Tira y afloje

Tras semanas de provocaciones, la decisión de la Unión Europea de imponer un embargo a las exportaciones petroleras de Irán hasta que no suspenda su programa nuclear causó revuelo. El presidente estadounidense, Barack Obama, elogió la medida diciendo que era una muestra de unidad internacional contra la amenaza de que el gobierno de Mahmoud Ahmadinejad produzca bombas atómicas. Australia también se sumó a la iniciativa e impuso su propio paquete de sanciones. Si bien la medida ha sido bienvenida en Occidente, Irán, que exporta el 20 por ciento de su petróleo a la Unión Europea e insiste en que el programa nuclear tiene fines pacíficos, dijo que el embargo era injusto y estaba destinado al fracaso. Ni China, el principal comprador de petróleo iraní, ni Rusia, están de acuerdo con las sanciones y el FMI advirtió que pueden llevar a un aumento del 30 por ciento del precio del barril. Por lo pronto, Irán no ha cerrado el estrecho de Ormuz, como amenazó la semana pasada.