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| Foto: AP

¿Qué significa la muerte del enemigo número uno de EE.UU.?

Para Occidente comienza un nuevo capítulo en la lucha contra Al-Qaeda, mientras algunos sectores musulmanes dicen que ya no tiene sentido la permanencia de ejércitos extranjeros en Afganistán.

2 de mayo de 2011

Murió el hombre más buscado del mundo en los últimos diez años y su desaparición vaticina diversos escenarios militares y políticos.

¿Cuál es el futuro de Al-Qaeda? ¿Aumentará la amenaza terrorista? ¿Las tropas extranjeras abandonarán Irán? ¿Se beneficiará la reelección de Obama?

Analistas opinan sobre las posibles implicaciones que trae la desaparición de Bin Laden.
 
Al-Qaeda sin Bin Laden

Varios analistas del mundo árabe creen que Al-Qaeda sufrió un revés. Por su parte, funcionarios de los servicios estadounidenses de espionaje creen que la red terrorista enfrentará dificultades para recuperarse de la muerte de su líder. 

Sobre el futuro de Al-Qaeda, la mayoría considera que el número dos de la red islámica, Aiman al-Zawahri, asumirá la dirección. Sin embargo hay quienes consideran que no tiene el carisma y la mística de Bin Laden para mantener unidas las distintas facciones de la red terrorista. Sin la figura emblemática de Bin Laden, las fuentes estadounidenses creen que el grupo se podría debilitar. 

El especialista en temas de defensa de la BBC, Frank Gardner, señaló que Al Zawahri no tiene el mismo carisma de Bin Laden y que podrían surgir otros contendientes al cargo.

Por su parte, Jairo Velásquez, internacionalista y profesor de la Universidad de La Sabana, precisó que imagina que "Al Zawahri es una persona que maneja mucho más los medios de comunicación a través de las redes sociales y la internet”. 

La mayor amenaza terrorista para Estados Unidos está en la unidad de Al-Qaeda en Yemen, lejos del núcleo del grupo en Pakistán. La rama yemení casi derribó un avión que se dirigía a Estados Unidos en la Navidad del 2009 y detonó explosivos en dos aviones de carga norteamericanos en el 2010. Para los analistas, esas operaciones se realizaron sin ningún tipo de participación directa de Bin Laden.

El liderazgo de Al-Qaeda en Yemen también ha logrado hacer lo que Bin Laden nunca pudo: adaptar el mensaje para la ciudadanía occidental y presentarlo en inglés.

La revista terrorista "Inspire" entrena a los potenciales atacantes en cómo fabricar explosivos. Les enseña que no necesitan buscar entrenamiento en Pakistán o Yemen, donde podrían ser interceptados por espías estadounidenses. En lugar de eso, les instruye para convertirse en células terroristas de un solo hombre, capaces de escoger objetivos y realizan ataques sin ninguna instrucción de la dirección central de Al-Qaeda.

Por su parte, expertos colombianos señalaron que la muerte de Bin Laden sólo le quitó el "rostro" conocido al terrorismo internacional, pero no representa el fin de su red.

Bin Laden, en una entrevista con un periodista paquistaní -realizada luego de la invasión estadounidense en Afganistán-, aseguró que "Estados Unidos no puede atraparme con vida (...) Yo puedo ser eliminado, pero no mi misión". 

¿Más o menos seguridad?

Para el presidente estadounidense, Barack Obama, con la muerte de Bin Laden, "el mundo es un lugar más seguro". Sin embargo, expertos creen que Al-Qaeda se fortalecerá y pondrá en mayor riesgo la seguridad de ese país, y Estados Unidos lo sabe.
 
Las fuerzas de seguridad y los servicios de inteligencia han redoblado su vigilancia ante posibles represalias terroristas, así lo aseguró el director de la CIA, Leon Panetta.
 
"Aunque Bin Laden está muerto, Al Qaeda no lo está", advirtió Panetta, quien luego añadió: “no descansaremos hasta que cada uno de ellos sea llevado ante la justicia”.
 
Por su parte, la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, indicó que “la batalla contra Al-Qaeda continúa y no terminará con la muerte de Bin Laden".
 
De acuerdo con Clinton, se seguirá “forjando una red mundial contra el terrorismo” y "una cooperación estrecha con Pakistán, que nos ha ayudado a poner presión sin precedentes sobre Al-Qaeda y sus cabecillas". No obstante, la alta funcionaria no descartó abrir una puerta a un “proceso político pacífico”. 

“Ya no hay excusa”

El portavoz del ministerio iraní de Asuntos Exteriores, Ramin Mehmanparast, pidió la salida de todas las tropas extranjeras de Afganistán, ya que su país considera que con la muerte de Osama bin Laden "ya no existen excusas para la ocupación".

El régimen iraní se suma así a otras voces de la región como la del líder del grupo radical suní pakistaní, Tehrik-e Insaf, el jeque Imran Jan, quien también exigió la retirada de las fuerzas estadounidenses.

El funcionario, citado por la agencia de noticias local Isna, subrayó, igualmente, que la naturaleza del operativo que acabó con el líder espiritual de la red terrorista internacional Al-Qaeda, demostró "la inutilidad de enviar a miles de soldados para capturar a un solo hombre".

"El asunto ha puesto de manifiesto que no hay necesidad alguna de desplegar grandes ejércitos para capturar a una sola persona", insistió.

A la petición de Irán se sumaron los Hermanos Musulmanes egipcios, quienes solicitaron a Estados Unidos, la OTAN y la Unión Europea (UE) que anuncien "rápido" el fin de la "ocupación" de Afganistán e Irak, y que reconozcan los derechos legítimos del pueblo palestino.

