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¿Por fin la paz?

La histórica reunión en Egipto entre Ariel Sharon y Mahmoud Abbas crea grandes expectativas.

6 de febrero de 2005

La anunciada cumbre del 8 de febrero en Egipto entre el primer ministro israelí Ariel Sharon y Mahmoud Abbas -más conocido como Abu Mazen-, presidente de la Autoridad Palestina, es esperada con expectativa en el Medio Oriente: es una reunión histórica porque si las negociaciones son exitosas, podría terminar la violencia que se vive desde septiembre de 2000, época en que comenzó la Intifada o levantamiento palestino. Sin embargo, los hechos demuestran que el camino es largo y difícil. Horas después de anunciado el encuentro, en Jerusalén se declaró la alerta máxima ante reportes que hablaban de un posible atentado terrorista.

Una vez más, los hombres de seguridad de la ciudad santa abordaron los buses para buscar terroristas. Asimismo, la policía israelí instaló puestos de control en las vías que recorren los buses palestinos. Este clima que ya no es extraño para los israelíes se produce en medio de anuncios de paz y acercamientos con sus vecinos palestinos.

Y es que aunque el mundo mire con optimismo una reunión entre ambas partes, la gente en Israel y Palestina quiere la paz pero la mira con reservas. Lyat Yasinov es una abuela israelí de 60 años que perdió a uno de sus hijos hace 10 cuando un suicida se inmoló en un bus. Aunque le gustaría que llegara el fin de la guerra, ya no se ilusiona con una reunión. "Ese atentado se produjo en 1995, en pleno proceso de negociación entre palestinos en israelíes".

Aunque los palestinos están cansados, también miran con escepticismo el panorama. "Yo no veo una salida rápida, no creo que Israel retire sus puestos de control y los soldados de nuestras tierras. Hay que ver a los colonos israelíes que viven en Gaza para darse cuenta. Mientras no termine la ocupación, habrá más atentados". Así responde Ala Mussari, un joven palestino.

Lyat, Ala y cientos de israelíes y palestinos dicen estar cansados de lo mismo, pero saben que las cosas pueden variar en cualquier momento. Un error del ejército israelí o un ataque terrorista palestino puede cambiar el rumbo rápidamente. Así ocurrió con los Acuerdos de Oslo firmados en 1993. Es un círculo vicioso del que es difícil salir.

En la reunión, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina le exigirá a su homólogo israelí la liberación de unos 8.000 presos palestinos. También le pedirá a Israel el cese del fuego para que los grupos palestinos -entre ellos Hamas- hagan lo mismo. Abbas le pedirá a Sharon que retire su ejército a las posiciones de antes del comienzo de la Intifada.

A cambio, Israel dirá que cesen los ataques terroristas contra su territorio. Si estos terminan y el proceso avanza bien, Israel desmantelaría todos los asentamientos judíos y varios en Cisjordania. Asimismo transferiría a la ANP el control que tiene sobre cinco ciudades en esa zona: Belén, Qalqilyah, Tul Karm y Ramala. Igualmente se abriría el puerto que hay en la franja de Gaza.

Pero para los radicales palestinos, el panorama no es tan optimista. Husam Izedeen, un periodista del periódico palestino Al Ayyam, dice que la violencia no terminará hasta que Israel no desmantele sus asentamientos en Gaza y Cisjordania, y hasta que el ejército no se retire de las zonas palestinas. "En cada casa en Palestina hay un militante que combate la ocupación". dice.

Lo mismo dijo a SEMANA Hassan Yousef, el líder del movimiento Hamas en Cisjordania. Por su cargo, es blanco del ejército israelí. Sabe que puede ser asesinado, al igual que ocurrió con el sheik Yassin y Abdel Aziz Rantissi, jefes y creadores de la organización en 1987. Sobre la tregua dijo a SEMANA en Ramala que "hay un momento de tranquilidad por parte de todas las facciones palestinas pero, hay ocupación y agresión. El problema no somos nosotros, el problema es la ocupación, por eso el balón ahora está en terreno israelí. Si la ocupación termina, Hamas no quiere derrame de sangre".

Por el lado de Israel, las opiniones son variadas. Académicos como Yossi Alpher dicen que "el éxito en las negociaciones radica en la flexibilidad y la cooperación entre ambas partes". Algunos expertos expresan su desconfianza, y también se escucha entre los menos optimistas. Además de la posición de Hamas, algunos académicos israelíes recuerdan las palabras que Abba Eban, político y diplomático israelí, pronunció a propósito del fracaso de las negociaciones: "Los palestinos nunca pierden la oportunidad de perder una oportunidad ".