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Vista general de los enfrentamientos entre la guardia presidencial y el movimiento chií de los hutíes, en Saná, Yemen. | Foto: EFE

CONFLICTO

Rebeldes chiíes se toman el palacio presidencial de Yemen

Los milicianos entraron al complejo y están saqueando los depósitos de armas.

20 de enero de 2015

La poderosa milicia chiita en Yemen tomó este martes el control del complejo presidencial yemenita en la capital Saná, y cercaba la residencia del jefe de Estado, y una ministra denunció una tentativa de derrocamiento en ese país, al borde del caos.

"Los milicianos hutis entraron al complejo y están saqueando los depósitos de armas", declaró a la AFP un alto responsable militar.  

Un responsable huti, Ali al Bujaiti, confirmó en su cuenta de Facebook que el movimiento chiita Ansarualá había "tomado el control del complejo presidencial".

Mientras tanto, otros combatientes de esa milicia se enfrentaban a soldados gubernamentales cerca de la residencia del presidente Abd Rabo Mansur Hadi, en el oeste de Saná. Al menos dos militares murieron, según fuentes médicas.

La ministra de Información, Nadia Sakkaf, afirmó en Twitter que, desde las 03:00, el presidente era el blanco de un ataque de los milicianos chiitas "que quieren derrocar al régimen".

El rebrote de violencia, el más grave en los últimos cuatro meses en la capital, se debe al rechazo de los hutis, a aceptar un proyecto de Constitución que, dividiendo el país en seis regiones, los privaría de acceso al mar.

La milicia Ansarualá, que lleva meses intentando extender su influencia en Yemen, ha tomado el control de una gran parte de Saná desde el 21 de septiembre.

Según varios testigos, la intensidad de los combates en torno a la residencia de Hadi se redujo a última hora de la tarde, mientras, al parecer, el presidente sigue en el edificio.

Aliado de Estados Unidos

El movimiento no ha cesado de extender su influencia a otras regiones de Yemen, donde se enfrentan a combatientes sunitas y a grupos relacionados con Al Qaeda.

Yemen, un país que limita con Arabia Saudita, es estratégico en el tránsito del crudo que sale del Golfo, y sufre desde hace meses una ola de violencia, que aumenta los temores de que se convierta en un Estado fallido.  

El secretario general de la ONU Ban Ki-moon pidió este martes a todas las facciones armadas en Yemen un cese al fuego inmediato.

Ban dijo que estaba "profundamente preocupado" al tiempo que el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se reunía a puertas cerradas para escuchar un reporte de su enviado especial, Jamal Benomar, sobre el aparente intento de derrocar al presidente Hadi, gran aliado de Estados Unidos en la lucha contra Al Qaeda.

Los 15 países miembros del Consejo de Seguridad discuten si publicar o no una declaración, en la reunión, condenando el intento de golpe de estado.

El gobierno de Mansur Hadi, aliado de Washington, ha permitido a Estados Unidos utilizar su territorio para atacar las milicias de Al Qaeda con aviones no tripulados.

La rama yemení de la red yihadista Al Qaeda en la Península Arábiga (Aqpa) es considerada la más peligrosa del movimiento. Es también la que reivindicó el ataque del 7 de enero contra el semanario satírico Charlie Hebdo, en París, con un saldo de 12 muertos.

Benomar iba a dirigirse al Consejo de Seguridad por videoconferencia desde Qatar, está a cargo de conducir las negociaciones para lograr un gobierno de unidad en Yemen.

La sombra de Saleh

Yemen está en una situación inestable desde la salida en 2012 del expresidente Ali Abdullah Saleh.

Los combates que obligaron a las embajadas occidentales, entre ellas la de Francia, a cerrar sus puertas, se reanudaron tras una breve tregua el lunes, día durante la que nueve personas murieron y 67 resultaron heridas.

Durante los combates del lunes cerca del complejo presidencial, los milicianos tuvieron el apoyo directo de las fuerzas leales a Saleh, afirmó a la AFP un oficial de la guardia presidencial.

Desde la revuelta popular de 2011 que llevó a la salida de Saleh, el poder central fue marginalizado por Ansaruala y los yihadistas de Aqpa, que incrementaron su influencia apoderándose de territorios.

Por otro lado, la justicia estadounidense inculpó a dos yemeníes detenidos en Arabia Saudita de los ataques contra dos soldados estadounidenses en Afganistán y brindar apoyo a redes de Al Qaeda.