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"SE DESCOMPONE LA DICTADURA"

SEMANA dialoga en París con Carlos Altamirano, dirigente socialista chileno en el exilio, sobre la situación del gobierno de Augusto Pinochet

4 de julio de 1983

El 11 de mayo será una fecha de referencia en la historia de Chile.
Tal es el sentimiento expresado, en París, por numerosos líderes de la oposición al gobierno del general Pinochet. Primero, porque el pueblo demostró ampliamente y a pesar de la represión, "haber perdido el miedo a la dictadura" y, en segundo lugar, porque las manifestaciones probaron que, en general, las clases medias y una parte de la burguesía--quienes habían provocado la calda de Salvador Allende--han retirado su apoyo al régimen de Pinochet.
"La causa fundamental del enorme descrédito del dictador", dijo a SEMANA Carlos Altamirano, importante figura del Partido Socialista chileno, en el exilio, es la situación económica del país y no una acción política concertada por la oposición" .
El dirigente opositor, quien fuera secretario del PSCh de 1973 a 1980 cita, en efecto, tres cifras reveladoras, segun él, del balance catastrófico de diez años de dictadura militar:
· Chile es el país que, en 1982, tuvo la mayor caída del producto nacional percápita en el mundo: un 14% ."Ni la Argentina con la guerra de las Malvinas, ni el Salvador en guerra civil, desde hace algunos años, se encuentran en esa situación".
· Bajo Pinochet, Chile se ha convertido igualmente en el país más endeudado del mundo--medida percápita- pues con sólo once millones de habitantes debe cerca de 20.000 millones de dólares.
·Chile es, en fin, uno de los raros países del mundo en donde el desempleo afecta a un tercio de la población económicamente activa.
Estos resultados, equivalentes a "cinco derrotas de las Malvinas" no sólo muestran--afirmó nuestro interlocutor-el retroceso social, económico y político del país sino que implican, de hecho, su debilitamiento militar . "¿ Se imagina lo que le ocurriría a Chile si existiera un peligro externo?"
A pesar de todo, la oposición no ha logrado hasta ahora conformar un programa político de alternativa a la junta, dice Altamirano. Por razones evidentes. Con el golpe militar, la izquierda quedó "desarticulada y descabezada" pues buen número de los dirigentes políticos y sindicales pasaron a figurar en la lista de las 30.000 personas asesinadas por el régimen de Pinochet.
"Muchos sectores creyeron que el golpe no duraría y que la izquierda podría en dos años--o cinco para los más pesimistas--recomponer un amplio movimiento de oposición. Yo siempre pensé, confiesa el ex senador por Santiago, que la derrota de 1973 perduraría por largos años".
Esa actual ausencia de programa común también se explica por la crisis que sufrió el Partido Socialista Chileno, después del golpe, como consecuencia de las reflexiones en torno a la estrategia para poner fin a la dictadura de Pinochet. La ruptura propiciada por Clodomiro Almeida, otro importante miembro del PSCh, y ex ministro de Relaciones Exteriores de Allende, y Carlos Altamirano, se estableció en torno de tres primordiales, nos dijo este último.
La mayor proximidad o lejanía con respecto al Partido Comunista Chileno. Clodomiro Almeida, que vive actualmente en Alemania Oriental, optó por una alianza con el PC chileno--dirigido desde Moscú por Luis Corvalán--y con el Movimiento de Izquierda Revolucionario, MIR. "Nosotros, considerando que el PC chileno se inscribe dentro de la más estricta ortodoxia soviética, preferimos formar entonces una "convergencia socialista" que reagrupa al MAPUO obrero y Campesino a un amplio sector de la izquierda cristiana y a otros grupos independientes de la izquierda chilena".
COMO DEBE SER DERROCADA LA DICTADURA
El Partido Comunista y sus aliados --afirmó Carlos Altamirano--han optado por formas de lucha armada mientras que la "convergencia socialista" busca crear un gran movimiento político, "no militar", sino de masas, recalcó.
El frente que debe luchar por la restauración de la democracia debe ser amplio. El antiguo secretario general del PSCh, en ese sentido estima equivocada la estrategia del PC chileno y de sus aliados, pues, "al preconizar la lucha armada o formas de lucha armada restringen el frente político, en vez de ampliarlo". Los socialistas proponen, en cambio, una alianza con los sectores democráticos, con la democracia cristiana y con una parte de la burguesía chilena.
El dirigente socialista está seguro, en todo caso, de que gracias a los acontecimientos del 11 de mayo pasado, los factores políticos han reemplazado los factores económicos-causa principal del desprestigio del régimen de Pinochet-convirtiéndose en los elementos fundamentales de la situación chilena.
Esta convicción también se basa en la situación actual de América del Sur.
"Hace diez años, el gobierno democrático de la Unidad Popular constituía una excepción. Hoy ha sido restablecida la democracia en Bolivia, en Brasil, en Perú y en Argentina habrá pronto elecciones. Pinoshet es hoy la excepción. Yo creo, agrega Altamirano, que los vientos internacionales y la marea nacional van a acelerar la descomposición de las nuevas fuerzas que apoyan a la dictadura" .
Esta descomposición afectará-los socialistas parecen convencidos de ello-al mismo Ejército. ¿Cuentan acaso con una división de las fuerzas armadas? El responsable chileno prefiere responder limitándose a comprobar que "el apoyo del Ejército de tierra a Pinoshet es absoluto mientras que el de la Marina y la Aviación distan mucho de serlo. Nosotros sabemos subrayó, que hoyse producen diferencias de criterio importantes en el propio Ejército de tierra pero no han logrado expresarse en otra alternativa".
EL PAPEL DE WASHINGTON
Altamirano tampoco suministra una respuesta "clara y categórica" al siguiente interrogante: ¿En qué condiciones se puede reconciliar el pueblo chileno con su Ejército? "Todo va a ser mucho más difícil si la dictadura se prolonga, por una razón evidente: a medida que Pinochet recurra a la fuerza bruta, a la represión y a la tortura para mantenerse en el poder, la posibilidad de un arreglo de cuentas va a aumentar".
"Como es lógico, la confianza del pueblo chileno con sus Fuerzas Armadas ha sido profundamente quebrada.
Pero a mi juicio esa ruptura podría ser irreversible, explosiva si el Ejército, en su conjunto, sigue apoyando la política represiva de Pinochet".
"Todo dependerá, en definitiva, agrega Altamirano, de si Pinoshet logra conservar la unidad del Ejército y el apoyo de los Estados Unídos para mantener, contra la abrumadora mayoría de chilenos, la dictadura ".
Comentando la actitud de la actual administración norteamericana, Altamirano estigmatizó la conducta del Presidente Reagan por el apoyo dado recientemente a Pinochet. Afirmó que de cara a los bancos privados, el Estado norteamericano garantiza el reembolso de las deudas que el Estado chileno no puede pagar a tiempo.
El líder chileno cree, sin embargo, que para los Estados Unidos, cada día va a resultar más difícil sostener la dictadura pinochetista, "no porque Reagan cambie de opinión -precisó-sino porque hay dentro de la administración estadounidense un sector importante -sé lo que digo-que encuentra que la dictadura militar chilena es indefendible ante el mundo y porque el Presidente Reagan no podrá justificar ante el Congreso -que se opuso a la venta de armas a ChEle-que los derechos del hombre son cada día más respetados en ese país", concluyó el dirigente socialista.
José Hernández, Corresponsal -