Home

Mundo

Artículo

PEQUEÑOS GRANJEROS CELEBRAN CONGRESO

Cómo funciona la agricultura privada en un país socialista

28 de junio de 1982

Un 80% del tabaco y el café que se cultiva en Cuba es cosechado en granjas privadas. Esta cifra, que a primera vista podría extrañar, ha sido dada por José Ramírez Cruz, presidente de la Asociación de Pequeños Agricultores (Anap) de Cuba, una organización cooperativa que agrupa a los dueños de pequeñas parcelas y que a finales de mayo realizó su Sexto Congreso en La Habana. Fidel Castro efectuó el discurso de clausura del evento.

En su intervención, Castro declaró que su país tiene el más alto porcentaje del mundo con tierras que son explotadas estatalmente como propiedad de todo el pueblo. En ese sentido el 79% de las tierras laborales de Cuba son propiedad del Estado. Pero, añadió, el 21% restante pertenecen a un poco más de 100.000 familias agrícolas. Un 35% de las tierras no estatales, están en manos de cooperativas productoras, integradas por los que fueran, antes de la revolución, agricultores privados.Las gránjas privadas, que tras la reforma agraria de 1963 no pueden exceder de 67 hectáreas, junto con las cooperativas juegan un papel importante en la economía nacional. Según datos de Anap, estas producen actualmente un 21% de la caña de azúear, un 67% del cacao y un 50% de las frutas y hortalizas de la isla. Una quinta parte del ganado vacuno y lechero es también controlado por ese sector.
Esta participación de las cooperativas agrícolas y de los pequeños parceleros en la produccion agropecuaria del país, se debe al trato que reciben del Estado desde 1975, año en que el Primer Congreso del Partido Comunista cubano decidiera establecer esas cooperativas. Hoy en día hay 1.143 de ellas, agrupando a 42.000 personas y disponiendo de más de 450.000 hectáreas. En 1977 sólo había 44 cooperativas, con un total de un poco más de 6.000 hectáreas.
"En realidad debíamos haber iniciado antes este movimiento cooperativo. Yo diría que subestimaba el nivel de conciencia de nuestros campesinos, sobreestimaba su individualismo y al propio tiempo los respetaba dema siado para pensar violenlar sus deseos sus sentimientos en lo mas minimo declaró Castro ante el congreso de Anap. Y, a manera de autocrítica, añadió: "Asumo mi responsabilidad moral en el atraso de algunos años que ha tenido el moviemiento cooperativo".
Hasta el momento no todos los agricultores privados han ingresado al movimiento cooperativo. Más de 600.000 hectáreas pertenecen a campesinos que aún se resisten a incorporar sus tierras a las cooperativas y a trabajar colectivamente con otros agricultores. La integración a las cooperativas es voluntaria pero reporta, a quienes se incorporan a ellas, mejores condiciones de vida ya que ellas construyen viviendas, escuelas y clubes sociales. Por ello la nota dominante del congreso de Anap fue que tal tipo de asociación reportaba no sólo mayores beneficios a sus miembros en relación con la educación, cultura y servicios médicos, sino que las cooperativas han alcanzado rendimientos agrícolas, que en ocasiones casi triplican la producción de las parcelas individuales.
Pero a ambas categorías de cultivadores, los privados y los asociados, la red estatal de acopio y la población, les tienen asegurada la venta de su producción, según los precios que el mercado libre campesino fija por sí mismo.