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INFORME ESPECIAL

¿Se acaba el deshielo Cuba-EE. UU.?

La Habana podría ser una de las grandes perdedoras de las elecciones. ¿Primarán las promesas de campaña de Trump, o su instinto de negociante?

12 de noviembre de 2016

Un día después a la elección de Donald Trump en Estados Unidos, Cuba anunció que haría ejercicios militares. Aunque La Habana no se está preparando para un ataque estadounidense, este tipo de maniobras generalmente suceden en tiempos de alta tensión con el país vecino. Y eso es una muestra clara de que las autoridades de la isla se están preparando para lo peor. No sorprende que respondan de esa manera. La elección de Trump parece representar un retroceso para las relaciones con Estados Unidos, que Obama restableció tras medio siglo de Guerra Fría. Durante la campaña, el magnate puso en duda esa política, sobre todo en la recta final, cuando visitó a los veteranos de la invasión de Bahía Cochinos para prometerles que no dialogaría con La Habana si no acepta antes una apertura completa a las libertades civiles. Este no es escenario alentador para los Castro. Pero tampoco garantiza que el magnate cumpla su promesa. No tiene ni idea de geopolítica, pero sí una vasta experiencia en el mundo de los negocios. Y eso podría llevar a que sea más sensible a los argumentos de las aerolíneas, los hoteles, los bancos y las empresas de internet que quieren hacer negocios con Cuba.