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¿Quién gana con los atrasos del Mundial 2014 en Brasil?

Los atrasos en las obras para el Mundial 2014 suponen un riesgo para la imagen internacional de Brasil, pero también pueden ser una oportunidad de negocios para diversas empresas privadas, advierten especialistas.

Alianza BBC
16 de abril de 2012

La inquietud de los expertos es que, por incompetencia o estrategia deliberada, algunas compañías obtengan réditos del apuro de las autoridades brasileñas para cumplir con los plazos previstos para el evento deportivo.

"Las empresas saben que el gobierno tiene un compromiso de realizar la Copa del Mundo en Brasil, tiene una imagen que cuidar", dijo Vinicius Panetto, un procurador en Río de Janeiro que integra el grupo de trabajo del Ministerio Público Federal (MPF) sobre el Mundial 2014.

"Es claro que algunas empresas pueden incluir el costo de la emergencia en su precio", agregó Panetto en declaraciones a BBC Mundo.

"Obras esenciales"

Los atrasos en varios proyectos de obras en estadios e infraestructura para la Copa 2014 han sido un motivo de tensión entre Brasil y la FIFA, órgano rector del fútbol mundial.

Datos divulgados por el gobierno brasileño a comienzos del mes indicaron que ocho de los 12 estadios donde se prevé realizar la competencia tenían menos de la mitad de las obras realizadas.

A menos de 800 días para que comience la fiesta global del balompié, también existen atrasos en obras de aeropuertos y movilidad urbana en diferentes puntos del país.

Las autoridades brasileñas han minimizado el problema y aseguran que los proyectos concluirán a tiempo: "Entregaremos las obras esenciales de los estadios y movilidad urbana", declaró en marzo el ministro de Deportes, Aldo Rebelo.

Sin embargo, muchos se preguntan cuál será el costo de correr contra el calendario.

Presión

Los especialistas advierten que si las obras requieren trabajos nocturnos sin previsión inicial, agregados contractuales o contratos de emergencia y sin licitación con otras firmas para terminar a tiempo, los costos tienden a subir.

"Las empresas saben que cuanto más se demora el planeamiento o ni siquiera se hace, eso beneficia a los que quieren contratos con precios más elevados, apostando a esa presión sobre el gobierno", dijo Panetto.

Gil Castello Branco, secretario general de Contas Abertas, una organización no gubernamental que promueve la transparencia en el gasto público, sostuvo que en esos casos ganarían firmas de diversos rubros.

"Sobre todo empresas constructoras, porque son grandes emprendimientos, y empresas que venden equipamientos para estadios o aeropuertos, e incluso empresas que participan de la movilidad urbana", indicó.

"Poca cosa"

Uno de los focos de preocupación de los especialistas es el estadio de Maracaná, que el gobierno estatal de Río de Janeiro sometió a una profunda reforma para atender pedidos de la FIFA.

Tras 20 meses del inicio, las obras del consorcio integrado por tres empresas privadas alcanzaron 45% de realización. La fecha prevista de entrega ya fue pasada de diciembre de 2012 para el 28 de febrero de 2013.

Eso sería cerca del plazo límite para que el estadio reciba los juegos de la Copa de Confederaciones en junio de 2013 (evento que prueba la preparación del país anfitrión del Mundial) y la FIFA ha planteado inquietud.

Luiz Fernando Pezão, vicegobernador de Río de Janeiro, descartó que haya aditivos a lo presupuestado en la primera licitación de la obra de Maracaná, por un valor equivalente a unos US$470 millones.

Sin embargo, recordó que debió realizarse una "adaptación con costo" de la cobertura del Maracaná, que se construirá nueva porque la vieja tenía riesgos de derrumbe, y admitió que puede haber más gastos imprevistos.

"Puede ser algún costo en el final de adaptación de tecnología, que se moderniza cada seis meses", dijo Pezão a BBC Mundo. "Pero muy poca cosa de diferencia".
"Subestimado"

    "Cuanto más atrasos, más de emergencia será esa obra y más rápidos los procedimientos para liberar recursos"

Luis Mario Behnken, economista del Foro Popular de Presupuesto

Muchos recuerdan la experiencia de los Juegos Panamericanos de 2007 en Río, cuyo costo real fue casi 10 veces superior a las previsiones y varios contratos de última hora fueron investigados por el Tribunal de Cuentas.

Los observadores advierten que actualmente ni siquiera se conoce a cuánto ascenderá la factura del Mundial 2014 para las arcas públicas brasileñas.

Para el primer ciclo de matriz de responsabilidades del Mundial (que incluye gastos de los gobiernos federal, estatales y municipales en estadios, movilidad urbana y aeropuertos), se previeron gastos equivalentes a unos US$14.400 millones

Pero Castello Branco afirmó que ese valor "está subestimado" y además excluye gastos en rubros como seguridad, salud o estructuras temporarias a construirse "prácticamente en vísperas del evento".
"La culpa"

El experto descartó sin embargo que los atrasos sean una estrategia deliberada de las empresas para obtener mayores ganancias. "Ocurren porque las obras en Brasil son históricamente muy lentas", dijo.

Obras en un estadio de Brasil

Las obras alcanzaron el 45% de la realización y los plazos de entrega se han postergado.

La asesoría de prensa de la constructora Odebrecht, que trabaja en cuatro estadios del Mundial 2014, indicó a BBC Mundo que "no tiene sentido" hablar de sobrecostos o contratos de emergencia en proyectos privados o en los cuales la empresa es la propia inversora.

Sin embargo, ese no es el caso de Maracaná y otras obras vinculadas concedidas por contratos públicos.

Luis Mario Behnken, economista del Foro Popular de Presupuesto, una organización no gubernamental en Río, sostuvo que "alguien gana con los atrasos" del Mundial.

"Brasil no puede dejar de hacer la Copa del Mundo: es algo que sabe el contratista cuando va a hacer la obra", dijo. "Cuanto más atrasos, más de emergencia será esa obra y más rápidos los procedimientos para liberar recursos".

Carlos Vainer, del instituto de investigación y planeamiento urbano en la Universidad Federal de Río de Janeiro, dijo que "hay una convicción generalizada entre quienes tratan estas cuestiones de que los mismos responsables por los atrasos son los beneficiarios de los costos aumentados de esos atrasos".

"Sólo que en algunos atrasos ni podemos culpar a la empresa", agregó. "La culpa es del propio gobierno".