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Su despliegue mediático ha hecho de Nicolas Sarkozy y Angela Merkel los políticos favoritos de Europa. Ambos manifiestan simpatía hacía Estados Unidos

Europa

Rumbo a la derecha

Nicolas Sarkozy en Francia, y Angela Merkel en Alemania, consolidaron en 2007 un giro radical en la política internacional de los motores de la Unión Europea.

15 de diciembre de 2007

Con la canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés Nicolas Sarkozy al frente del timón, la Unión Europea (UE) reactivó en 2007 su marcha hacia la derecha. Ambos tomaron las riendas de países desmoralizados y con bajo crecimiento económico y han insuflado nuevos ánimos al eje franco-alemán, que siempre ha sido el motor de la UE. Son políticos mediáticos, con gran éxito ante las cámaras y los micrófonos, que han conseguido que vuelva cierto optimismo a un continente envejecido y con problemas de crecimiento económico.

Pero la gran figura europea del año ha sido Nicolas Sarkozy, elegido en mayo por laUnión por un Movimiento Popular (UMP), y con quien Francia cumplió más de 12 años de gobierno de orientación conservadora, iniciados por Jacques Chirac. Nacido en París en 1955 e hijo de un inmigrante húngaro, Sarkozy se ha mostrado como un político decidido y audaz, con gran presencia en los medios. En el último lustro fue considerado el político más popular de Francia y llegó a opacar al presidente Chirac. Su avidez por aparecer en los medios lo lleva a enfrentarse ante las cámaras con obreros opositores en huelga, a anunciar su mediación para liberar a Íngrid Betancourt y a realizar viajes relámpago como el que efectuó al Chad para buscar la liberación de franceses y españoles detenidos por un caso de secuestro y tráfico de niños africanos a Francia. A veces las cosas le salen mal, pero siempre da la cara, lo que le otorga un talante activo y valiente, muy valorado por los franceses.

Gracias a su firmeza y a su despliegue mediático, Merkel y Sarkozy son los políticos favoritos del contiente, según una reciente encuesta del Instituto Harris Interactive. La gente les aprecia no sólo en sus países, y la opinión generalizada es que le han dado un nuevo oxígeno a Europa.

Sin embargo, los partidos opositores y numerosos analistas los consideran como simples continuistas de gobiernos conservadores y demasiado inclinados a Estados Unidos. Algunos ven a Sarkozy como una copia rejuvenecida de Chirac, y a Merkel como una nueva versión de la 'dama de hierro' británica, Margaret Thatcher, sólo que Merkel concentra aun más poder, ya que gobierna respaldada por la coalición de los dos mayores partidos, un Frente Nacional a la alemana.

La canciller alemana y el presidente francés efectuaron visitas muy sonadas a Estados Unidos en el segundo semestre del año que significaron un 'reencuentro' entre Europa y Estado Unidos. Washington tiene ahora dos aliados de primer nivel del otro lado del Atlántico que le garantizan mejores relaciones que las sostenidas con Chirac y Gerhard Schroeder, abiertos opositores a la invasión a Irak.

"Merkel y Sarkozy marcan el rumbo del barco europeo hacia la derecha; han emprendido recortes sociales sin miedo a las huelgas, una buena noticia para los empresarios, pero muy mala para los empleados, los inmigrantes y los partidos socialistas, que ven perdidos sus logros y avances conseguidos con mucho esfuerzo durante décadas", dijo a SEMANA la politóloga Yvon Mathieu, de la Universidad Libre de Bruselas, quien destacó que los líderes socialistas como José Luis Rodríguez Zapatero en España y Romano Prodi en Italia no pueden hacer contrapeso al eje París-Berlín. "Es tiempo de un nuevo conservadurismo con fashion; Merkel y Sarkozy son políticos vanidosos, demasiado preocupados por mantener una buena imagen, y esa vena mediática que los hace tan populares puede hacerles perder el rumbo en el futuro", puntualizó.

Ante la alianza actual Francia-Alemania-Estados Unidos, el avance de la UE en su conjunto despierta dudas para los analistas, ya que a Washington nunca le ha interesado una Europa unida y fuerte y ha tratado por distintas vías de generar fracturas. Merkel y Sarkozy han anunciado que lucharán por consolidar el 'gran proyecto europeo', pero los expertos no creen que lo consigan, pues hoy en Europa la mayor parte de los socios son gobernados por partidos conservadores que querrán mantener sus privilegios nacionales a toda costa.