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Enrique Peña Nieto | Foto: EFE

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¿Qué espera Washington de Peña Nieto?

Temas como el narcotráfico, la seguridad, la economía y la emigración vinculan estrechamente a México y EE.UU. La Casa Blanca seguirá con atención el regreso del PRI al poder.

Alianza BBC
3 de julio de 2012

Temas candentes como seguridad, narcotráfico, apertura económica, comercio y energía continúan siendo fundamentales en la relación entre México y Estados Unidos. Ahora, Washington está pendiente de cómo Enrique Peña Nieto -quien según la autoridad electoral mexicana se impuso en las elecciones presidenciales- los piensa manejar, según aseguran los expertos.

La relación entre las dos naciones es histórica y profunda. La cooperación entre ambos gobiernos se tendrá que mantener -más allá de los altibajos y cambios de Ejecutivo- porque hay mucho en juego en la agenda bilateral, que está repleta de asuntos de gran importancia.

Es cierto que la victoria de Peña Nieto se da durante un período en el que EE.UU. quizás no está prestando tanta atención a su vecino, pero sin duda la Casa Blanca seguirá de cerca la estrategia del presidente electo y lo que pueda suceder con el regreso del Partido Revolucionario Institucional (PRI) al poder.

Habrá que ver si Peña Nieto podrá sacudir la sombra de corrupción y elitismo asociada con este partido y presentar una cara fresca de transformación y modernidad.

Transparencia

"El PRI tiene de todo", indicó a BBC Mundo Michael Shifter, presidente de Diálogo Interamericano, una organización de análisis sobre los asuntos del hemisferio occidental con base en Washington.

La interrogante, según Shifter, está saber cómo se va a conformar el equipo del nuevo gobierno y cómo definirá su agenda, teniendo en cuenta las presiones internas del partido.

"No está claro cuál va a ser el camino", manifestó el analista. "Lo que Washington está esperando es que los reformistas, los más modernos dentro del PRI, sean los que tengan más fuerza".

EE.UU. respondería bien a un gobierno de orientación abierta en términos políticos y económicos, y con más transparencia. "Hay una ventana de oportunidad con este gobierno", añadió Shifter.

En este sentido, habrá que establecer prioridades y muchos coinciden en que uno de los temas principales será la cooperación futura en materia de seguridad.

"Washington quiere saber si se va a seguir o no la trayectoria que existía con Calderón bajo la iniciativa Mérida", comentó Maureen Meyer, encargada principal del programa para México y Centroamérica de la Oficina de Washington sobre Asuntos Latinoamericanos (WOLA, por sus siglas en inglés).

Esa iniciativa es el tratado internacional de seguridad establecido entre EE.UU., México y Centroamérica para combatir el narcotráfico y el crimen organizado.

Estrategia de seguridad

En ese marco ha habido algunas preocupaciones o "fricciones", dice Meyer, porque Peña Nieto dejó entrever que su proyecto iba enfocado más en reducir la sangrienta ola de violencia asociada con el narcotráfico que afecta el país y no tanto en cómo detener el flujo de drogas hacia el norte, que es lo que Washington primordialmente quiere.

Sin embargo, el presidente electo declaró que nombrará al exgeneral colombiano Óscar Naranjo como asesor principal de seguridad. "La muy buena relación del general con EE.UU. es una muestra de que Peña Nieto quiere continuar colaborando en esos temas de seguridad y quiere seguir desarrollando y fortaleciendo la relación", señaló la analista de WOLA a BBC Mundo.

"Está dando una indicación de cómo va a priorizar y diseñar su estrategia de seguridad y, en ese marco, de cómo ve la responsabilidad y el papel de EE.UU.".

Pero insiste en que el nuevo gobierno tendrá que ser claro en cómo va a abordar el tema de la corrupción y controlar la infiltración del crimen organizado en las estructuras del país.