El mismo grupo expresó en un comunicado que "la resistencia legítima contra cualquier ocupación extranjera de un país es un derecho", y agregó que "mezclar la ocupación legítima y la violencia contra los inocentes ha sido algo intencionado, sobre todo por el enemigo sionista", en referencia a Israel.

"Siempre que permanezca la ocupación, permanecerá la resistencia legítima", asegura la nota difundida por la página web de este grupo, principal partido egipcio.

La agrupación islámica afirmó que está en "contra del uso de la violencia en general y contra los asesinatos, y a favor de los juicios justos de cualquier acusado de haber cometido cualquier crimen", en lo que parece una crítica al método empleado por Washington para matar a Bin Laden.

Además, pidió a Estados Unidos que "detenga las operaciones de inteligencia contra sus oponentes y que dejen de intervenir en los asuntos internos de cualquier país árabe o musulmán".

Por su parte, el dirigente de esta agrupación egipcia Isam al Arian declaró a la agencia estatal de noticias egipcia, MENA, que Al-Qaeda podría tomar represalias en aquellos países en los que cuenta con una presencia importante, como Afganistán, Pakistán, Marruecos y Argelia.

Lucha antiterrorista, sin descanso: países aliados

Como "un gran paso adelante en la lucha del terrorismo" consideró el primer ministro británico, David Cameron, la muerte de Bin Laden. Añadió que "no marca el fin de la amenaza que afrontamos del terrorismo radical" y destacó la importancia de mantener la "vigilancia" ante el riesgo de represalias.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, también consideró que no se puede suponer el fin de Al-Qaeda y que el combate contra esta organización "debe continuar sin descanso".

Por su parte, el gobierno ruso afirmó que "este acontecimiento extraordinario para toda la coalición antiterrorista tendrá una significación práctica duradera desde el punto de vista del descabezamiento de la organización criminal (Al-Qaeda)".

Mientras tanto, el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, precisó que "España seguirá plenamente comprometida con la comunidad internacional en la lucha contra el terrorismo".

También se mostró optimista el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, quien aseguró que la muerte de Bin Laden es un "éxito significativo" para la seguridad de los aliados y de las naciones que se han sumado a ellos en su lucha contra el terrorismo, y dejó claro que la organización seguirá defendiendo los valores de "libertad, democracia y humanidad que Osama Bin Laden quería derrotar".

¿El fin del islamismo radical?

Los Hermanos Musulmanes pidieron al "mundo, en general, y a los pueblos y los gobiernos del mundo occidental, en particular, a que dejen de relacionar el Islam con el terrorismo, y a que corrijan su imagen errónea".

Esta organización explicó que desde los atentados del 11 de septiembre del 2001, los musulmanes han sido víctimas de una campaña que ha relacionado el Islam con el terrorismo y la violencia.

Para el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Libanesa Nasim Jury, el islamismo que defiende Al-Qaeda está muy alejado de los "verdaderos principios" de esta religión, pues "querían que el mundo volviera a la Edad Media".

El también profesor de la Universidad Libanesa Walid Ardid observó que la muerte de Bin Laden a manos del Ejército estadounidense junto a la ola de revueltas en favor de la democracia que está teniendo lugar en el mundo árabe, contribuirá a frenar las corrientes más radicales del Islam.

"Gracias a los movimientos islámicos moderados como los que se ven en Egipto, Túnez y otros países árabes, el fanatismo comenzará a debilitarse", vaticinó Ardid.

Por su parte, León Valencia, director de la fundación Nuevo Arco Iris, expresó que con la muerte de Bin Laden, sumada a las manifestaciones populares en países árabes en pro de la democracia, se abre una nueva posibilidad para que Occidente cambie su enfoque hacia el mundo islámico.

"Occidente tiene una oportunidad muy grande de cambiar y de darles un viraje a las relaciones con el mundo musulmán con una visión distinta. Unas relaciones más horizontales y de intercambio con ese mundo (musulmán), con una mirada de respeto, podrían transformar las cosas", destacó Valencia.

Obama fortalece sus aspiraciones a la reelección

El anuncio de la desaparición del terrorista más peligroso del mundo no pudo haberse producido en un mejor momento para el presidente estadounidense, Barack Obama, a quien últimamente las encuestas no favorecen.

El país, profundamente dividido por las líneas partidistas, pareció este lunes tan unido como lo estuvo luego de los ataques del 11 de septiembre del 2011. 

En medio de pesimistas noticias sobre el persistente desempleo, los altos precios de la gasolina, Estados Unidos recibió el anuncio del deceso, que fortalece, la posición de Barack Obama en sus aspiraciones para la reelección.

Por ahora, tiene garantizado el impulso político en una campaña en ciernes.  Cabe recordar que en el 2001 el entonces presidente, George W. Bush, había prometido capturar a Bin Laden, vivo o muerto, pero no lo consiguió. Obama asumió el reto y, como candidato a la Presidencia, prometió: "Vamos a matar a Bin Laden".

La persistencia y el éxito de Obama hace más difícil que los críticos del presidente sigan poniendo en entredicho si  tiene el carácter necesario para proteger la seguridad del país, o si cuenta con la experiencia para ser reelegido como el mandatario de los estadounidenses.

Para analistas colombianos, con la desaparición de Bin Laden, Obama podrá demostrar que su compromiso con la seguridad nacional de Estados Unidos va de la mano del cumplimiento de normas del derecho internacional humanitario, y así podrá cumplir su compromiso de cerrar la prisión de Guantánamo.

Aunque la muerte de Bin Laden cierra un capítulo en la guerra estadounidense contra el terrorismo, abre otros y crea interrogantes. Washington no le avisó a Pakistán de la operación en su suelo y queda por verse cómo sobrevivirá la cooperación bilateral ante los acontecimientos.

Con información de agencias EFE y AP.