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El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, rechazó la información de Wikileaks y aclaró que no participa en "fiestas salvajes". | Foto: Foto: EFE.

ESCÁNDALO

Reacciones a la revelación de Wikileaks: entre el escándalo y el desdén

Los 250 mil documentos revelados por el sitio web Wikileaks, que revelan la filtración del gobierno de Estados Unidos a diversos países, generaron rechazo, pero algunos estados optaron por la indiferencia.

29 de noviembre de 2010

Si bien los 250 mil documentos publicados por Wikileaks no dejan de sorprender al mundo, las reacciones de algunos países que fueron objeto de seguimientos, y cuyos secretos aparecen en los mensajes que las embajadas de Estados Unidos enviaban al Departamento de Estado, también resultan una sorpresa.
 
Mientras el Reino Unido condenó la publicación de esta información secreta y advirtió que la situación puede “poner vidas en peligro”, en Italia, el ministro de Defensa, Ignacio La Russa, instó a no dar excesiva importancia al tema.
 
“Se trata de informaciones que tenían que haber quedado secretas, probablemente su publicación es ilegal, pero, al final, parecen salir de una revista de cotilleos", dijo La Russa.
 
Sin embargo, en la capital de Francia la posición no es la misma. “La divulgación de documentos clasificados del departamento de Estado constituye un atentado contra la soberanía de los estados y contra el secreto de su correspondencia consagrado por la convención de Viena sobre las relaciones diplomáticas", agregó el portavoz del Ministerio de Exteriores galo.

Rusia tampoco fijó su posición, es más, considera “prematuro” pronunciarse sobre las filtraciones, aún cuando su primer ministro, Vladimir Putin, es calificado en los cables diplomáticos como “un político autoritario y machista”.

“Antes de juzgar y hacer comentarios es necesario ver los originales, si es que existen. Además, hay que cerciorarse de la traducción correcta de unas y otras palabras y expresiones y sólo entonces se puede decir algo", declaró el portavoz de Putin, Dmitri Peskov, a la agencia Interfax.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) optó por no comentar sobre la autenticidad de las filtraciones de Estados Unidos.

“La ONU no está en posición de comentar la autenticidad de los documentos relativos a la petición de información sobre sus representantes y sus actividades", señala un comunicado de prensa del portavoz del organismo, Martin Nesirky.

Según esos documentos, el Departamento de Estado que dirige Hillary Clinton pidió en 2009 a funcionarios de 38 representaciones diplomáticas de Estados Unidos información detallada, incluidos aspectos personales, de Naciones Unidas, así como el secretario general de la institución, Ban Ki-Moon, y de los diplomáticos vinculados a Afganistán, Corea del Norte, Irán, Somalia y Sudán.

Sin embargo, el organismo resalta que por su naturaleza es “una organización transparente que da a conocer su información y actividades al público y a los estados miembros".

En Irán, su presidente, Mahmud Ahmadineyad, restó importancia a los documentos filtrados y dijo que se trata de una conspiración que no va a afectar a las relaciones con los países árabes.

Según la información revelada por Wikileaks, el rey Abdalá de Arabia Saudita instó a Estados Unidos a atacar Irán para destruir su programa nuclear. Los documentos dicen también que el monarca saudita llamó a Estados Unidos a "cortarle el cuello a la serpiente", y que afirmó que trabajar con Washington para contrarrestar la influencia iraní en Irak era "una prioridad estratégica para el rey y su gobierno".
 
El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, salió en su defensa y aclaró que no le gustan las "fiestas salvajes". Los documentos publicados revelan la opinión de una diplomática de la Embajada de Estados Unidos en Italia, Elisabeth Diggle, quien calificaba a Berlusconi de "vanidoso" y líder "incapaz", cuya tendencia a las "fiestas salvajes" no le permitían "descansar lo suficiente".