Home

Mundo

Artículo

M E X I C O

Recuerdos que matan

El ex presidente Carlos Salinas de Gortari arma un alboroto en su país por cuenta de sus memorias.

13 de noviembre de 2000

Hay ex presidentes que salen de su gobierno convertidos en el enemigo público número uno. Y uno de ellos es el mexicano Carlos Salinas de Gortari, quien luego de ser considerado uno de los mandatarios más populares de la historia de su país se autoexilió en Irlanda para escampar el rechazo de los mexicanos. .

La semana pasada no fue la excepción, pero esta vez Salinas regresó con un objetivo: lanzar su libro México un paso difícil a la modernidad. Se trata de unas memorias de más de 1.000 páginas, en las que se defiende de las acusaciones de corrupción, habla del presidente Ernesto Zedillo e intenta desligar su figura de la debacle que puso a México al borde de la quiebra entre 1994 y 1995.

Salinas culpa de la crisis económica al asesinato del candidato oficialista Luis Donaldo Colosio, abatido en Tijuana en marzo de 1994. Sostiene que la extraña huelga de hambre que sostuvo por unos días luego de entregar el poder se debió a que elementos del nuevo gobierno de Ernesto Zedillo planeaban acusarlo del asesinato de Colosio. Sea o no esto cierto, Salinas fue el primer ex presidente que no contó con el manto de olvido que, desde su salida del gobierno, cubría las actividades de los gobernantes mexicanos al dejar el palacio presidencial.

Según un capítulo publicado por El Universal, Salinas no deja bien parado a Zedillo. “En los momentos de mayor tensión que siguieron a la muerte de Donaldo, señala, un colaborador me hizo ver tres cualidades del doctor Zedillo: aprende rápido, suple la inexperiencia con la inteligencia y es un ser humano noble” . Pero en el mismo capítulo lo destruye al relatar que el mismo amigo le hizo caer en cuenta de su peor defecto: “Tiene problemas con su origen, y eso lo hace un hombre rencoroso”. Salinas no especifica cuáles serían las causas del resentimiento del presidente, a quien culpa de que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) hubiera perdido el poder a manos de Vicente Fox, del Partido Acción Nacional (PAN).

El regreso de Salinas a México siempre causa controversia porque su presencia hace regresar un período que quisieran dejar atrás. Una época en que el hermano del presidente, Raúl, hizo una fortuna aprovechándose de su posición antes de ser convicto por el asesinato de su propio ex cuñado, José Francisco Ruiz Massieu, también dirigente del PRI. Una episodio marcado por la extraña investigación del asesinato que, como en la peor telenovela, tuvo hasta el enterramiento de un cadáver por parte de una supuesta bruja en una finca de Raúl para desorientar las pesquisas. El ex presidente examina los cargos contra su hermano y lo exime.

Pero el libro de Salinas no fue la única causa de rechazo a su presencia. Dos días después de su llegada se conoció por televisión la grabación de una charla telefónica entre Raúl y su hermana Adriana, la ex esposa del asesinado Ruiz Massieu. En la conversación Raúl sostiene que los 90 millones de dólares descubiertos en una cuenta en Suiza son de propiedad de su hermano ex presidente, que proviene del erario y que éste le expidió un pasaporte falso.

Aunque Raúl pronto se retractó, la grabación fue por algunos considerada suficiente para reanudar las investigaciones contra el ex presidente. Pero también hubo quienes cuestionaron la grabación subrepticia. Aunque el subsecretario de Gobernación, Dionisio Pérez Jácome, desligó a Zedillo, para muchos quedó la impresión de que el gobierno le habría cobrado a Salinas las ofensas contra el presidente. Por lo visto, Salinas trae los peores fantasmas a los mexicanos.