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PRESIDENTE CRISTIANO EN TIERRAS MUSULMANAS

Sin previo acuerdo de los musulmanes, Bechir Gemayel fue elegido presidente de El Líbano.

27 de septiembre de 1982

El 23 de agosto, Bechir Gemayel, jefe de las milicias cristianas, fue elegido presidente del Líbano, convirtiéndose así en el séptimo jefe de Estado desde la independencia total del país, el 22 de noviembre de 1943. Su victoria, ampliamente esperada por ser el único candidato, se caracterizó, sin embargo, por un vivo suspenso que duró hasta media hora antes de su nombramiento.
Aplazada el 19 de agosto por no haber reunido las garantías de seguridad y desplazamiento de los diputados alrededor del Palacio Mansur, la elección se efectuó en la Escuela Militar de Sayadieh, al este de Beirut, dentro de la zona controlada por el ejército israelí y las tropas del comandante Gemayel.
Dos horas después de su llegada. el presidente de la Cámara, Kamel Elassad, comprobaba que sólo 56 diputados de los 62 exigidos como mínimo por la Constitución estaban presentes.
Una hora más tarde, Bechir Gemayel era proclamado presidente gracias a la venida, in extremis, de seis diputados sobre los cuales se habían ejercido grandes presiones. Las características excepcionales de esta elección, realizadas en un momento en el que el Líbano se ecuentra invadido por el ejército sirio e israelí y asiste a la retirada de las tropas palestinas, no difiere sensiblemente de las elecciones pasadas. En 1976, el actual presidente Sarkis había sido nombrado durante la invasión siria y los diputados habían acudido al escrutinio evitando las balas de los francotiradores diseminados alrededor del parlamento. Su predecesor, el presidente Frangie, había sido designado, en 1970, por un voto de diferencia en una sesión histórica que culminó en verdadera batalla entre los mismos diputados.
La única elección normal parece ser la del presidente Helou, en 1964, pues, la del general Chebad, en 1958, fue lograda tras múltiples negociaciones para poner fin a la guerra civil.
En realidad, y contrariamente a la tradición, Bechir Gemayel fue elegido sin previo acuerdo de los responsables musulmanes y de una parte, por lo menos, del movimiento "progresista laico".
Para los dirigentes sunitas, chiitas y drusos, "Cheihk Bechir" sigue siendo el jefe de las milicias cristianas conservadoras y el aliado objetivo de Israel.
Esta separación entre las comunidades musulmanas y el líder falangista se había consolidado durante la "batalla de Beirut". En efecto, mientras los jefes espirituales Hasan Jaled y Medid Chanseddine lanzaban un llamamiento al pueblo libanés para no colaborar con el ocupante israelí Bechir Gemayel evitaba condenar la invasión y mantenía un silencio absoluto sobre los bombardeos del oeste de Beirut por parte de las tropas del general Sharon.
¿HACIA UNA NUEVA GUERRA?
Explicando su oposición al nuevo presidente, Walid Jumblatt, presidente del Movimiento Nacionalista Libanés y jefe de la comunidad drusa, afirmó que Gemayel encarna "la dictadura contra los musulmanes que representan 60% de la población y su mandato anuncia el fin del régimen democrático y liberal del país".
El mismo dirigente se dijo persuadido que el nuevo jefe de Estado establecerá un "Tratado de paz" o un "acuerdo de cooperación sobre seguridad con Israel", cambiando la "fai del árabe del Líbano". Jumblatt teme, en fin, que el ejército libanés no logre defender los campamentos civiles palestinos y la población del oeste de Beirut.
"Nosotros vamos a ejercer una resistencia política pasiva, declaró el jefe druso a una emisora francesa, pero si no logramos evitar el establecimiento de un régimen fascista, Líbano conocerá una nueva guerra civil" De hecho, las fuerzas musulmanas que no pueden presentar un candidato a la presidencia, función reservada, según la Constitución, a la comunidad maronita, habrían preferido prolongar el mandato del presidente Sarkis que expirará el 23 de septiembre para negociar, en torno a un candidato de "consenso nacional". Pero ignorando ese deseo "Cheihk-Bechir" ha agravado el aislamiento de sus opositores sensiblemente debilitados por la pérdida de sus aliados tradicionales en estos últimos años: los palestinos, los sirios, directamente confrontados a Israel, y los países árabes cuya "discreción" sigue siendo denunciada. Bechir ha lanzado, sin embargo, un llamamiento a los "libaneses y árabes sinceros" para "superar las susceptibilidades del pasado, trabajar juntos y sanar las heridas de un país que ha sufrido demasiado"
En su programa, Gemayel había insistido en la necesidad de instaurar el orden y la seguridad en el Líbano, prometió estructurar el Estado dislocado por la existencia de unas 50 milicias y afirmó su intención de constituir un país pacífico, por vocación democrático y por tradición liberal y laico.
La guerra civil podrá ser evitada, murmuran los observadores, si Bechir Gemayel logra fundir su infraestructura política y militar dentro del Estado y "olvidar" que ya no es el jefe de la fraccion cristma conservadora, sino presidente de todos los libaneses.
EL NUEVO PRESIDENTE
Nacido el 20 de noviembre de 1947, hijo del jefe supremo de las falanges cristianas Bechir Gemayel renunció a ejercer su carrera de abogado hacia 1970, para dedicarse plenamente a la vida política.
Miembro de las milicias cristianas desde la edad de once años, Gemayel pasó a ser su principal dirigente en Beirut.
En 1971, fue uno de los primeros jefes cristianos en oponerse a la presencia militar de los palestinos en Líbano.
Favorable a la intervención de las tropas sirias en 1976 el líder falangista las combatió de junio a octubre de 1978 y de abril a junio de 1981, convirtiéndose asi en un aliado tácito de Israel y en líder indiscutible de las fuerzas cristianas conservadoras libanesas.
De esas confrontaciones data su reputación de dirigente político intransigente y de militar efectivo temible y temerario. Estas características le permitieron estructurar un ejército de unos 25.000 soldados y establecer su gobierno en una región de mil kilómetros cuadrados, que se extiende desde Beirut hasta el sur de Tripoli y del mar a las montanas Sahnine.
Prácticamente desconocido en 1976, Bechir Gemayel ha logrado realizar, en un rápido y agitado ascenso, dos de sus suenos: expulsar a los palestinos y ser elegido presidente de la República. Dos desafios lo esperan: conseguir la retirada de las tropas sirias e israelies y evitar que su elección sea la causa de una nueva guerra civil. -