Home

Mundo

Artículo

El papa Francisco, en la celebración de la VI Jornada de la Juventud Católica Asiática en Corea del Sur, el 15 de agosto del 2014. El pontífice realiza una visita de cinco días a Corea del Sur, donde se espera lidere la beatificación de 124 mártires coreanos. | Foto: Efe.

RELIGIÓN

El papa Francisco denuncia “el cáncer de la desesperanza”

El pontífice hizo alusión a las adicciones, al suicidio entre los jóvenes y a “los modelos económicos inhumanos”.

15 de agosto de 2014

En el segundo día de su visita a Corea del Sur, Francisco celebró la misa de Asunción ante miles de devotos en el World Cup Stadium de Daejeon. Este día santo coincide en Corea con el aniversario de la liberación en 1945 de la península del yugo colonial japonés.

El papa Francisco advirtió, ante decenas de miles de fieles reunidos en un estadio cerca de Seúl, contra los estragos que causa la sociedad de consumo, responsable, según él, del "cáncer de la desesperanza".

"La esperanza ofrecida por el Evangelio es el antídoto para el espíritu de desesperanza que parece crecer, como un cáncer en la sociedad que exteriormente es próspera pero que frecuentemente vive la experiencia de la tristeza interior y el vacío", dijo el papa.

"¡A cuántos de nuestros jóvenes esta desesperanza les ha hecho pagar su tributo!", declaró, haciendo alusión a las adicciones y al suicidio.

"Puedan los cristianos de esta nación combatir la atracción del materialismo que asfixia a los auténticos valores espirituales y culturales, así como al espíritu de competencia desenfrenado que genera egoísmo y conflictos. Que rechacen también los modelos económicos inhumanos que crean nuevas formas de pobreza y marginalizan a los trabajadores", declaró el papa argentino.

En una fuerte crítica al modelo de sociedad competitiva que se expande cada vez más en Asia, desde Japón a Singapur, desde Taiwán a Corea, e inclusive a China, el jefe de la Iglesia católica advirtió sobre "la cultura de la muerte que devalúa la imagen de Dios, el Dios de la vida, y viola la dignidad de cada hombre, mujer y niño", haciendo alusión al suicidio, al aborto y a la eutanasia.

Francisco se desplazó luego al santuario de Solmoe donde volvió a tratar este tema, ampliándolo ante 2.000 jóvenes procedentes de 23 países de toda Asia, entre ellos la China,

Idolatría de la riqueza

"Vemos los signos de una idolatría de la riqueza, del poder y del placer, que tiene un gran costo en vidas humanas", les dijo, añadiendo que "se siente el sufrimiento causado por la pobreza espiritual, la soledad y la desesperanza (...) Es como si un desierto espiritual se extendiera en el mundo",

A su llegada a Solmoe, el papa se recogió ante el santuario de San André Kim-Dajeon, primer sacerdote católico de Corea martirizado en 1846. Danzas, cantos y hurras recibieron a este papa sumamente popular bajo una inmensa carpa blanca.

Entre la multitud había decenas de chinos, pese a las restricciones de las autoridades de Pekín al desplazamiento de algunos de ellos, según fuentes de la iglesia coreana.

Jóvenes de Camboya, Hong Kong y Corea del Sur prepararon intervenciones ante el papa, y algunos hicieron preguntas delicadas sobre Corea del Norte y China.

Bautizo

"Si hemos vivido 60 años de odio recíproco con el norte, pienso que la culpa no está de un solo lado", declaró la joven surcoreana Marina Park Giseon.

Y Giovanni de Hong Kong se preguntó "por qué a medida que se desarrollan las diversas Iglesias en China continental (China popular) los controles y la opresión aumentan".

En Daejeon, Jorge Bergoglio tuvo un encuentro con 38 sobrevivientes y parientes de víctimas del naufragio del ferry Sewol, ocurrido al sur del país el pasado 16 de abril. La catástrofe provocó casi 300 muertos, en su mayoría estudiante en viaje escolar.

"Yo soy protestante pero creo que la visita del papa ayudará a curar las heridas del naufragio del Sewol", declaró a la AFP el padre de una víctima, Kim Hyeong-Ki.

Durante la misa, el papa rezó por las víctimas de la tragedia marítima y recibió en audiencia privada a varias familias que le entregaron cartas pidiéndole que utilice su influencia para obtener una investigación independiente.

El Papa aceptó además bautizar el sábado al padre de uno de los adolescentes muertos en el naufragio. "Es altamente simbólico que el Papa bautice a un adulto (sur)coreano en un país que registra 100.000 bautizos católicos por año", comento su portavoz, el padre Federico Lombardi.