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Obama elogió a Brasil, pero no se comprometio a respaldar su ingreso al Consejo de Seguridad

El presidente estadounidense Barack Obama frustró las expectativas brasileñas de un espaldarazo al anhelo de este país de convertirse en miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU.

19 de marzo de 2011

Tras reunirse por dos horas con la presidenta brasileña Dilma Rousseff, Obama reconoció la intención de Brasil de formar parte como miembro permanente del máximo organismo del sistema de las Naciones Unidas, sin llegar a respaldar esa aspiración.

Hablando junto a Rousseff, Obama elogió el surgimiento económico de Brasil y los esfuerzos del gobierno por elevar el nivel de vida de los más necesitados, y aseguró que Estados Unidos lo respalda "con entusiasmo".

Rousseff, por su parte, reclamó de las barreras proteccionistas estadounidenses que entorpecen las exportaciones brasileñas de productos como etanol, carne bovina, algodón y jugo de naranja.

"Brasil aspira a un asiento permanente en el Consejo de Seguridad", declaró Obama en su intervención. "Estados Unidos trabajará con Brasil para hacer el Consejo más eficiente en su misión de hacer del mundo un lugar más seguro".

Sin embargo, no llegó a endosar la aspiración brasileña de ocupar ese escaño fijo en representación de América Latina. El Consejo de Seguridad está integrado por cinco miembros permanentes (China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia) y 15 rotativos. Los permanentes tienen derecho a veto de las decisiones del máximo organismo del sistema de la ONU.

Al comentar el interés brasileño por ampliar el Consejo de Seguridad, Rousseff aseguró a Obama que "no nos mueve el interés menor de la ocupación burocrática de espacio. Nos mueve la certeza de que un mundo más multilateral producirá beneficios para la paz y la armonía entre los pueblos".

Antes de la visita de Obama, el canciller brasileño Antonio Patriota había comentado a periodistas que tenía una "expectativa positiva" de que el líder norteamericano endosaría el anhelo de Brasil.

El tema figuró en una declaracion conjunta emitida por los dos gobernantes en la que reconocieron la necesidad de reformar el Consejo de Seguridad y que Obama expresó su "aprecio" por la aspiración brasileña de integrar el foro como miembro permanente. Brasil ocupa actualmente un lugar rotativo en el foro.

Brasil es la primera escala de la gira de Obama por América Latina, que lo llevará el lunes a Chile y posteriormente a El salvador.

Pese a la armonía mostrada por los dos presidentes, Rousseff no ocultó su disconformidad con lo que calificó como "barreras" aplicadas por Estados Unidos a las exportaciones brasileñas.

"Para nosotros es fundamental que se levanten las barreras que se yerguen contra nuestros productos, etanol, carne bovina, algodón, jugo de naranja, acero, por ejemplo", dijo Rousseff, citando bienes que enfrentan proteccionismo en Estados Unidos.

Obama pareció responder a Rousseff horas después cuando declaró en un foro empresarial que "sé que Brasil no está de acuerdo con ciertas normas en Estados Unidos, pero también sé que no existe país con más que ganar que Brasil de un incremento en la actividad comercial y la apertura de mercados".

El líder norteamericano dijo que vislumbra oportunidades para que Estados Unidos venda más bienes y servicios al dinámico mercado de Brasil que cuenta con 200 millones de consumidores.

Resaltó que los 50.000 millones de dólares en bienes y servicios que Estados Unidos vende a Brasil sostienen más de 250.000 empleos en Estados Unidos.

Por su parte, las compañías estadounidenses contribuyen al crecimiento económico que está aumentando la calidad de vida de los brasileños, desde mejores servicios de telecomunicaciones hasta tecnología energética, según Obama.

"Estados Unidos y Brasil son las más grandes democracias y las más grandes economías del hemisferio. Brasil es cada vez más un líder mundial, pasando de ser un país recipiente de cooperación internacional a un donador neto, y es un referente en el camino a un mundo libre de armas nucleares", expresó Obama.

Antes de la llegada de Obama al presidencial Palacio de Planalto, autoridades de los dos gobiernos firmaron 10 acuerdos en áreas diversas, desde la producción conjunta de etanol para aviones hasta un memorando de entendimiento para discutir temas comerciales.

También firmaron acuerdos de apoyo a la organización de grandes eventos deportivos, cooperación en ciencia y tecnología, intercambio educativo y comercio.

En su declaración conjunta, los mandatarios defendieron la conclusión exitosa de la Ronda Doha para la liberalización del comercio mundial.

"Los presidentes reafirmaron su firme compromiso de llevar la Ronda Doha a una conclusión exitosa, ambiciosa, amplia y equilibrada", señaló la declaración conjunta sobre las negociaciones estancadas desde hace dos años por discrepancias entre países industrializados y en desarrollo.

Tras su agenda en Brasilia, Obama tenía previsto trasladarse a Río de Janeiro, donde visitará la estatua del Cristo Redentor, pronunciará un discurso en el Theatro Municipal y visitará una barriada popular, conocida como "favela", que fue pacificada después de años de estar controlada por narcotraficantes.