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Regreso sin gloria

El triunfo de los ex comunistas en Polonia marca una tendencia que crece en el antiguo bloque soviético.

25 de octubre de 1993

TAL COMO LO CONFIRMAron los resultados de las elecciones parlamentarias de Polonia,los comunistas recalcitrantes de Europa Oriental no necesitan tropas ni tanques para regresar al poder. Basta cambiar el chaquetón de obrero por un blazer de clase media, modificar el nombre del partido por otro que suene a socialdemocracia, jurar su inquebrantable lealtad a la economía de mercado y lanzarse a la palestra como crítico de la mala situación económica que viven sus conciudadanos, poniendo el énfasis en que antes podía haber menos carros lujosos, pero todo el mundo tenía un empleo y, al menos, lo mínimo para vivir.
Palabras más, palabras menos, esa es la fórmula con la que ganó las elecciones parlamentarias polacas el líder Aleksander Kwasniewski, de 39 años, quien desde su posición como presidente del Partido Social Demócrata (nuevo nombre del Partido Comunista) dirigió a la Alianza Democrática de Izquierda a un triunfo que sorprendió a Occidente.
La Alianza y el Partido de los Campesinos (viejo aliado de los comunistas) conquistaron 301 curules del Sejm (Parlamento), o sea el 64 por ciento, en tanto que la Unión Democrática de la primera ministra Hanna Suchocka quedó en tercer lugar con sólo 24 escaños.
Al cierre de esta edición se esperaba que la Alianza designara al joven es ministro comunista para formar un gobierno de coalición que "cohabitará" con el presidente Lech Walesa, cuyo puesto es ceremonial. Como era de esperarse, Kwasniewski se apresuró tranquilizar a los inversionistas extranjeros, pues "mi grupo ha roto con el pasado", por lo que "seremos un buen socio para Occidente". Sin embargo, se es pera que el nuevo gobierno introduzcs algunas modificaciones dentro del programa económico, como la disminució de los controles monetarios estrictos, para permitir mayor gasto público. Ello traería mayores pensiones, un incremento en los subsidios, más gastos en educación y salud y, tal vez, que las privatizaciones se desaceleren.
Lo único claro es que la izquierda renació por el cansancio de los polacos después de cuatro gobiernos reformistas que, aunque produjeron un crecimiento anual del cuatro por ciento, cobraron un alto costo social. La lección parece ser que, tras 40 años de comunismo, con su carga de seguridad social paternalista y su garantía de empleo de por vida. no es posible abolirlo todo sin tener en cuenta las víctimas potenciales, los pensionados, los trabajadores poco calificados los despedidos por la privatización, etc.
Ellos fueron el grueso del electorado de izquierda, codo a codo con quienes votaron para reaccionar contra el creciente poder de la Iglesia Católica, que para algunos ha reemplazado al comunismo como fuente de imposición ideológica. Muchos profesionales jóvenes, que en otras circunstancias no hubieran votado por la izquierda, lo hicieron con la esperanza de que se establezca una frontera más definida entre la Iglesia y el Estado. Eso explica el titular del periódico católico Slowo, que en su titular resumió la sensación prevaleciente en muchos ambientes polacos:
"El amargo sabor de la democracia".

Vivitos y coleando
EL CASO DE POLONIA NO ES único.Bajo distintas denominaciones, muchos comunistas aún retienen el poderen varios Estados.
ESLOVAQUIA: Eligió en 1992 como primer ministro a Vladimir Meciar, del Movimiento por una Eslovaquia Democrática (MED), de estirpe comunista.
BulGARIA: En 1991 eligió primer ministro a Luben Berov, con el apoyo del Partido Socialista Búlgaro (PSB), comunista.
RUMANIA: Al Frente de Salvación Nacional (comunista) lon lliescu, su presidente, es un antiguo comunista.
MACEDONIA: Su presidente es Kiro Gligorov, ex comunista.
CROACIA: En 1992 eligió como presidente al comunista Franjo Tudjman. bajo el Partido Unión Democrática Croata.
SERBIA: El presidente Slobodan Milosevic es un comunista irredento.
MOLDAVIA: El presidente Mirchea Snegur, a pesar de ser un ex funcionario comunista, subió al poder con banderas nacionalistas.
GEORGIA: En 1992 fue elegido Eduard A. Shevardnadze quien, como comunista, ya había gobernado cuando Georgia era una república soviética.
LITUANIA: Desde febrero es presidente Algirdas Brazauskas, del partido Social Demócrata, comunista.
UCRANIA: SU presidente Leonid M. Kravchuk y el primer ministro Leonid Kuchma son ex apparatchiks, comunistas.
También los siguientes tienen gobiernos veladamente comunistas,que no han asumido la reforma política.
UZBEQUISTAN: Islam Karimov.
TAYIKISTAN: Ali Rakhmanov.
KAZAKHSTAN: Nursultan Nazarbayeb.
TURKMENISTAN: Andrei Niyazev.