El nuevo PRI tiene que desechar la antigua imagen de ser demasiado flexible con los narcos. "Eso dependerá de quién designa Peña Nieto como sus asesores", expresó Maureen Meyer. "Ahí sí va a haber otra relación que la que hubo con el presidente Calderón, porque es un cambio, es gente nueva".

Ese cambio podría no ser del todo en la dirección que espera EE.UU. Larry Birns, director del Consejo sobre Asuntos Hemisféricos (COHA, por su siglas en inglés), un centro de investigación de tendencia liberal, dijo a BBC Mundo que el PRI siempre ha estado preparado para declarar que los intereses de México no necesariamente coinciden con los de su vecino.

"La postura del PRI es que ha habido un desproporcionado uso de recursos mexicanos en la guerra contra el narcotráfico", expresó.

Birns opinó que Peña Nieto y su partido estarán buscando, por lo menos en imagen, distanciarse de las políticas del presidente Felipe Calderón, del PAN, y su "obsesión con la lucha contra los carteles a costa de casi todos los otros problemas de México".

El dilema de PEMEX

Por el lado económico y comercial hay varios temas pendientes. Peña Nieto dejó muy claro que en su agenda futura el tema principal es el del libre comercio: cómo se va a continuar con el TLC y si se podrá expandir.

El libre comercio está relacionado con el tema seguridad porque hay muchas inversiones de EE.UU. en México en maquilas y otras empresas que se han visto afectadas en algunas ciudades por la situación de inseguridad. Mejorar y atraer más inversión extranjera, particularmente de EE.UU., es de vital importancia.

EE.UU. también tiene interés en cómo se va a manejar el tema energético y qué cambios va a haber con la estatal petrolera PEMEX. Si va a haber una privatización de la compañía, por lo menos en parte, y cómo se abre a la inversión extranjera.

Tras un desempeño decepcionante, le expectativa es que la inversión privada le brinde a PEMEX mayor eficiencia y mejores resultados.

Según Michael Shifter, de Diálogo Interamericano, EE.UU. podría expresar su interés en cuanto a ciertos compromisos de inversión en México y "esos avales serían importantes para asegurar un buen desempeño de PEMEX".

Pero no todo está en lo que pueda hacer EE.UU., afirma Shifter. "Todo depende de la decisión que tome el nuevo gobierno, que tendrá que consultar con los partidos de oposición. El PRI va tener que negociar y llegar a un acuerdo con el PAN para realizar las reformas necesarias".

Ahí habrá dificultad, recalca Larry Birns, de COHA, pues el PRI siempre se ha proyectado como un partido nacionalista e independiente de los intereses de Washington.

"Habrá algún ademán simbólico de privatización pero PEMEX está tan arraigado en la identidad mexicana que será imposible abrirlo al mejor postor".

Reciprocidad

A pesar de las interrogantes que puedan existir sobre el camino y la forma que decida tomar el presidente electo con respecto a la política interna y externa de su gobierno, lo cierto es que tendrá que aceptar y ajustar su acción a los cambios profundos que han ocurrido en México desde hace 12 años, cuando el PRI dejó el poder.

"El partido se va a ver obligado a un cambio de actitud, cambio de enfoque y de conducta", aseguró Shifter, ante una sociedad con una clase media más amplia, con más demandas y mayores expectativas.

"Las propias circunstancias del país van a producir resultados más positivos", vaticinó, añadiendo que eso se reflejará en sus relaciones con Washington.

Maureen Meyer, de WOLA, subraya que Peña Nieto ha dado pasos en dirección de una firme relación con su vecino del norte. Recuerda que ya ha estado mínimo cuatro veces en EE.UU., en los últimos dos años, incluso como precandidato en diciembre pasado, "acercándose al gobierno y expresando su interés en colaborar con Washington".

Igualmente, hubo reciprocidad cuando el vicepresidente Biden estuvo en México para reunirse con los candidatos presidenciales para expresar cómo ve Washington ese futuro común.

No obstante, señaló Meyer, "hay que recordar que los estadounidenses van a tener sus propias elecciones en noviembre, unos comicios que también podrían afectar un poco hacia dónde va esa relación".