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Un accidentado viaje de salud a Londres demuestra a Pinochet que sólo le queda Chile para esconderse.

16 de noviembre de 1998

La noticia estremeció a la Internet: el ex dictador chileno Augusto Pinochet había muerto en una clínica de Londres. Reproducida por la cadena CNN, sólo una hora más tarde se empezó a saber que, para alegría de unos y tristeza de otros, Pinochet no había muerto, sólo se encontraba en una clínica de Londres reponiéndosede la operación de una hernia en la columna. Al dar las razones de por qué su padre había viajado a operarse fuera de Chile, Augusto Pinochet Hiriart dijo "porque los cuidados del sacristán mataron al señor cura". Una respuesta que dejó en el aire que ni siquiera Chile era seguro para la supervivencia del general. Fue tal vez por eso que el ex dictador decidió viajar fuera de su país, aun a riesgo de ponerse en la mira de quienes esperan que pague por sus crímenes. Y efectivamente, desde su llegada hace dos semanas, resonó el rechazo de los organismos de derechos humanos, que a tiempo que felicitaron al gobierno francés por haberle negado el visado, repudiaron la actitud británica de permitirle el ingreso. Desde Madrid, donde se siguen dos juicios contra el ex dictador (ver recuadro), el juez Manuel García pidió al gobierno de Tony Blair que lo autorizara a interrogarlo como acusado de genocidio. Amnistía Internacional, por su parte, recordó al gobierno que como firmante de las Convenciones contra la Tortura está obligado a detener a quien "haya cometido tortura o acto que constituya complicidad o participación en ella". Y más tarde el otro juez español que sigue un caso contra el general en la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, se sumó a la petición.El gobierno de Blair se metió en un embrollo sin salida. De permitir el interrogatorio o la extradición de Pinochet a España, afectaba sus relaciones con el gobierno de Chile, que le ha otorgado un pasaporte diplomático para proporcionarle inmunidad. Si, por el contrario, decidía no aceptar la petición española, violaba las convenciones sobre derechos humanos, un tema cada vez más sensible en la Unión Europea por la guerra de los Balcanes. Tal vez por eso, al cierre de esta edición, era un misterio el paradero del ex dictador. Abandonó la clínica y su ingreso y salida de Inglaterra los hace a cubierto de los medios a través del aeropuerto militar Hatfield, perteneciente a una empresa de armamentos que tiene negocios con el ejército chileno. Lo que quedó en claro es que Pinochet sí tiene una cárcel y es Chile. A partir de este tropiezo muchos gobiernos van a pensar si es conveniente aceptarlo en su territorio y cargar con el estigma de proteger a un hombre de sus antecedentes; para él jamás será posible realizar su soñado viaje por el Sena y los Campos Elíseos. Sea cual fuere el desenlace de esta historia, por primera vez Pinochet se sintió como lo que es, un prófugo de la justicia. nJuicios internacionalesn la Audiencia Nacional de España se adelantan dos investigaciones sobre los casos de violaciones a los derechos humanos. l Operación Cóndor. Sobre las operaciones encubiertas que llevaron a cabo los ejércitos argentino, brasileño, chileno, paraguayo y uruguayo en la llamada 'Operación Cóndor', que sirvió para hacer desaparecer opositores y cometer atentados terroristas contra personalidades. Los principales acusados son los dictadores suramericanos de la época, entre ellos Augusto Pinochet. El magistrado es Baltasar Garzón, con la ayuda del Departamento de Estado norteamericano. l Genocidio, torturas, terrorismo y desaparición de personas. Lo adelanta la Audiencia Nacional española por delitos cometidos contra españoles, chilenos y de otras nacionalidades. El magistrado Manuel García Castellón solicitó a Interpol y al gobierno británico impedir la salida de Europa de Pinochet.
El Asesinato del general Carlos Prats y su esposa en Buenos Aires. Para ello la juez argentina María Servini ha recurrido a las declaraciones del ex general Manuel Contreras, encarcelado por el asesinato en Washington del ex canciller Orlando Letelier y su secretaria Ronni Moffit, quien menciona a Pinochet como autor intelectual.
Denuncias en Chile
El día 11 de marzo, cuando Augusto Pinochet dejó el uniforme, se presentó en la justicia chilena la primera querella criminal contra el ex dictador. Al aceptarla, el juez Juan Guzmán abrió por primera vez en 25 años esa posibilidad. Las denuncias son las siguientes:
* El Partido Comunista de Chile lo denunció por genocidio durante la dictadura militar.
* A los pocos días lo acusó la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, a nombre de 1.190 familias afectadas.
* El Colegio de Profesores presentó una querella criminal por la ejecución y desaparecimiento de 103 profesores.
* El Colegio de Enfermeras de Chile le acusa de la desaparición de cinco enfermeras.
* La Agrupación de Familiares de Ejecutados por la 'Caravana de la Muerte' presentó una querella por la ejecución sumaria de 62 personas por una comitiva de militares designada por Pinochet para eliminar opositores en distintas ciudades de Chile, a pocos meses del golpe.
* El Partido Socialista de Iquique presentó una querella criminal por ejecuciones a miembros de ese partido poco después del golpe.
* El Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) presentó una querella a nombre de los casi 500 militantes desaparecidos y asesinados de esa agrupación.
* La última querella criminal fue la de los padres de un recluta, Miguel Nash, desaparecido por no acatar la orden de plegarse al golpe de Estado.