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SUIZA

Herida mortal

La grieta que se abrió esta semana entre Suiza y la Unión Europea es cada vez más honda.

15 de febrero de 2014

La grieta que se abrió esta semana entre Suiza y la Unión Europea es cada vez más honda. Luego de que el 50,3 por ciento de los ciudadanos de ese país decidió imponer cuotas de entrada a sus vecinos europeos, la comunidad política reaccionó y tildó de afrenta la medida que acabaría con el estrecho vínculo entre ambos territorios. Y es que acabar con la libre circulación de personas implica además la pérdida de otros derechos, entre ellos la relación comercial con Suiza. “No podemos aceptar esas restricciones en los movimientos sin que tengan impacto en el resto de acuerdos que tenemos firmados” dijo el portavoz de la Unión Europea. El malestar contra el llamado ‘referéndum de inmigración de masas’ no se ha hecho esperar. El ministro de Relaciones Exteriores alemán, Frank–Walter Steinmeier afirmó que “Si Suiza se aprovecha de  estos beneficios, también tiene que aceptar los aspectos negativos.” Lo mismo opinó el ministro francés Laurent Fabius cuando dijo que se trata de “un voto preocupante y paradójico”.  Habrá que esperar a que la voluntad popular se exprese en una ley, pero el impacto político es desde ya evidente.