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Por la ortografía

31 de julio de 2000

Hay ciertas cosas que ni los cataclismos políticos son capaces de borrar. Ni la desaparición de la Unión Soviética acabó con la disciplina y rigurosidad asociadas con el sistema educativo comunista. La prueba es lo que le pasó a la estudiante de secundaria Anna Provorova, de 16 años, cuando le escribió una carta al presidente Vladimir Putin. La inocente nota estaba destinada a pedirle al gobernante una cámara de video para grabar la fiesta de grado pero terminó en manos del departamento de educación de su distrito, el cual encontró dos errores de ortografía. Como consecuencia, la niña perdió la medalla de plata que había ganado por su excelencia. En respuesta, Putin desautorizó la decisión y, para contrarrestarla, remitió la cámara pedida.