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A prueba de huevos

7 de agosto de 2000

Lanzarles huevos a los principales políticos se ha vuelto una costumbre en Brasil como forma de protestar contra las medidas de austeridad que tienen muy bien a la macroeconomía del país pero muy mal a sus habitantes. Por eso la guardia del presidente Fernando Henrique Cardoso adelantó durante varias semanas un juicioso estudio para determinar qué hacer para evitar que su jefe recibiera su dosis de mascarilla facial involuntaria. La conclusión fue muy simple, tal como lo informó el diario Folha de Sao Paulo: siempre que el gobernante se mantenga a por lo menos 60 metros de la opinión pública estará a resguardo de sus biológicos proyectiles. A esa distancia, dice el estudio, ni el campeón mundial de los lanzahuevos sería capaz de acertarle.