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Un hombre reconforta a una mujer que acaba de reconocer el cuerpo de su pariente que perdió la vida en el ataque a la Universidad de Garissa. | Foto: AP

TERRORISMO

¿Por qué hubo indignación por ‘Charlie Hebdo’ y no por Kenia?

El jueves fueron asesinados 147 estudiantes en la Universidad de Garissa por extremistas somalíes, ¿por qué no impactó a la opinión pública?

6 de abril de 2015

Muchos internautas se preguntaban indignados por qué no hubo manifestaciones masivas para rechazar el ataque a los estudiantes asesinados en Kenia, tal como ocurrió luego del atentado al semanario francés Charlie Hebdo. Los comentarios resaltaron que el atentado en la Universidad de Garissa (Kenia) sería olvidado, contrario a las reacciones en el mundo cuando París fue atacada en enero.

El pasado jueves Kenia se estremeció ante el ataque de un grupo extremista somalí de Al Shabab que irrumpió en las instalaciones de la Universidad de Garissa y asesinó a 147 estudiantes, luego de retenerlos e ingresar por la fuerza al lugar. Las fuerzas militares tomaron el control del lugar horas más tarde y los agresores murieron.

Según la Associated Press, luego de que los extremistas de Al Shabab asumieran la responsabilidad del ataque, afirmaron que sus actos fueron en represalia por el despliegue de soldados kenianos en Somalia para combatir a los extremistas rebeldes.

El hecho llevó al presidente keniano Uhuru Kenyatta a declarar luto nacional por tres días, y a asumir una actitud de venganza. “Vamos a luchar contra el terrorismo hasta el final", dijo Kenyatta. “Les garantizo que mi gobierno responderá de la manera más feroz posible”.

Luego de que se difundiera la noticia en los medios de comunicación y en las redes sociales, también circularon fuertes imágenes del atentado en las que se veían los cuerpos sin vida de los jóvenes amontonados en los salones de clase. Y de nuevo los internautas no comprendían la falta de relevancia para la opinión pública.

Según el diario británico The Guardian existe una ‘jerarquía de la muerte’ que resulta en la cobertura de unas víctimas frente a otras, tal jerarquía obedece a los criterios de proximidad y calidad de la información. Con respecto al primer aspecto, Roy Greenslade, el autor del artículo, afirma que “las muertes nacionales generan un interés humano en los testimonios y las personas quieren escucharlos, mientras que las muertes extranjeras se reducen a meras cifras”.

Pero la calidad de la información obedece a otras circunstancias como la presencia de los medios en los lugares de los hechos, y los recursos para enviar reporteros en los diferentes países que padecen conflictos.

Sin embargo, para Miguel Ángel Bastenier, periodista del rotativo madrileño El País, “la información se guía por redes de poder. Por eso, 150 muertos en Kenia importan menos en Europa que 13 en París. La moral le es ajena”.

Bastenier también explicó en El País que un medio de comunicación con interés en los temas del mundo debe obtener toda la información posible y publicarla, pero en ocasiones esos medios solo tienen acceso a “despachos de agencias, en el mejor de los casos”.

Por eso, Bastenier afirma que se habla más del siniestro de Germanwings que sobre muchos otros conflictos y agrega que una de las consecuencias es que “se deshumanice el conflicto y por tanto resulte aún más difícil empatizar con las víctimas”.