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Sirios observan los cadáveres que aparecieron en un pequeño canal situado en un barrio de Alepo bajo control del Gobierno, en Siri | Foto: EFE / Thomas Rasslof

INTERNACIONAL

Siria: más de 100 cuerpos con tiros en la cabeza

Los cadáveres fueron encontrados en la en la orilla del río Quweiq, en la ciudad de Alepo.

29 de enero de 2013

La escena no puede ser más dantesca. Uno, dos, tres, diez, decenas de cuerpos tirados, manos amarradas, en la orilla del río Quweiq, en Bustan al Qaser, barrio situado en el suroeste de Alepo. Al lado y lado de la ribera, temerosos, acongojados los familiares y seres queridos se acercan para ver si entre esos cuerpos con orificios en la cabeza está alguien conocido.

Las imágenes causan consternación en el mundo. En la Casa Blanca, el presidente Barack Obama, ha sido informado de este horror que no cesa y del que no se vislumbra una pronta solución.

El diario El País de Madrid cuenta que miembros del Ejército Libre de Siria (ELS) y activistas de la oposición al régimen hallaron los cadáveres amontonados y que su número podría superar el centenar.

Según varios testimonios, presentan impactos de bala en la cabeza y las manos atadas a la espalda, signos de que podrían haber sido víctimas de una ejecución sumaria. Miembros del bando rebelde que combaten a las fuerzas de Bachar el Asad continúan recuperando cadáveres, por lo que la cifra de muertos podría ser muy elevada
“Hemos recuperado hasta el momento 68 cadáveres del río; pero aún quedan bastantes más en el fondo.

Posiblemente estemos hablando de más de un centenar de muertos”, le dijo al diario español el capitán del ELS Abu Sada. “Esta mañana, sobre las ocho, varios vecinos han acudido al cuartel que tenemos en Bustan Al Qaser para informar de que había varios cuerpos flotando en el río; cuando hemos comenzado a sacarlos nos hemos encontrado con más de medio centenar”.

Los cuerpos, cubiertos de barro y lodo, se van amontonando en la orilla del riachuelo. Todos presentan un solo orificio de entrada. En la nuca. “Han sido ejecutados en la zona del régimen y lanzados al río; es posible que lleven varios días muertos porque la corriente no es muy fuerte y han tardado en llegar hasta aquí”, le aseguró al rotativo Abu Anas, un soldado rebelde. Los han ido apilando en diferentes grupos a medida en que los iban encontrados.

“No es la primera vez que el régimen ejecuta a civiles y deja sus cuerpos en mitad de un vertedero o en la calle para que nosotros los recojamos; pero desde luego es la primera vez que hemos recogido tantos cadáveres al mismo tiempo”, agregó.

Antonio Pampliega, el corresponsal de El País en Alepo, narró que entre las víctimas hay niños, ancianos, adultos, adolescentes, pero entre los 68 cuerpos ni un solo uniforme militar. Ni una guerrera. “Son todos civiles”, le contó otro soldado. “Cuando los civiles cruzan los puestos de control que separa la zona bajo su control del nuestro, los shabiha (matones del régimen) les detienen por el mero hecho de vivir en esta parte de la ciudad”, le explicó al periodista Mohammad, otro rebelde. “Los que tienen suerte, son torturados, los que no, acaban con un tiro en la nuca y en medio de un basurero para que se lo coman los perros”.

La información dice que centenares de personas comienzan a congregarse a orillas del rio Quweiq en busca de sus seres queridos; muchos de ellos tienen padres, hermanos o hijos detenidos en las cárceles del régimen y hace meses que no tienen noticias de ellos.

“Mi hermano desapareció hace semanas cuando cruzó a la zona del régimen y no sabemos dónde está ni que ha sido de él, me he acercado a buscarlo; es posible que esté aquí”, comenta Mohammad Abdel Assis mirando uno por uno los cadáveres cubiertos de barro y lodo. “Si no aparece hoy, aparecerá la próxima vez. Hace tiempo que perdimos la esperanza de volver a verlo con vida; y más cuando todos los días ocurren estas cosas”, se lamentó el joven.