Home

Mundo

Artículo

Se llama Pizza, pesa 600 kilos, en su hábitat puede nadar ininterrumpidamente hasta 160 kilómetros. | Foto: Archivo particular

POLÉMICA

El oso polar rehén en un centro comercial chino

El animal está siendo exhibido en la vitrina de un centro comercial, los defensores dicen que está muriendo mientras que los “dueños” dicen que es un privilegiado y que todo es legal.

26 de octubre de 2016

Se llama Pizza, pesa 600 kilos, en su hábitat puede nadar ininterrumpidamente hasta 160 kilómetros, es un auténtico oso polar, pero no vive en el helado Ártico sino dentro de una vitrina, un centro comercial chino. Y no es una proyección holográfica dentro de un inmenso acuario acondicionado. Pizza –cuya especie está en vía de extinción– es un oso polar real que desde enero pasado pueden ver los visitantes de un popular centro comercial en la ciudad de Guangzhou, al sur de China.

Para unas cincuenta organizaciones defensoras de la naturaleza y más de un millón de personas que han firmado un documento clamando porque sea retornado a su habitad, Pizza es “el oso polar más triste del mundo”. Los activistas dicen que por cuenta del cautiverio Pizza presenta signos de deterioro mental y han puesto a circular un video en el que portentoso animal se observa tendido, con los ojos empapados y con extraños temblores en la boca. El video se ha hecho viral y está convocando día a día más y más voces en el mundo entero que cuestionan a los administradores del centro comercial y presionan a las autoridades para que el oso polar sea llevado de regreso a su entorno natural.

La organización que más ha agitado el debate es Asia Animal que produjo el video y ha conseguido respaldo de grupos afines de todos los rincones del planeta. Y mientras que el debate avanza Pizza permanece en una jaula de cristal de 66 metros cuadrados siendo para algunos visitantes del centro comercial el deleite, y, para otros, motivo de gran indignación. Los creadores del llamado acuario donde está confinado Pizza se rehúsan a restituir al oso a su habitado o siquiera de llevarlo a otro sitio donde pueda tener mejores condiciones y tranquilidad, argumentan que la “novedosa idea” cuenta con los permisos necesarios por parte del gobierno y que por tanto no hay nada ilegal.

La situación de Pizza ha copado los medios informativos chinos en donde diariamente se dan debates en favor y en contra del su cautiverio. En medio de la discusión el Parque Natural Británico Yorkhire ofreció un extenso espacio especialmente diseñado para el oso polar que incluye cuatro hectáreas y dos lagos donde Pizza podría vivir, pero sus “propietarios” en el centro comercial Grandviewe se negaron a entregarlo.

Estos argumentan que el oso tiene en el estrecho acuario todo lo necesario y que no podría sobrevivir en el ambiente natural pues fue apartado de su madre a la edad de los 2 años y no aprendió lo necesario para su subsistencia. Los comerciantes aseguran que un equipo de 130 personas trabaja día a día para mantener el acuario en óptimas condiciones para que Pizza no tenga ningún inconveniente. “Nuestro animal estrella goza de perfecta salud, así lo indica el más reciente test que se practicó”, asegura el vocero del centro comercial.

Pero justamente lo contrario piensa las organizaciones que están promoviendo el video de Pizza como prueba de su deterioro e inminente muerte por cuenta del confinamiento. Alastair Macmillan, veterinario experto de la organización Humane Society International asegura que Pizza evidencia “su frustración y malestar” y alerta de que, si sigue en estas condiciones, su estado mental irá a peor. Por su parte la Asociación para el Bienestar de los Animales de China emitió un comunicado en el que afirma: “Un centro comercial no es lugar para mantener a un animal salvaje. Pizza ya no podrá volver a su hábitat natural, pero los gestores de los almacenes al menos deberían dejar que viviera el resto de sus días en un espacio donde pueda respirar aire puro y ver la luz del día”.

El debate ocupa grandes espacios en los principales medios asiáticos. Y lo más paradójico es que mientras que Pizza sigue rehén dentro del centro comercial y los ambientalistas libran un pulso internacional por su libertad, ha surgido una cascada de solicitudes al gobierno chino por parte de otros centros comerciales que quieren tramitar permisos para imitar la idea.

El polémico video de oso polar Pizza, en el centro comercial Grandviewe: