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Romney está liderando, pero todavía está lejos de alcanzar los 1.144 delegados necesarios para hacerse a la nominación. Por ello, todavía nada está decidido. | Foto: AP

ESTADOS UNIDOS

Supermartes: ¿qué se juegan los republicanos?

Con las elecciones primarias en diez estados del próximo 6 de marzo, Estados Unidos va a determinar quién vive y quién muere en la contienda por la candidatura del Partido Republicano.

Natalia Marriaga Martínez
3 de marzo de 2012

El Súper Martes es para los políticos en Estados Unidos un poco como el Súper Tazón. En los más de seis meses que duran las primarias, ese día se juegan su futuro los precandidatos que buscan representar a su partido en las elecciones presidenciales.
 
El próximo 6 de marzo Mitt Romney, Newt Gingrich, Rick Santorum y Ron Paul se enfrentarán en diez estados (Alaska, Georgia, Idaho, Massachussets, Dakota del Norte, Ohio, Oklahoma, Tennessee, Vermont y Virginia) donde podrían ganar un tercio de los delegados necesarios para asegurar la nominación del Partido Republicano.

Aunque parece mucho menos impresionante que el 'Giga Martes' de hace cuatro años cuando 24 estados votaron y estaban en juego 965 delegados para los republicanos y 1.681 para los demócratas, el próximo martes sigue siendo determinante, pues millones de personas van a ir a las urnas. Además entre los estados participantes, hay pesos pesados elecoralmente ahblando como Ohio y Georgia.

Pero en el Súper Martes no sólo se juegan votos y delegados. Su verdadera relevancia radica en que se ha convertido en un hito generador de tendencias capaz de definir el rumbo de unas elecciones. Desde 1992 el ganador del Súper Martes siempre se ha hecho acreedor a la nominación de su partido, y su triunfo ese día prácticamente asegura el resto de las primarias en su favor.
 
Por lo tanto, no es un día cualquiera, sino el día en que los candidatos batallan a muerte por la supervivencia de sus campañas. Y por eso, en las últimas semanas la presión sobre las campañas ha aumentado y la forma de hacer política ha cambiado sustancialmente.
 
Ya no se trata de hacer una campaña de proximidad, con los vecinos, enfocada en los problemas de un estado en particular. Ahora, tienen que hablarle a todo el país: desde a los liberales de Massachusets hasta a los cristianos de Tennessee, a los campesinos de Wyoming como a los citadinos de Atlanta, Gerorgia. La política ya no es al detal, sino al por mayor. Ahora, aunque traten de concentrarse en un par de estados clave, los republicanos dependen mucho más de los grandes medios y tienen que gastar millones de dólares en publicidad.

Mitt Romney, que estaba en dificultad por la inesperada popularidad del ultraconservador Rick Santorum, descansó con victorias en Arizona, Michigan y Wyoming. Las encuestas indican que podría ganar en Massachusets, donde fue gobernador, Vermont y Virginia. Con 150 delegados se perfila como el favorito, y si arrasa el 6 de marzo, siguiendo la tradición, competirá contra el presidente Barack Obama en noviembre

Sin embargo, este año ha habido muchísimas sorpresas. Cada semana hay campañas que renacen de las cenizas; candidatos que parecían ser obvios ganadores terminan perdiendo desastrosamente. De modo que cualquier predicción es prematura.
 
Mark McKinnon, analista y asesor republicano de las campañas de George W. Bush en 2004 y John McCain en 2008, explicó a SEMANA que "aunque Romney está liderando, todavía está lejos de alcanzar los 1.144 delegados necesarios para hacerse a la nominación. Ni siquiera ganando todo en el Súper Martes le sería suficiente. Parece el inevitable ganador, pero eso puede cambiar."

La candidatura de Rick Santorum atraviesa su mejor momento. Puede que aún haya una gran distancia separándolo del puntero, pero ha ganado mucho protagonismo. Esto le ha traído generosas donaciones a su campaña que se ha vuelto mucho más sofisticada. Teniendo en cuenta sus propuestas de derecha, es probable que gane en Oklahoma y Tennessee, estados rurales y conservadores.

Sin embargo, Ohio, con más de 11 millones de habitantes grandes centros industriales y 66 delegados, va a ser el punto de quiebre del Súper Martes. Además, ningún candidato republicano ha ganado la nominación sin ganar en ese estado. Como indicó McKinnon: "Hay que centrar la atención en Ohio. Si su retórica pro clase obrera tiene eco y termina ganando ese estado, seguirá suponiendo una fuerte amenaza para Romney". Por ahora las encuestas ponen a Rick Santorum a la cabeza, pero Romney lo sigue muy de cerca.

Newt Gingrich y Ron Paul se han quedado atrás en la contienda y el Súper Martes podría ser el fin de sus campañas. Aunque es probable que Gingrich gane en Georgia, el estado del que fue representante durante 20 años, no parece ser suficiente para revivir. Por su parte, con solo 18 delegados acumulados, las posibilidades de que Paul gane la nominación son prácticamente nulas. Aún así, sigue concentrado en promover su posición libertaria y plantea una figura de oposición dentro del mismo partido en temas tan trascendentales como política internacional y manejo de las Fuerzas Militares.

Todos especulan, pero las predicciones en torno al Súper Martes suelen estar desfasadas. Así, en una contienda tan caprichosa como esta, lo único seguro es que mientras no se revele el ganador del 6 de marzo, la contienda republicana seguirá siendo 'súper incierta'.