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Todos ganan

Las elecciones de Cuba sólo tienen triunfadores. Pero la gran perdedora podría ser la paz del país.

29 de marzo de 1993

CUANDO SE TRATA DE ELECciones como la de Cuba la semana pasada, todo el mundo gana. Los habitantes de la mayor de las Antillas se volcaron a las urnas para elegir 589 diputados al Parlamento Nacional y 1.190 miembros de 14 asambleas provinciales, en ambos casos de igual número de candidatos. Como era de esperarse, todos ganaron su carrera de un solo caballo. Y el resultado da para todas las interpretaciones posibles.
Para el sector "duro" de los cubanos de la Florida, quienes lanzaron una ofensiva radiofónica a favor de la abstención, los comicios fueron un triunfo de la oposición. Que se abstuviera el 15 por ciento de los votantes, en un país en el que la disidencia es vista como una traición, fue interpretado en Miami como una señal inequívoca de que el régimen ha perdido apoyo popular.
Para el presidente Fidel Castro, por el contrario, el resultado indicó que el pueblo sigue respaldando su gobierno. Una votación tan masiva a pesar de la ausencia de campañas " politiqueras ", indica para él que el respaldo popular a la Revolución se mantiene incólume.
Pero el verdadero perdedor de las elecciones de la semana pasada es la paz futura de Cuba, porque la actitud del presidente evidenció que si alguna vez tuvo dudas, ya no es cuestionable para él la voluntad del pueblo cubano. Si no lo quisieron sacar es porque no les interesa, y Castro seguirá en el poder, aunque diga lo contrario.
Esa seguridad renovada, cierta o no, cierra las últimas posibilidades de un cambio de régimen mediante una transición sin traumas.