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JAPÓN

Tiemblan las finanzas mundiales

El terremoto y el 'tsunami' que sacudieron a Japón han puesto a temblar al mundo por las graves consecuencias que podrían tener en la recuperación de la economía global. Los efectos dependerán de la capacidad que tenga la tercera potencia del planeta de sobreponerse rápidamente.

19 de marzo de 2011

El temple y la serenidad que han mostrado los japoneses para encarar su peor tragedia desde la Segunda Guerra Mundial contrastaban la semana pasada con el temor de los inversionistas en las bolsas de Tokio, Asia y el resto del planeta. Muchos salieron apresurados a vender sus títulos, asustados por las consecuencias del sismo y la inminencia de una catástrofe nuclear.

Los grandes mercados accionarios del mundo tuvieron una semana de caídas generalizadas. El índice Nikkei, de la Bolsa de Tokio, terminó cayendo más de un 10 por ciento, mientras que los mercados europeos y de Estados Unidos recuperaron un poco de lo que habían retrocedido con el primer impacto de la tragedia.

Pero las bolsas solo estaban recogiendo los temores que hay en el mundo por los efectos que dejará la tragedia que vive Japón sobre la economía global y específicamente en la recuperación que venía dándose. Que la tercera potencia del planeta pudiera sufrir una catástrofe de esta magnitud no estaba en la mente de ninguno de los analistas que pronosticaron el futuro a comienzos de año.

El pánico se apoderó de todos. Y hay razones de peso para que estén así. Japón es un importador neto de commodities energéticos. Es el cuarto consumidor más importante de energía eléctrica a nivel mundial, el tercero en crudo y el sexto de gas natural. Es también el importador y consumidor más grande de trigo y uno de los mayores de cebada, soya y avena. Seis de las diez compañías automotrices más importantes del planeta son japonesas y el país consume importantes cantidades de materias primas. Las principales productoras de motos y productos electrónicos se encuentran allí. Es el cuarto mayor exportador del mundo y representa el 14 por ciento de los envíos de productos automovilísticos y el 60 por ciento del silicio que se utiliza para fabricar chips.

Una caída en la demanda de ese importante mercado es para dejar con los pelos de punta al resto de economías que tienen comercio con ese archipiélago. Según el diario The Wall Street Journal, los materiales y equipos fabricados en Japón desempeñan un papel central en muchas de las industrias de peso en medio mundo, desde los autos en Tailandia hasta los semiconductores en Filipinas.

Las interrupciones que se han presentado en la producción de las empresas niponas por los cortes de energía y las medidas de emergencia que adoptaron las autoridades generaron dudas en el suministro de muchos materiales. Ya los precios de los componentes para algunas computadoras han subido hasta un 10 por ciento.

Hasta algunos de los fabricantes del nuevo iPad2 se han visto afectados, dice el diario económico español Expansión, tras informar que la compañía de la manzana anunció el retraso del lanzamiento de su tableta en el país asiático, que tenía previsto salir a la venta este viernes. Además, Japón aporta el 5 por ciento de los ingresos de Apple, y si hubiera problemas con el suministro de componentes, se teme que se podrían ver afectados los resultados de la compañía de Steve Jobs.

Justo cuando la economía mundial comenzaba a ver la luz al final del túnel, ocurre esta catástrofe. ¿Pero tiene la potencialidad de llevar a una recesión a la economía mundial? Esa es la gran pregunta que se hacen los analistas, pero no hay claridad en la respuesta. Todo dependerá de la rapidez con que se recupere Japón. Para el exministro colombiano José Antonio Ocampo, actualmente profesor de la Universidad de Columbia, el efecto sobre la economía mundial no será fuerte. "Obviamente, Japón va a estar afectado en el corto plazo, en forma negativa, básicamente por el suministro de energía, pero en la medida en que ese problema se supere, la situación se normalizará, e incluso curiosamente los desastres generan unas actividades de inversión que son positivas para la economía".

La analista internacional de InterBolsa Po Jeng Ng Shum considera que la reconstrucción impulsará el PIB, pero mientras tanto los precios de los commodities se verán afectados a corto plazo. Considera que la tragedia nipona probablemente ocasionará que otras economías emergentes de Europa y Asia encuentren una oportunidad para tener una menor dependencia de la alta tecnología japonesa.

Otra preocupación que tienen los analistas es que en el proceso de reconstrucción Japón demandará muchísimo dinero y probablemente tendrá que repatriar muchos de los recursos que tiene en el exterior. Según el Fondo Monetario Internacional, los japoneses, que tienen una gran cultura del ahorro, invirtieron el año pasado en otros países algo más de 160.000 millones de dólares. Japón tiene el 9 por ciento de los bonos del Tesoro de Estados Unidos. Si los nipones tienen que repatriar sus recursos en el exterior para la reconstrucción, algunos temen que genere problemas en los mercados financieros.

Aunque el ministro japonés de Política Fiscal y Económica, Kaoru Yosano, ha enviado mensajes de calma sobre la fortaleza de la economía japonesa, no es fácil convencer al mundo de que la situación está controlada. "Lo que se está observando es que la situación puede empeorar, porque ahora la crisis está más ligada a la emergencia nuclear", dice Juan Carlos Mondragón, director de la Cámara Colombia Japonesa y un experto en economía asiática.

El grupo financiero japonés Nomura dice que el terremoto tendrá importantes consecuencias para la recuperación económica del país, que podría retrasarse casi un año respecto a las últimas previsiones de sus analistas.

Citados por la agencia EFE, los economistas del banco japonés recuerdan que esta catástrofe es incluso más importante en magnitud que el terremoto de Kobe (1995) y afirman que sobre esa base calculan la recuperación económica, que podría llegar entre octubre y diciembre de este año, y no en marzo, como esperaban. La agencia noticiosa agrega que en un reciente informe los analistas nipones explican que la zona afectada por el desastre de Kobe en 1995 es aproximadamente la misma de ahora en Sendai. Sin embargo, el impacto económico es mayor a corto plazo por la red de carreteras a la que afecta y porque en esta área hay un gran número de empresas relacionadas con la tecnología, así como centrales eléctricas y plantas de energía.

Para Ocampo, el verdadero impacto de largo plazo de esta tragedia estará en lo que suceda con la energía nuclear como opción deseable de generación de energía. "Creo que el resurgimiento del interés en la energía nuclear puede haber recibido un golpe mortal".

Y la realidad comienza a confirmarlo. Según The Wall Street Journal, tras el sismo de hace una semana, las acciones de empresas de energía solar han experimentado un fuerte repunte. Todo indica que este terremoto no solo cambiará las cosas en Japón, sino que también traerá transformaciones en la economía a nivel global.

Habrá que confiar en la serenidad de los japoneses y en la confianza que tienen en que lograrán levantarse como tantas otras veces lo han hecho.