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Matices diferentes entre Kissinger, Stone y Busch sobre que hacer en la región

16 de enero de 1984

La anterior fue quizás, la semana más activa de la diplomacia norteamericana para el área centroamericana. El vicepresidente George Bush estuvo en El Salvador y Panama; el exsecretario de Estado, Henry Kissinger, visitó a México y Venezuela y el enviado especial para América Central, Richard Stone, estuvo en Colombia, Venezuela y Panamá. Tal profusión de visitas no pudo evitar que, al nivel de lo dicho por los funcionarios durante los contactos diplomáticos, afloraran diferencias de matiz entre ellos sobre lo que debe ser la posición norteamericana para la región.
Por ejemplo, las declaraciones de Kissinger, en el sentido de que él era partidario de una solución negociada en Nicaragua, contrastó con la actitud más dura asumida por Bush en El Salvador, al decir que Estados Unidos estaba dispuesto a "terminar con la agresión comunista" en "operación" que no era facil. Stone, por su parte, también tuvo una posición similar al expresar sus reservas sobre el anuncio del gobierno de Managua de que convocará a elecciones y retirará los asesores cubanos de su territorio.
Stone llamó también la atención de los observadores al plantear en Buenos Aires que era posible "iniciar una nuevo diálogo" en Centroamérica, cuando el Grupo de Contadora desde hace meses ha abierto un diálogo con las partes contendientes en Centroamérica.
En México, el canciller Bernardo Sepúlveda exhortó a la comisión Kissinger a "adoptar una actitud favorable" ante la propuesta entregada por Nicaragua a Contadora y al gobierno norteamericano el mes pasado, consistente en cuatro puntos que podrían, según Managua, "garantizar la paz y la seguridad internacionales en Centroamérica" y que incluyó un proyecto de tratado bilateral con Estados Unidos.
En medio de las varias visitas, Michael Barnes, presidente del subcomité de asuntos hemisféricos de la camara baja, hizo declaraciones en Washington pidiendo "ceder a las iniciativas de los países del Grupo de Contadora", ya que su país "no puede propiciar la paz centroamericana pues son protagonistas en el conflicto", según un cable de la AP.
Pero Contadora seguía baja de perfil. Una reunión que había sido programada para el 20 y 21 de diciembre en Panamá, en la que se supone íbase a firmar un tratado de paz para la región, forjado por Contadora, fue aplazado a enero sin que mediara mayores explicaciones, cediendo momentáneamente el protagonismo negociador a los enviados de la Casa Blanca.