Home

Mundo

Artículo

El 99,5 por ciento de los electores del sur de Sudán votó a favor de la secesión, un porcentaje que no incluye a votantes originarios de la región autónoma residentes en el norte de Sudán, ni en ocho países extranjeros. | Foto: EFE

MUNDO

Sudán del Sur: el reto de construir una nueva nación

Luego de años de guerra y penurias, sus habitantes tienen ahora la oportunidad de regocijarse con la confirmación de que la región se convertirá en julio próximo en un Estado independiente.

Alianza BBC
7 de febrero de 2011

Luego de años de guerra y penurias, los habitantes de Sudán del Sur tienen ahora la oportunidad de regocijarse con la confirmación este lunes de que la región se convertirá en julio próximo en un Estado independiente y, por ende, en la nación más joven de África y del mundo.
 
Sin embargo, aunque rico en petróleo, el nuevo país se enfrenta a enormes desafíos, en particular el subdesarrollo y las tensiones étnicas entre la diversidad de su población. Pero la determinación de los sureños de autogobernarse no pudo ser más clara.
 
En el reciente referendo, cuyos resultados finales fueron publicados este lunes, cerca del 99 por ciento votó a favor de la independencia.
 
Muchos sudaneses -como explica desde Jartum el corresponsal de la BBC James Copnall- rastrean los problemas a la época del colonialismo británico, cuando las dos regiones eran gobernadas por separado, pero mantenidas como una sola nación.
 
Copnall dice que muchos sudaneses del sur consideran este "matrimonio a la fuerza" como "una catástrofe".
 
Norte/Sur

Desde la independencia de Sudán en 1956, el sur se ha sentido excluido y ha sufrido dos guerras civiles, en las que un estimado de más de dos millones de personas han muerto.
 
El nuevo Estado nace de un parto difícil pero con una identidad marcada: la división es visible incluso desde el espacio.
 
Imágenes satelitales del país más grande de África muestran la aridez del norte, sólo aliviada por el fértil corredor del río Nilo, en contraste con los verdes de pastizales, pantanos y bosques tropicales en el sur.
 
Y más allá de la división geográfica está la separación cultural entre un norte más rico, musulmán de habla árabe, y un sur más pobre, cristiano y animista, devastado por años de conflicto y abandono.

Sólo el principio
 
La creación de Sudán del Sur es resultado el Acuerdo General de Paz de 2005 que puso fin a dos décadas de guerra civil.
 
Pero, como indica el corresponsal James Copnall, el anuncio de los resultados del referendo no es el final del camino.
 
De hecho, al menos medio centenar de personas murieron en Sudán del Sur este fin de semana después de tres días de lucha interna dentro del ejército nacional.
 
La violencia comenzó cerca de la ciudad fronteriza de Malakal, en el estado de Alto Nilo el jueves y se extendió a otros tres lugares, después de que soldados del sur se negaran a ser desarmados y trasladados hacia el norte en medio de una disputa sobre cuál ejército conservará la propiedad de los equipos militares.

El petróleo
 
Cuando asuma la presidencia de Sudán del Sur, el exlíder rebelde Salva Kiir tendrá que hacer gala de una amplia capacidad de negociación.
 
Aún quedan sobre la mesa de conversaciones entre Jartum y Juba, la capital del sur, temas como la ciudadanía del estimado de millón y medio de sureños residentes en el norte y, especialmente, el estatus de la región petrolífera de Abyei.
 
Sudán es el tercer mayor productor de petróleo de África subsahariana y más del 80% de las reservas de crudo conocidas del país se encuentran en el sur.
 
Los optimistas apuestan a que a ambas partes de Sudán les interesa el entendimiento porque, como todos los oleoductos recorren el norte, ambas partes se beneficiarían de lograr un acuerdo pragmático.
 
Así, como señala el periodista de la BBC Peter Martel, el petróleo -que fuera una fuerza motriz para la guerra en el pasado- podrá ser ahora el motor para la paz.

Por lo pronto, como manifiesta el periodista James Copnall la emoción dominante en el sur es, sin dudas, un enorme regocijo.