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¿QUIEN MATO AL PROCURADOR?

Acusaciones mutuas sobre el asesinato de Roberto García.

22 de mayo de 1989

En la mañana del 19 de abril, el procurador general de El Salvador, Roberto García, se convirtió en el funcionario de mayor rango asesinado en los nueve años que lleva la guerra civil salvadoreña. Una bomba colocada en el techo de su vehículo atravesó con facilidad su blindaje y mató en forma instantánea al funcionario.
El atentado que mató a García se produjo solamente algunos días después de que la casa del vicepresidente electo, Francisco Merino, fue virtualmente destruida por dos bombas que no dejaron más consecuencias personales que algunas heridas sufridas por un hijo del político, quien se encontraba entonces en los Estados Unidos.
El procurador asesinado había asumido el cargo en diciembre,tras habel sido elegido por la Asamblea Legislativa, controlada por su partido, la Alianza Republicana Nacionalista (Arena), el mismo del presidente electo Alfredo (Freddy) Cristiani. Este se encontraba desayunando con un grupo de periodistas extranjeros cuando fue informado del asesinato y comentó inmediatamente que el incrementa de las acciones urbanas de la guerrilla obligaría a su gobierno a aplicar una legislación más dura e incluso el estado de sitio para reprimirlas."Lo que demanda un enfoque nuevo de la guerra es que el FMLN está dejando la guerra de guerrillas y está acudiendo a una estrategia de terorrismo", dijo.
La reacción más generalizada se inclinó hacia una estrategia de violencia que había sido desatada por los guerrilleros del FMLN, con el fin de provocar una respuesta oficial que le quitara imagen internacional al gobierno recién elegido. Esa afirmación, sin embargo, es rechazada por el movimiento insurgente, que a su turno afirma que se trata de una pugna interna en el seno de Arena, y que el asesinato del procurador habría sido cometido por sus propios copartidarios, por cuanto García acababa de destituir a un juez responsable de poner en libertad a un grupo de terroristas de Arena.
Sea como sea, lo cierto es que la ultraderecha parece estar organizándose para regresar a los viejos métodos de Roberto D'Abouisson. Arena ha anunciado que está organizando un programa de vigilancia comunitaria para identificar a los simpatizantes de la guerrilla, y eso les huele a los observadores a escuadrones de la muerte. Por otra parte, ha surgido un grupo llamado "Civilistas Gerardo Barrios" y unos "Comandos de defensa de la Empresa Privada", que no parecen ser precisamente pacíficos. Lo que viene, por lo visto, es una etapa de terrorismo que podría ser capaz de lo que ya parece imposible:empeorar las cosas en El Salvador.