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SI POR ACA LLUEVE...

La nueva mafia siciliana haría sentirse al "Padrino" como un venerable abuelo.

6 de marzo de 1989

La mafia siciliana está cada vez más nerviosa. Sólo falta que pongan bultos de arena delante de los portones y las ventanas para que Palermo, capital de la isla, parezca definitivamente en guerra. Garitas militares de frente a las casas de los jueces, barrios enteros donde no se puede estacionar por temor a las autobombas, automóviles blindados por todos lados, escoltas, jóvenes con la "metra" al hombro mientras dirigen el tráfico. Una guerra destinada a durar muchos años, es la que tiene casada el Estado italiano, con la más poderosa organización del país.

Pero el Estado en realidad raramente entra en contacto directo con la mafia, porque en Palermo la mafia, naturalmente, no se ve, se limita a ser "aire que anda". Y anda tanto que se infiltra por todas partes: instituciones, empresas, políticos, etc. De su paso quedan enormes barrios construidos en tiempo récord, la más alta concentración de sucursales bancarias del país y el más alto consumo de automóviles BMW.

Y es que a Palermo, que tiene una bajisima producción y el consumo nacional más alto, le está por llegar una lluvia de dineros, alrededor de 20 mil millones de dólares, destinados a un nuevo plan de construcción del gobierno. Entrar, pues, en los contratos públicos, ahora significa controlar por un lado, todo ese dinero, y por otro utilizar esos negocios limpios para colocar el otro dinero misterioso y oculto del tráfico de drogas, en particular heroína --controla el 5 por ciento de la heroina que se consume en Estados Unidos--, armas y secuestros. De ahi que la muerte violenta a finales de diciembre de Luigi Ranieri administrador delegado de Sageco uno de los mayores empresarios de la isla en el sector de construcción, asesinado con cinco tiros disparados con la clásica "lupara" (escopeta de cañon recortado) usada por la mafia, haya sido vista como una señal de un cierto nerviosismo de la mafia, que mata sólo cuando no ha podido controlar las cosas de otro modo más silencioso.

Se trata de un delito significativo, porque el empresario pertenecía a la nueva generación de constructores que se niegan a pactar con la mafia y que han conseguido limpiamente los últimos contratos adjudicados por la Alcaldía de Palermo. Y es también, según los comentarios que se hacen en la isla, un llamado de atención de la mafia al mitico alcalde Leoluca Orlando, que lucha desde hace casi cuatro años en primera fila contra los grupos mafiosos que desde hace 40 años han monopolizado (con la convivencia de políticos vendidos a su causa a cambio de votos), todos los contratos de obras públicas de Sicilia.
Una forma de advertencia para que se sepa que no está dispuesta a quedarse por fuera, en el reparto de la gran torta de miles de millones de liras.

Orlando, el alcalde democratacristiano más popular de Italia, ha sido el primer administrador de la ciudad que ha admitido que en Palermo existe un solo problema verdadero, y se llama "mafia". Una mafia de la cual en el pasado no se hablaba y que enriqueció uno de sus predecesores y copartidarios, Vito Ciancimino "don Vito", que consignaba en su cuenta particular en Suiza alrededor de 250 mil dólares mensuales, dineros provenientes únicamente de la corrupción bajo mesa (Sangenli, Por de Vin, Bribes) en los contratos públicos .

El juicio a don Vito--ex alcalde y ex jefe de la democracia cristiana de Sicilia--iniciado a mediados de enero, está develando 30 años de historia de la mafia y de sus relaciones con el mundo político. Símbolo del viejo poder, don Vito, considerado " socialmente peligroso" ya pagó 3 años de estadía obligatoria en un pueblo lejos de su tierra, Rotella, y después de pasar una dorada encarcelación a domicilio, vive ahora en un lujoso apartamento en Roma. Para la nueva mafia de la heroína y la cocaína (en menor medida)--que está acosada por el reforzamiento de los controles policiales y judiciales del alto comisario contra la mafia, Domenico Sica--es de vital importancia entrar en las empresas limpias y libres de toda sospecha, para a través de ellas poder seguir haciendo sus negocios sucios. Los detectives están investigando también grandes e insospechables empresas del norte de Italia, la parte más industrializada y rica del país, que luego trabajan en el sur en la construcción de vigas, carreteras, puentes, etc. Es la nueva estrategia de la Cosa Nostra para poder meter las manos en la gran "torta".

¿Qué es hoy en día la mafia? El juez Giuseppe Ayala, del pool de jueces que luchan contra la mafia encabezados por el prestigioso juez Giovanni Falcone, responde: "Es difícil decirlo, porque los datos con que trabajamos son viejos con respecto a la realidad del momento. Hoy la mafia es como una "lobby", criminal violenta pero autónoma. Tiene un control estrecho del territorio en el que actúa y Palermo es seguramente el lugar más importante, tiene un fuerte poder militar, tiene una empresa basada en el tráfico de estuperacientes; con respecto a la "vieja" mafia, es más violenta y arrogante. Y si en el pasado existía una suerte de "democracia mafiosa" basada en la federación de familias, hoy ese modelo ha sido sustituido por la "dictadura mafiosa". Y el enfrentamien o entre los clanes "perdedores" y aquellos "ganadores" no es más que una brutal represión por el dinero".

Y son justamente las cifras que confirman esa realidad: 298 muertos por motivos de mafia en Sicilia en 1988, casi un muerto al día. En las provincias de Sicilia occidental, como en Colombia, por sólo 200 dólares se puede mandar matar a alguien. Y la guerra entre las distintas familias mafiosas parece que no la han debilitado. Según un documento elaborado por el Parlamento a pedido del Presidente de la República, debido a la grave situación en Sicilia, "la mafia se ha adjudicado el control del pueblo, el territorio y el gobierno". Y para afrontar el problema de los "arrepentidos", personas que "cantaban" todo lo que sabían acerca de la mafia, dando nombres, jerarquías internas, etc.,la Cosa Nostra se ha dado una estructura vertical, donde sólo los "capos" se conocen y los demás no. Los nombres de Salvatore Riina y Bernardo Provenzano, los capos ganadores, hacen parte ya de la leyenda, pero nadie sabe cómo son sus rostros.
Para impedir la delación, la venta de estupefacientes en el territorio es delegada a la microcriminalidad. De esta manera es muy difícil identificar donde está la cabeza pensante. Y si el Estado encuentra sistemas para atacar la mafia, ella encuentra cómo superarlos. Si ahora se sabe cómo era la mafia de los años 70, todavía no se conoce como es la de los 80, mientras está naciendo la de los 90. -