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La denuncia de la carta de la OEA: ¿una derrota para Venezuela?

Es la primera vez, desde que se fundó la organización en Bogotá, que un país denuncia la carta. Aunque deje de hacer parte, la solución pacífica de controversias y el respeto a los DD.HH. siguen siendo obligaciones para Venezuela. Anuncio tendrá efecto hasta dentro de dos años.

Julio Londoño Paredes (*)
27 de abril de 2017

El Consejo Permanente de la OEA resolvió ayer por 19 votos, convocar una reunión de cancilleres para analizar la situación de Venezuela. Fue una jugada para evitar que las deliberaciones se siguieran haciendo dentro del marco de la Carta Democrática Interamericana, que requiere 23 votos de los países miembros para convocar la reunión de ministros.

Ahora lo importante será saber qué resolverán los cancilleres en la reunión, ya que, para suspender el gobierno de Venezuela de la OEA, se requerirían dos terceras partes de los votos, como sucedió cuando Colombia, en una decisión muy discutible, lideró la expulsión de Cuba de la organización en enero de 1962. Eso será muy improbable.

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La canciller de Venezuela, conocida la decisión del Consejo Permanente, anunció que iniciaría los trámites para el retiro de su país de la OEA. Sería la primera vez desde el año de 1948, cuando se fundó la organización en Bogotá, que un país denuncia la carta. Esta sólo tendrá efecto dentro de dos años, seguramente cuando Maduro y sus amigos ya no estén en el poder.

En la carta de la OEA están incorporados principios fundamentales del derecho internacional, como la solución pacífica de controversias y el respeto a los derechos humanos que obligan a Venezuela, aunque no sea parte de la OEA.

Como lo han dicho algunos funcionarios de ese país en las últimas semanas, “Venezuela puede vivir sin la OEA”: eso es cierto. Su tutor, Cuba, ha vivido por fuera de la OEA durante cincuenta y cinco años y cuando se le ofreció el reintegro no quiso hacerlo. Honduras, un país pobre y pequeño, no se acabó cuando fue separada temporalmente de la OEA, como consecuencia de un golpe militar. Pero ninguna de las dos situaciones es comparable con la de Venezuela.

Además es dudoso que el retiro de la OEA le convenga a Venezuela, especialmente cuando el gobierno ha anunciado, que mientras se completa el trámite de la denuncia, es decir durante dos años, no asistirá a los debates sobre su país dentro de la organización.

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No es conveniente para un Estado estar ausente de ciertos grupos y organizaciones. Colombia era el tema obligado de crítica por parte del Movimiento de los No Alineados, hasta que nos incorporamos al mismo. Luego, aunque el gobierno colombiano fue inicialmente contrario a UNASUR, cuando se presentaron reacciones generalizadas en el continente por el uso aviones norteamericanos de bases militares en nuestro territorio, fue consciente de que no era conveniente que se lo criticara, sin que nadie saliera en su defensa.

Nada va a cambiar para Venezuela entre este momento y el mes de abril de 2019, pero su ausencia de los foros y debates en los que se trate el tema de la grave situación del país, sólo contribuirá a colocarla ante el continente y el mundo en peores condiciones.

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Además, da la sensación de que teme que pudiera ser excluida, a pesar de que era evidente que los países que se le oponen no hubieran podido lograrlo. Tampoco evita así que la comunidad internacional en general siga censurando la actitud del gobierno venezolano de armar matones para intimidar a la oposición.

(*) Profesor de la facultad de ciencia política, gobierno y relaciones internacionales de la universidad del Rosario.