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NY Times tuvo pista sobre Watergate pero la dejó pasar

26 de mayo de 2009

NUEVA YORK (AP) — El New York Times obtuvo una pista que le hubiera permitido tener la primicia sobre el escándalo de Watergate en agosto de 1972, pero la dejó pasar, revelaron recientemente el reportero y el editor del diario que participaron en esas consultas.

Fue en agosto de 1972 cuando el reportero Robert M. Smith acudió a su editor Robert H. Phelps, asegurándole que tenía una pista interesante sobre el escándalo, en que allegados del presidente Richard Nixon parecían involucrados en un intento por infiltrarse en la sede de campaña del opositor Partido Demócrata.

"Se nos escapó de las manos", admitió Phelps, hoy jubilado, en una entrevista el lunes luego de que el Times publicara un reportaje sobre el manejo de esa información.

Phelps había revelado lo sucedido en "God and the Editor: My Search for Meaning at The New York Times" ("Dios y el editor: Mi búsqueda por un propósito en el New York Times") publicada el mes pasado por la Syracuse University Press. Smith, el reportero, es hoy en día un abogado en la zona de San Francisco y confirmó lo revelado por Phelps.

Smith estaba a punto de irse a estudiar derecho y en su último día en la corresponsalía del Times en Washington, D.C., fue a almorzar con el director interino del FBI L. Patrick Gray el 16 de agosto de 1972. Smith había cultivado una relación profesional con Gray ya que había escrito varios artículos sobre él.

A medida que charlaban sobre el asalto a las oficinas de la Comisión Nacional Demócrata de los ocurrido el 17 de junio en el complejo de apartamentos y oficinas Watergate, Gray mencionó que el ex secretario de justicia John Mitchell estuvo involucrado, dijo Smith el lunes. Mitchell había renunciado para dirigir la campaña de Nixon para la reelección.

Smith recuerda ahora que le preguntó a Gray, "'¿Hay gente de más nivel involucrada?' y él respondió 'Sí'. Entonces me atraganté y le pregunté '¿Hasta el presidente?' y él me miró fijamente a los ojos".

Gray también mencionó el nombre de Donald Segretti, uno de los artífices de los intentos de la campaña de Nixon por infiltrar y frustrar a los demócratas, dijo Smith.

Segretti y Mitchell luego fueron a la cárcel por su participación en la nube de escándalos que llegó a llamarse Watergate — Segretti por distribuir material político sin atribución y Mitchell por asociación para delinquir, perjurio y obstrucción de justicia. Segretti no estaba involucrado en el asalto a las oficinas de los demócratas en el Watergate pero estuvo vinculado a un esfuerzo por desprestigiar al aspirante a la candidatura demócrata Edmund Muskie.

Pero el nombre de Segretti no era conocido ese día en que Smith corrió de vuelta a la oficina y le dijo a Phelps lo que escuchó. Tampoco era sólida la evidencia que vinculaba a Mitchell con Watergate.

Phelps tomó apuntes y hasta grabó su conversación con Smith. El lunes revelaron que no saben qué fue de la cinta ni de los apuntes, ni si alguien persiguió la pista.

Smith, quien luego estudió derecho en la Universidad de Yale, se dio cuenta que el día siguiente no hubo ningún artículo sobre el tema y pensó que la información fue desmentida.

Phelps dice que recuerda si hubo esfuerzo alguno por confirmar el dato con otros funcionarios. Una semana después de esa conversación se fue de vacaciones por un mes.

Phelps asegura que sería "inconcebible" que no haya asignado a otros reporteros a perseguir la pista, pero "la verdad sincera es que fue responsabilidad mía el fracaso de no haber aprovechado la oportunidad de destapar el escándalo de Watergate".

Ese septiembre, el Washington Post publicaría que Mitchell, siendo secretario de justicia, controlaba un fondo secreto de dinero para que los republicanos recaben información sobre los demócratas. El 10 de octubre, el Post reportó que el FBI había atribuido la infiltración en el Watergate a una "campaña masiva de espionaje y sabotaje político orquestada por la Casa Blanca y la campaña electoral de Nixon".