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Paul Romer es el ideólogo tras el modelo de las ciudades modelo. | Foto: Cortesía La Prensa de Honduras

ENTREVISTA

Tras la utopía de las ciudades modelo

Las llamadas regiones especiales de desarrollo (RED) de Honduras tienen al mundo en vilo. Mientras cientos de países enfrentan una terrible crisis económica, éstas surgen como la posibilidad de un mundo perfecto. ¿Será posible?

Daniella Mendoza
9 de octubre de 2012

Todo el mundo quiere vivir en un país con mejores posibilidades de progreso, mayor desarrollo y menos pobreza. En toda nuestra historia los distintos modelos económicos y políticos parecen haber fracasado. Pero no se agotan las esperanzas, hay quienes todavía creen en la utopía, no de un país perfecto, pero sí de una ciudad quimérica.

La idea de una ciudad modelo en donde en lugar de pobreza haya emprendimiento e industria se viene desarrollando desde hace años, pero hasta ahora ningún país se había decidido a convertirse en territorio experimental. Honduras dio el primer paso: ya aprobó la legislación necesaria para comenzar a desarrollar, en menos de un mes, estos primeros modelos de ciudad.

La idea parte de la premisa de que la mayoría de países tienen leyes que no brindan a sus habitantes las posibilidades que estos necesitan para prosperar. Como es tan difícil cambiar el sistema legislativo de una nación, las ciudades modelo presentan una solución: un territorio, más pequeño y manejable que un país, en donde las reglas se construyen desde cero y con un mismo norte: brindar mejores condiciones de vida a sus ciudadanos.

Paul Romer es conocido como el Gurú de las charter cities (ciudades modelo). El concepto que ha desarrollado se basa inicialmente en expandir la idea de zonas económicas especiales o zonas francas.

Las reglas básicas de una ciudad modelo, independientes de las que rigen el país en que ellas se encuentran, deben apoyar una economía de mercado moderna que permita una división de riquezas equitativa. Romer habló con Semana.com  sobre las dudas que surgen de su revolucionario proyecto:

Semana.com:
¿Las ciudades modelos están pensadas como “pilotos” que, de ser exitosos, puedan ser aplicados a un país completo?

Paul Romer: Una ciudad modelo es una especie de inicio, un gobierno de arranque para una nueva región. Le permite a un gobierno realizar reformas en un terreno no urbanizado y le permite hacerlo a mayor velocidad de lo que es posible a escala nacional. Si las reformas de la ciudad modelo son exitosas podrían aumentar la disposición del resto del país de adoptar reformas similares.
 
Semana.com: Si alguien se muda a una ciudad modelo, ¿se convierte en un ciudadano de esa urbe? ¿qué sucede con su nacionalidad?

P.R: Se convertiría en un residente permanente de la ciudad modelo y retendría la ciudadanía de su país de origen.
 
Semana.com: ¿Cuáles reglas, exactamente, regirían en estas ciudades modelo? ¿Serán reglas específicas para todas las ciudades modelo o cada una hará su propio juego de reglas a seguir?

P.R: El tipo de reglas que atraen muchos residentes son hacia las que las personas migrarán. Son el tipo de reglas que proporcionan oportunidades y seguridad a las personas. Son también el tipo de reglas que impiden un desarrollo social negativo, producto de la ausencia de buenos gobiernos, como son la polución del aire y el agua, la congestión de las calles y el uso de violencia.
 
Semana.com: Es bien sabido que, al menos en América Latina, las iniciativas privadas normalmente funcionan mejor que los proyectos desarrollados por el Estado. Pero la inversión privada también es susceptible a la corrupción. En el tema de seguridad, por ejemplo, ¿Cómo puede una ciudad modelo garantizar la transparencia de sus fuerzas policiales?

P.R: Quiero ser claro: nosotros no defendemos nuevas ciudades dirigidas por compañías privadas. No se conoce ninguna entidad privada (sea con o sin fines de lucro) a la que se le confíe el control de la fuerza policial y la habilidad de encarcelar a las personas.
 
Nunca me mudaría a un lugar donde una compañía bajo la responsabilidad de alguien tenga este tipo de poderes. Nunca apoyaría un tipo de gobierno bajo el cual no viviría.
Hay muchas estrategias que un nuevo gobierno puede utilizar para asegurarse que su policía siga la ley de manera transparente. Un ejemplo sería contratar servicios de otros gobiernos alrededor del mundo. Por ejemplo, una ciudad modelo podría contratar a una agencia de policía exitosa y respetada como la Royal Canadian Mounted Police y pedirle que sea la organización que contrata los oficiales de una nueva fuerza policial.

Una ciudad modelo podría también hacer un acuerdo según el cual los casos judiciales de la ciudad pueden apelarse en una corte de un país extranjero con una gran reputación por su integridad judicial. Para mitigar la corrupción en las aduanas, una ciudad modelo podría contratar a los Crown Agents de Gran Bretaña para que establezcan un sistema honesto y eficiente de control de la frontera.
 
Semana.com: Se busca que este sea un modelo para el éxito. Si vives en una ciudad modelo y todavía logras irte ala quiebra, ¿puedes continuar viviendo allí? ¿Hay espacio en ellas para los pobres?

P.R: Absolutamente. Hay muchas jurisdicciones en el mundo con leyes eficientes para la bancarrota. Si quieres ser un emprendedor, el tipo de persona que los líderes de una ciudad nueva quieren atraer, estarás más dispuesto a ir allí si ésta tiene un buen sistema de leyes para la bancarrota.

Las ciudades modelo no solo deben tener espacio para los pobres, sino que el punto de establecerlas es poder ofrecer más opciones para las cientos de millones de familias relativamente pobres que en este momento no tienen buenas opciones para trabajar y vivir.
 
Semana.com: ¿Cómo puede un país sencillamente entregar su soberanía sobre parte de su territorio?

P.R: Bajo las leyes internacionales, no podría entregar su soberanía. Ni tampoco existe esa necesidad. Hay numerosos precedentes de arreglos administrativos especiales a los que una nación soberana accede voluntariamente, incluyendo regiones administrativas especiales dentro de fronteras soberanas.

El concepto de ciudades modelo incluye tener un gobierno existente que crea un nuevo gobierno local para gobernar esa ciudad nueva. La motivación para transferir las responsabilidades a un nuevo gobierno viene del deseo de reformas y de crecimiento económico, tanto como el reconocimiento de que una ciudad modelo ofrece una buena manera de conseguir estas metas rápidamente y sin la resistencia de personas que no consideren que sean buena idea.

Los opositores pueden abstenerse de vivir en las zonas reformadas. Pueden mirar primero cómo funcionan las reformas. Si funcionan correctamente entonces podrían verse persuadidos a apoyarlas en el resto del país.