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TAMBALEA EL GOBIERNO

Avanza huelga obrera contra medidas de austeridad

24 de octubre de 1983

Desde el 15 de septiembre se da en Bélgica el más importante movimiento social desde el invierno de 1960. Iniciada por los ferroviarios de la ciudad de Chaleroi, la huelga obrera se extendió a las regiones de Valona y de Flandes, paralizando puertos, transportes, correos, aeropuertos, escuelas y personal carcelario--lo que aprovecharon una treintena de prisioneros para evadirse--.
Tal movimiento ha obligado a otras empresas del sector privado a reducir o parar su actividad.
Buena parte de los 84.000 funcionarios se oponen asi a las medidas gubernamentales previstas en el presupuesto de 1984, destinadas a economizar ocho mil trescientos millones de francos belgas. Entre ellas se encuentran la reducción del 1.9% de su poder adquisitivo, el bloqueo del aumento automático de salarios, que se efectúa cada dos años, y la disminución de ciertas primas especiales. Para justificar esta política, el gobierno aduce que en períodos de crisis, los funcionarios, quienes gozan de la seguridad del empleo, deben hacer algunos sacrificios .
La huelga pone en jaque la política de recuperación financiera del gobierno cristiano-liberal de Wilfried Martens impuesta desde hace una veintena de meses. Observadores locales no dudan en afirmar que tal gobierno caerá si el pujante sindicato cristiano CSC con 1.3 millones de miembros, el cal apoya a los huelguistas y que busca en Lieja y Chaleroi extender la lucha al sector privado, toma la decisión de cesar el trabajo a nivel nacional. Por otra parte, el sindicato socialista FGTB (un millón 130 mil miembros) ha exigido que el presupuesto de 1984 sea establecido sobre otras bases.
Yendo más lejos, el Partido Socialista ha reclamado una reunión urgente del parlamento y pedido la caída del actual gobierno. Su presidente, Guy Spitaels, ya previno que cualquier otra coalición se vería obligada a tomar medidas penosas que afectarían a todos los trabajadores.
El gobierno, sorprendido por la amplitud de la huelga, ha hecho algunas concesiones: el aumento bianual de salarios sería mantenido y las primas no disminuirán, cambiando, eso sí, las fechas de pago. Según esto, los funcionarios deberían ser cancelados al fin de cada mes y no al comienzo, con lo que el gobierno se economizaría un mes de salario, pues diciembre del 83 sería pagado dentro del presupuesto del 84. Para amortiguar esta falta de pago las familias recibirían las primas y una compensación para los salarios inferiores a 50.000 francos (b).-