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STOP A CONTADORA

Maltrecha pero no vencida, la iniciativa diplomática continuará sus gestiones

18 de marzo de 1985

Los vicecancilleres de Contadora no cancelaron la reunión plenipotenciaria prevista para el 14 y 15 de este mes sino hasta cuando constataron que los gobiernos de Costa Rica, Honduras y El Salvador faltarían a esa cita en Panamá porque el incidente Urbina Lara continuaba vivo. Sin embargo, no es mucho decir que todo aquel que ha seguido el caso sabía de antemano que dicha reunión estaba condenada al fracaso. Las dos partes concernidas en el asunto Urbina Lara (el estudiante nicaraguense que en hechos aún no aclarados suficientemente fue capturado por la policía sandinista el 24 de diciembre pasado en Managua, a pesar de que se hallaba asilado en la embajada costarricense),habían hecho en realidad pocos esfuerzos por acortar sus diferencias antes de la cita. Nicaragua, el 13 de febrero hizo por el contrario, indicaciones de que no cedería un ápice al enviarle al canciller costarricense Carlos José Gutiérrez, una nota en la que acusa al gobierno tico de estar violando "las normas y principios del derecho de asilo y otras obligaciones fundamentales del derecho internacional" por permitir que su territorio sea usado por grupos armados antisandinistas. Gutiérrez respondió reiterando su ultimátum: o Urbina Lara es puesto en libertad por el gobierno sandinista antes de la cita, o no vamos a Panamá.
Lo curioso es que al no ir a Panamá, Costa Rica y sus aliados, estaban impidiendo que el Grupo intentara siquiera solucionar el incidente Urbina Lara, tarea que ellos mismos habían impuesto al Grupo a fin de año. Un editorial del diario derechista costarricense La Nación, del 25 de enero mostraba la forma como ven los círculos dominantes de ese país las gestiones de Contadora: "¿ Qué haremos? ¿Someter como parece el caso Urbina Lara al tortuoso Grupo de Contadora que bajo la influencia decisiva de México procura siempre salvaguardar los intereses del régimen de Managua, o bien aceptar su mediación pero en forma bilateral entre los dos países y al margen, como caso aparte, de las negociaciones globables para América Central?". El airado editorial terminaba inclinándose por la segunda salida. Sin embargo, San José tampoco le ha permitido a Contadora hacer la "mediación bilateral". Costa Rica busca en verdad otra cosa: poner en conocimiento de la Corte Internacional de Justicia de La Haya el caso Urbina Lara, como lo insinuó el canciller Gutiérrez el 24 de enero pasado, poco después de haberse reunido con Robert McFarlane, asesor de Seguridad Nacional de la administración Reagan. Esa solución equivale,eso sí, a prolongar en el tiempo el arreglo del nuevo diferendo.
De todas formas, cuando la cancelación de la reunión plenipotenciaria fue un hecho, las recriminaciones mutuas estallaron. Víctor Hugo Tinoco, vicecanciller nicaraguense, acusó a Estados Unidos de estar detrás del boicot de Costa Rica a Contadora y Bernard Kalb, vocero del Departamento de Estado culpó a Managua de estar utilizando el caso Urbina Lara para "bloquear nuevas deliberaciones" en Contadora. Las frases razonables las puso el canciller colombiano Augusto Ramírez Ocampo, quien afirmó desde Bogotá que una "tarea apostólica" como ésa no puede fracasar, a pesar de los obstáculos que afronta.
Claro que desenmadejar ese ovillo exije más que buenos deseos. El incidente Urbina Lara surgió en el contexto de la suspensión por parte de Washington del diálogo de Manzanillo con Nicaragua y de la negativa de Estados Unidos a aceptar la jurisdicción de la Corte Internacional de Justicia ante las denuncias nicaraguenses sobre colocación de minas en sus aguas territoriales. La renuncia a Manzanillo, así como el entrabamiento de Contadora, significan que las posibilidades de llegar a una paz negociada en Centroamérica se alejan, reforzándose la opción militar contra el proceso nicaraguense. George Shultz el 14 de febrero repetía que "Estamos dispuestos a ayudar en el proceso de Contadora". El podría hacer mucho aconsejando a sus aliados en San José no sobredimensionar el caso Urbina Lara para avanzar en la discusión de fondo que plantea Contadora sobre Centroamérica, antes de que "pase cualquier cosa", en la región, como temia en estos días un anónimo vocero de la ONU.