Home

Mundo

Artículo

Transeúntes cruzan el puente de Brooklyn para dirigirse a sus sitios de trabajo. | Foto: AP

MUNDO

Nueva York y su camino lento a la recuperación

Dos días después de que la supertormenta Sandy paralizó Nueva York los habitantes, ansiosos por volver al trabajo y por recuperar su vida habitual, notaron algunas señales de que la ciudad comienza a recuperarse, aunque dista mucho de volver a la normalidad.

31 de octubre de 2012

El alcalde Michael Bloomberg tocó la campana en la Bolsa de Valores con lo que se reanudaron las operaciones bursátiles, que habían sido suspendidas por dos días.

A tal suceso se sumó la recuperación parcial del servicio de autobuses que ha permitido a mucha gente acudir al trabajo. También volvieron a funcionar los ferrys que unen las islas de la ciudad entre sí y con el vecino Nueva Jersey, uno de los estados más afectados y donde "Sandy" tocó tierra el lunes.

Los que estaban menos lejos se desplazan a pie, pero otros optaron por el automóvil y hay grandes trancones, "Nunca he visto tanta gente andando por estas calles ni los autobuses tan llenos", dijo John Roberts, un neoyorquino que se dirigía a su oficina de la zona de Midtown.

Además, la reapertura de puentes y algunos túneles ha facilitado que los camiones de reparto lleguen a los supermercados y tiendas, donde los productos de primera necesidad habían desaparecido de las estanterías el pasado fin de semana.

Los aeropuertos J.F. Kennedy y Newark (Nueva Jersey) tienen previsto abrir hoy, aunque de forma limitada, pero el de Laguardia sigue con sus pistas anegadas por las aguas de la bahía del norte de Long Island.

Algunos grandes museos, como el Metropolitano, y las sedes de las principales empresas también reabren hoy.

Sin embargo, millones de personas siguen sin electricidad ni teléfono en la zona metropolitana, entre ellas casi 300.000 en la zona sur de la isla de Manhattan.

Las temperaturas bajaron notablemente la noche del martes y hoy habrá mínimas de hasta 5 grados en algunas zonas, lo que hace aún más difícil la vida para los que no tienen luz ni calefacción. Las escuelas siguen cerradas.

El metro, la auténtica arteria vital de la ciudad y sus alrededores, sigue cerrado mientras se bombea agua de sus túneles inundados.

La empresa de transporte público (MTA) acaba de anunciar que el metro y los trenes de cercanías comenzarán a funcionar mañana, pero de forma limitada.

Otros tres túneles para el tránsito rodado que comunican Manhattan con el exterior siguen cerrados.

Mientras, trabajadores de las empresas de servicios se afanan en intentar recuperar el teléfono y la electricidad en toda la región, pero también en la limpieza de escombros, retirada de árboles e incluso de barcos de recreo que entraron en tierra empujados por la inundación.

Pese a que la vida normal va recuperando, no hay espacio para el optimismo. "Está claro que los desafíos que enfrenta nuestra ciudad en los próximos días son enormes", dijo el alcalde Michael Bloomberg, mientras que las autoridades advirtieron que el suministro de energía no se restablecería sino hasta el fin de semana, en una ciudad acostumbrada a disfrutar al máximo los beneficios que la electricidad brinda.

El impacto mortífero de la tormenta se volvió más evidente luego de que pasó lo peor. El número de muertos aumentó a 22 en la ciudad, incluidas dos personas que se ahogaron y una que falleció en su cama, cuando un árbol destruyó su apartamento. Un incendio arrasó hasta un centenar de casas en un vecindario anegado frente a la playa en Queens, mientras que los bomberos debieron usar lanchas para rescatar a mucha gente que quedó atrapada con el agua hasta el pecho.

Con información de AP y EFE