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A PLOMO CERRADO

A medida que se calienta la campaña por el 'referéndum' constitucional el presidente Chávez <BR>se vuelve más agresivo.

27 de diciembre de 1999

En la recta final del referéndum de la nueva Carta Magna del 15 de diciembre el presidente
venezolano Hugo Chávez ha lanzado una ofensiva en su campaña por el 'Sí' tan feroz que ha soltado todos
los 'diablos' que estaban adormecidos después de que él ganara las elecciones presidenciales hace un año.
El mandatario, que el 30 de noviembre cumple 300 días en el poder, ha vuelto a sacar su estilo aguerrido, que
le produjo el 54 por ciento de los votos del año electoral pasado, pero ahora con un lenguaje de estrategia
militar que sólo se escucha en los cuarteles o en tiempos de guerra.
Sus llamamientos públicos a echar "plomo cerrado y parejo", a "aplastar y derrotar al enemigo", a
"desenvainar el sable", a "es el sí o el no", a "no hay intermedios", a "no hay grises", ha dejado atónitos a
todos, dividiendo al electorado en dos frentes antagónicos ante la futura Constitución que regirá los destinos
del país.
Los supuestos enemigos se han agrupado en vastos sectores civiles que sólo pretenden defender su
derecho a disentir y expresar su desacuerdo con el texto constitucional, lo cual contrasta con el tono
desafiante y amenazador de Chávez.
Por ejemplo, la cúpula empresarial, Cedecámaras, a través de su presidente Vicente Brito, declaró asumir
la campaña por el 'No' "con orgullo y conciencia por que así se fortalece el hecho de disentir y opinar". Los
empresarios rechazan el texto constitucional porque concentra un excesivo poder en el Estado y limita la
libertad económica e individual.
La decisión de Cedecámaras tiene fuerza por cuanto implica la incorporación en la campaña del 'No' de unos
600.000 empresarios, cuyas nóminas mantienen a unos tres millones de trabajadores. Al gremio también se
le ha unido el Consejo de Industria (Conindustria), cuyo presidente, José Calvo, advirtió sobre el peligro de
"una lucha de clases en Venezuela". El Estado apenas emplea a 1,2 millones de funcionarios. Y si se toma
en cuenta que el desempleo se ha disparado a 22 por ciento en lo que va del año, la consigna empresarial
seguramente hará peso en los electores.
Los sectores políticos tradicionales, al igual que 13 de los 23 gobernadores y el 70 por ciento de los 330
alcaldes también se han sumado a la campaña para el 'No' en una carrera que trata de captar el descontento
popular que ya se siente por el agravamiento económico, el desempleo y la inseguridad personal en este
primer año de gobierno de Chávez.
El mandatario, sin embargo, es optimista porque goza de un 80 por ciento de popularidad y está seguro de
que ganará la contienda del 15 de diciembre. Para reforzar su imagen de hombre duro se presenta con mayor
frecuencia en los actos públicos con su uniforme militar de campaña y la boina roja.
Y para que no haya dudas celebra el séptimo aniversario del segundo alzamiento militar de 1992, como lo
demostró el sábado 27 de noviembre. Sus compañeros de armas, como Hernán Gruber Odreman y el general
Visconti, actualmente en altos cargos del gobierno, han declarado que Chávez también planificó la segunda
intentona golpista desde la cárcel después de haber fracasado en la primera del 4 de febrero del 92.
El elector venezolano está aturdido porque es sometido a un bombardeo "implacable", como lo define
el mismo Chávez, en la tensa campaña del referéndum. Aún no ha podido leer el texto constitucional porque la
imprenta se ha retrasado en imprimir los ocho millones de ejemplares. Si acaso llegara a circular una
semana o unos días antes no tendría tiempo para reflexionar y analizar el texto y votaría a ciegas en las urnas
y le daría la razón a los reclamos de la Iglesia de que "la gente no tiene idea de lo que está en juego".
Es probable que gane el proyecto político de Chávez pero no de la manera aplastante como él anuncia,
dicen sus opositores, que apuestan a una sorpresa distinta en los escrutinios.