cuando menos, el locuaz periodista conseguirá ejercer una decisiva influencia sobre la postura del presidente, que podría virar hacia la derecha. Nada mal para un hombre que carecía por completo de experiencia política. -