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Con el característico gesto de su número de campaña, Tsai Ing-wen sonríe victoriosa. | Foto: A.F.P.

ELECCIONES

La mujer que manda en Taiwán

La victoria de una presidenta más proclive a la independencia de China que su antecesor añade un nuevo factor de tensión a un área ya convulsionada de Asia.

23 de enero de 2016

La semana pasada, los taiwaneses hicieron historia al elegir por primera vez a una mujer para que ocupe la Presidencia. Pero la victoria de Tsai Ing-wen no solo es un hito de género, sino que significa una nueva orientación del gobierno de Taipéi frente al máximo tema de su nacionalidad: la posibilidad de independizarse de China.

Pero parece que la nueva cabeza del Estado va a mantener una aproximación prudente. Como dijo a SEMANA Chia-hung Tsai, director del Centro de Estudios Electorales de la Universidad Chengchi en Taipei, “su prioridad será el desarrollo económico antes que caminar hacia la independencia”.

El  resultado electoral mostró la insatisfacción generalizada por el acercamiento político y económico hacia China del expresidente Ma Ying-jeou, del partido Kuomintang, quien firmó con ella diez acuerdos de libre comercio y dejó al país al borde de la recesión. “Tsai ganó las elecciones por el débil rendimiento de la economía en los últimos años”, explicó a SEMANA Dwight Perkins, director del Centro de Estudios Asiáticos de la Universidad de Harvard.

La tensión entre Beijing y Taipéi existe desde 1949, cuando el generalísimo Chiang Kai-sheck, derrotado por el comunista Mao Zedong, se refugió en la isla con todo su aparato estatal y reclamó desde allí la legitimidad de su gobierno sobre toda China. Con el pasar de los años, la comunidad internacional le quitó su reconocimiento a Taiwán y entabló relaciones con la República Popular, hasta el punto de que solo lo reconoce un puñado de países. Sin embargo, hoy los taiwaneses tienen un fuerte sentimiento de identidad y quieren mantenerse autónomos. La cuestión está en que el gobierno chino creó en 2005 una ley ‘antisecesión’ hecha a la medida de la isla, para blindarse de su separación.

Para la tranquilidad de Beijing, Tsai Ing-wen, llamada la Angela Merkel de Asia, prometió respetar el statu quo: ni independencia ni reunificación. Como dijo a SEMANA Xulio Ríos, autor del libro Taiwán, el problema de China y director del Observatorio de la Política China, “la eventual independencia provocaría una crisis de grandes proporciones, con la potencialidad suficiente para iniciar una nueva era en la región y en el mundo. Pero esa opción no está en la agenda”. n